Strawberry Angel Food Cake

  Sí, ya sé que no es época de fresas pero tenía antojo. Hoy os traigo otro Angel Food Cake. Y podéis prepararlo también sin fresas, es decir, con la maravillosa pasta de Home Chef de fresa. Puedes encontrarla aquí. El nombre es de lo más acertado pues un bocado de este bizcocho de claras tan esponjoso es como darle un bocado a una nube de azúcar. Ya sabéis que el primero que preparé fue el Chocolate Angel Food Cake y también tenéis en el recetario un delicioso Spéculoos Angel Food Cake.

 Sin duda, es uno de los favoritos en casa. Si queréis saber algo más sobre la historia de este postre clicad aquí.

 Es un clásico de la repostería americana. Un pastel alto y vistoso, preparado tan solo con claras de huevo, azúcar y harina. Como resultado se obtiene un pastel, ligero y esponjoso. No lleva grasa y por tanto es un pastel bastante poco calórico, comparado con otro tipo de pasteles, no más de unas 110 kcal por ración. Eso sí, las calorías las aporta básicamente el azúcar, unos 27 gramos de azúcar por ración.

  El Angel Food Cake es un bizcocho de claras sin grasa, se diferencia de otros bizcochos americanos similares por no tener mantequilla en su composición, como el Silver Cake, Lady Cake, Snow-drift Cake, o Cornstarch Cake.

  El Angel Food Cake es un bizcocho esponjoso y muy muy aireado. Lo podríamos traducir como Bizcocho de Ángel. El secreto es formar un buen merengue francés. Un bizcocho de claras, sin levadura, sin materia grasa y el resultado es como nube de azúcar. Riquísimo. Eso sí, si le tengo que poner una pega es el desmoldado. Se ha de utilizar un molde hondo especial con chimenea, patitas y de aluminio y bajo ningún concepto se untan las paredes del molde con mantequilla o aceite, va “desnudo”. La masa sube agarrándose a las paredes del molde, de ahí que no se engrase. Una vez horneado se le da la vuelta al molde y se deja así durante 1h, de lo contrario el bizcocho baja. Pasado ese tiempo, para desmoldarlo, se separa el bizcocho de las paredes con la ayuda de una espátula haciendo un movimiento circular para despegarlo. Después se utiliza la misma técnica para retirar la chimenea. El desmoldado no es el más perfecto pero el resultado del bizcocho es increíble.

  Con la invención de las varillas con manivela y luego del batidor eléctrico su preparación fue coser y cantar. Además desde que tenemos claras pasteurizadas no es necesario desechar ni una yema. Cuando se bate, la clara incorpora tanto aire que puede aumentar hasta 8 veces su volumen. La particular combinación de las distintas proteínas (ovoalbúmina, ovomucina, lisozima, globulinas, ….) que la constituyen hace este pequeño milagro. Habitual e históricamente se añade una pizca de sal a las claras antes del montado pero según Dario Bressanini y su libro La ciencia de la pastelería es un error muy común. De hecho se obtiene el efecto contrario. Lo más adecuado es añadir un ácido, por ejemplo unas gotas de zumo de limón (ácido cítrico) o cremor tártaro.

Ahora os daré una serie de consejos y trucos muy útiles para preparar los Angel Food Cake:

– Utilizar las claras de huevo a temperatura ambiente o ligeramente templadas, a 40º C máximo (no es estrictamente necesario calentarlas). Si usáis claras no pasteurizadas es más fácil separarlas de la yema con el huevo frío. No debe quedar ni rastro de yema, cualquier traza de grasa como de yema impregnada en el bol o el batidor reducirá el volumen de la espuma. Una sola gota de yema puede reducir en ⅔ el volumen final de la nieve.

– El cremor tártaro mejora la calidad del Angel Food Cake pues estabiliza las claras aumentando su volumen, da blancura y mejora la miga.

– Lo mejor es utilizar un bol de acero inoxidable o cristal bien limpio y libre de grasa. Se le puede pasar un poco de papel de cocina impregnado en zumo de limón para asegurarse.  Es preferible evitar el plástico pues a veces, incluso lavándolos a fondo retienen grasa (su estructura es afín a las grasas). Mejor evitar también el hierro y el aluminio pues tiñe la nieve de las claras, de rosa y gris respectivamente. Antiguamente se recomendaba utilizar materiales de estaño pues forma un complejo estable con una de las proteínas de la clara y aunque tarda un poco más en montar la nieve el resultado es más estable. Eso sí, teñía ligeramente de amarillo/dorado la nieve.

– Empezar a batir las claras lentamente para conseguir un merengue más estable. Luego a velocidad media y finalmente a alta velocidad. No añadir sal en este punto, mejor añadírsela a la harina. Si se bate poco no habrá suficiente aire en la preparación y si se sobrebate las claras quedarán secas y se desinflarán. Esta parte es muy importante.

– No poner todavía el azúcar, hasta que no hayamos conseguido un poco de volumen , al menos cuadruplicar su volumen. Si no el volumen final será menor.

– El azúcar se añade poco a poco para evitar que baje en exceso nieve de las claras. Si es del tipo Caster sugar mejor (extrafino). Tiene un papel doble, forma la estructura junto con las claras e impide la formación de gluten (en ausencia de grasas). En este paso se podría añadir una pizca de sal ya que a diferencia de los macarons aquí no hay secado, se hornea rápidamente una vez formada la mezcla.

– Cuanto más cantidad azúcar se añada veréis que queda más denso y estable el merengue (hay que añadir más o menos la misma cantidad que de claras). El azúcar debe disolverse completamente.

– La espuma resultante debe quedar muy firme. Al volcar el cuenco la espuma no debe caer. Al retirar el accesorio batidor el merengue debe quedar “quieto” y formar puntas en las varillas que mantengan su forma.

– Es muy importante tamizar tanto el azúcar como la harina en dos ocasiones. Cuanto mas aireado lo que añadamos más aligerada quedará la mezcla. He probado a sustituir una parte de la harina por harina bizcochona, de la que lleva levadura incorporada pero sólo ¼ parte del total (25 g). La miga queda más fina pero ojo sólo añadir un pequeño porcentaje pues si no os crecerá una especie de hongo.

– Ya os he explicado que este tipo de cake necesita un molde especial, de chimenea, mejor si es desmontable y de aluminio. En este caso el molde no precisa engrasado. Sí, habéis leído bien, queremos que la mezcla se adhiera a las paredes y no se resbale hacia abajo. No queremos que colapse durante la cocción. Por lo tanto es imprescindible que no se engrase. Si no es desmontable podéis poner papel de horno en el fondo (con un agujero) para no destrozarlo al sacarlo del molde.

– La incorporación de la harina se hará bien aireada y en varios tiempos (repartir en 4 adiciones) para evitar que nuestra masa baje en exceso. A continuación, con la ayuda de una espátula de goma, incorporar la harina a la mezcla con la técnica de doblar la mezcla y roturan cuarto de giro el bol, al mismo tiempo “se dobla” la mezcla levantándola desde abajo y dándole la vuelta. Viene a ser unas 12 veces, no más para no colapsar la mezcla. Una vez preparada la mezcla hornear rápidamente, para no dejar escapar el aire atrapado.

– Meter en el horno a 190ºC a media altura unos 40 minutos sin abrir la puerta hasta el final del horneado. Durante la cocción el calor expande las burbujas de aire atrapadas. El agua presente, al evaporarse, las infla. Pinchar con un palito y si aún sale húmedo dejar 5 minutos más.

– Una vez listo el Cake sacar del horno y voltear inmediatamente. De esta manera se evita que la gravedad pueda hacerlo colapsar bajo su propio peso. A veces me ha pasado que en mi molde de 17,7 cm de Wilton, he vertido una cantidad de mezcla que en principio era para un molde de 24-25 cm y ha crecido tanto que al dar la vuelta al molde la “barriga” del cake se toca con la encimera. Lo podéis arreglar poniendo un supletorio a las patas, yo pongo 3 rodajas de madera que tengo. En la página de Martha Stewart tiene una curiosa manera de poner a enfriar el cake.

– Para desmoldar hay que introducir un cuchillo sin sierra o una paleta larga y estrecha de manera rápida deslizando por los bordes para liberar el cake. Por eso luego no queda una superficie tan perfecta, es inevitable, unas veces se queda mejor que otras.

– Dada su estructura un poco gomosa lo mejor es cortar el Angel Food Cake con un cuchillo con la hoja de sierra.

– Se conserva a temperatura ambiente varios días, también se puede refrigerar y congelar.

  El de hoy sabe como a chuches, ese sabor se lo da única y exclusivamente la fresa.

La receta es de Bea Roque, de su maravilloso libro El Rincón de Bea.

Strawberry Angel Food Cake

INGREDIENTES:

– 9 claras de huevo de tamaño XL (250 ml)

– 1 TSP o cucharadita de cremor tártaro (en su defecto un poco de zumo de limón)

– 100 g de harina fina de maíz tamizada (Maizena)

– 300 g de azúcar extrafino (Caster sugar) tamizado

– 2 ó 3 TSP o cucharaditas de pasta de fresa Home Chef

– Unas cuantas fresas troceadas para adornar

Coulis de fresas frutos rojos (opcional), para hacerlo casero pincha aquí

  Precalentar el horno a 190ºC. Tener preparado el molde, no hace falta engrasarlo esta vez. Tal y como habéis leído en la publicación anterior batir las claras a punto de nieve junto con el cremor tártaro, hasta que cuadrupliquen su volumen, primero a menos velocidad y gradualmente ir a más.  Una vez formada la nieve y habiéndose formado picos suaves y blandos añadir poco a poco el azúcar en varias tandas, gradualmente y al ras, sin dejar de batir pero a velocidad mínima. Seguir batiendo a velocidad media hasta que se forme un merengue con picos suaves de manera que si dais la vuelta al batidor se formen unos picos firmes pero no duros en las varillas. Añadir las 2 TBSP de pasta de fresas e integrar. A continuación añadir la harina tamizada junto a los trozos de galletas, en 2 veces, sí dos, cuanto más aireada caiga menos apelmaza las claras. Lo haremos en 2 ó 3 veces. Y mezclaremos a mano con la ayuda de una espátula y con movimientos envolventes, no más de 10 veces, para que la mezcla no baje y colapse. Verter inmediatamente en el molde.

  Hornear durante 45 minutos, los últimos 5 minutos a 170º C con aire. No abrir el horno en todo el tiempo de horneado. Una vez testado el interior con un palito sacamos del horno e inmediatamente lo volteamos y dejamos que se enfríe en la encimera sobre sus patitas como mínimo 1h. No hay que preocuparse, no se despegará y caerá. Pasado este tiempo dar la vuelta al molde, meter en el borde una espátula o cuchillo estrecho y de manera firme y rápida despegar el cake del molde. Desmoldar y a disfrutar. Es el bizcocho más esponjoso del mundo mundial.

  Verter sobre el Cake un poco de coulis, adornad con fresas troceadas y a disfrutar!!!!!!!

  SI TENÉIS ALGUNA DUDA, SI OS HA GUSTADO LA RECETA, DADLE AL ME GUSTA, COMPARTID O DEJAD UN COMENTARIO. GRACIAS POR LEER MI BLOG Y HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA. PATRI.

Spéculoos Angel Food Cake

  Hoy os traigo otro Angel Food Cake. Esta vez con sabor a esas galletas navideñas belgas que tanto me gustan, las Spéculoos. El nombre es de lo más acertado pues un bocado de este bizcocho de claras tan esponjoso es como darle un bocado a una nube de azúcar. Ya sabéis que el primero que preparé fue el Chocolate Angel Food Cake. Pero este, sin duda, es de los favoritos en casa.

  Es un clásico de la repostería americana. Un pastel alto y vistoso, preparado tan solo con claras de huevo, azúcar y harina. Como resultado se obtiene un pastel, ligero y esponjoso. No lleva grasa y por tanto es un pastel bastante poco calórico, comparado con otro tipo de pasteles, no más de unas 110 kcal por ración. Eso sí, las calorías las aporta básicamente el azúcar, unos 27 gramos de azúcar por ración.

   Es un tipo de Foam Cake como el Chiffon Cake pero a diferencia de este, el Angel Food Cake es un bizcocho de claras sin grasa. Si queréis saber con detalle la historia del pastel y del molde no dudéis en pasaros por mi anterior post. Además os doy todas las claves para que os salga de 10!!!!

  El Angel Food Cake es un bizcocho esponjoso y muy muy aireado. Lo podríamos traducir como Bizcocho de Ángel. El secreto es formar un buen merengue francés. Un bizcocho de claras, sin levadura, sin materia grasa y el resultado es como nube de azúcar. Riquísimo. Eso sí, si le tengo que poner una pega es el desmoldado. Se ha de utilizar un molde hondo especial con chimenea, patitas y de aluminio y bajo ningún concepto se untan las paredes del molde con mantequilla o aceite, va “desnudo”. La masa sube agarrándose a las paredes del molde, de ahí que no se engrase. Una vez horneado se le da la vuelta al molde y se deja así durante 1h, de lo contrario el bizcocho baja. Pasado ese tiempo, para desmoldarlo, se separa el bizcocho de las paredes con la ayuda de una espátula haciendo un movimiento circular para despegarlo. Después se utiliza la misma técnica para retirar la chimenea. El desmoldado no es el más perfecto pero el resultado del bizcocho es increíble.

  Para hacer esta receta es imprescindible conseguir la crema de galletas, yo he comprado la de la marca Lotus. Si no podéis conseguirla también os dejo la opción de hacerla casera. Solo clica aquí. Está tan deliciosa que no pararás de hacerla. Sirve como relleno de unos macarons o para preparar un batido o unas cupcakes. O simplemente untarla en una tostada.

 Con lo que me gusta este sabor no dudé ni un momento en hacerlo cuando lo vi en el IG de las chicas de I Love Bundt Cakes. Esta vez he vuelto  utilizar una receta tuneada de Bea Roque, su Strawberry Angel Food Cake, de su primer libro Apasiónate por la Repostería, El Rincón de Bea.

 

 

Spéculoos Angel Food Cake

INGREDIENTES:

Angel Food Cake

– 9 claras de huevo de tamaño XL (250 ml)

– 1 TSP o cucharadita de cremor tártaro (en su defecto un poco de zumo de limón)

– 100 g de harina fina de maíz tamizada (Maizena)

– 300 g de azúcar extrafino (Caster sugar)

– 2 ó 3 TSP o cucharaditas de pasta de Spéculoos

– 50 g de galletas troceadas

Glaseado

– Unas cucharadas o TBSP de pasta de spéculoos

– Un poco de leche o nata para aclarar la pasta

 

  Precalentar el horno a 190ºC. Tener preparado el molde, no hace falta engrasarlo esta vez. Tal y como habéis leído en la publicación anterior batir las claras a punto de nieve junto con el cremor tártaro, hasta que cuadrupliquen su volumen, primero a menos velocidad y gradualmente ir a más.  Una vez formada la nieve y habiéndose formado picos suaves y blandos añadir poco a poco el azúcar en varias tandas, gradualmente y al ras, sin dejar de batir pero a velocidad mínima. Seguir batiendo a velocidad media hasta que se forme un merengue con picos suaves de manera que si dais la vuelta al batidor se formen unos picos firmes pero no duros en las varillas. Añadir las 2 TBSP de pasta de galletas Spéculoos e integrar. A continuación añadir la harina tamizada junto a los trozos de galletas, en 2 veces, sí dos, cuanto más aireada caiga menos apelmaza las claras. Lo haremos en 2 ó 3 veces. Y mezclaremos a mano con la ayuda de una espátula y con movimientos envolventes, no más de 10 veces, para que la mezcla no baje y colapse. Verter inmediatamente en el molde.

  Hornear durante 45 minutos, los últimos 5 minutos a 170º C con aire. No abrir el horno en todo el tiempo de horneado. Una vez testado el interior con un palito sacamos del horno e inmediatamente lo volteamos y dejamos que se enfríe en la encimera sobre sus patitas como mínimo 1h. No hay que preocuparse, no se despegará y caerá. Pasado este tiempo dar la vuelta al molde, meter en el borde una espátula o cuchillo estrecho y de manera firme y rápida despegar el cake del molde. Desmoldar y a disfrutar. Es el bizcocho más esponjoso del mundo mundial.

  Dar un calentón fugaz a unas TBSP de la pasta en el microondas y añadir un poco de nata líquida hasta obtener la textura deseada. Verter sobre el Cake y espolvorear trocitos de galleta y a disfrutar!!!!!!!

Está tan rico que ya es un clásico en casa.

Como veis al corte queda de lo más esponjoso.

No diréis que no estoy amortizando el molde ¿eh?

  Y el próximo … de fresa

  SI TENÉIS ALGUNA DUDA, SI OS HA GUSTADO LA RECETA, DADLE AL ME GUSTA, COMPARTID O DEJAD UN COMENTARIO. GRACIAS POR LEER MI BLOG Y HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA. PATRI.

Angel Food Cake

  Hola !!!!! Ya estoy aquí de nuevo. Hace mucho tiempo desde la última publicación, demasiado. Los que me seguís en Instagram o Facebook sabéis que estos meses no he dejado de hacer postres. Es sólo que cada vez me cuesta más sentarme a elegir una receta, adaptarla, probarla, hacer el reportaje, editar las fotos, elegirlas, crear el texto, … Ya sabéis, sobre todo los que tenéis blog, que es mucho tiempo y estos meses no he tenido muchas ganas tampoco. Pero como me dice mi amiga Amparo ¿no has publicado nada desde noviembre? Y me he dado cuenta de lo abandonado que lo he tenido a mi querido blog. Además es mi recetario, si no anoto las recetas luego no sé cuál he adaptado, qué proporciones he utilizado, qué ingredientes, molde, … Ando escudriñando las fotos a ver si me da alguna pista y es un auténtico lío.

Así que hoy por ser mi Santo me he decidido a retomar otro de mis trabajos, el blog. Tengo la friolera de 16 postres pendientes así que ya veis que parar de hornear precisamente no he parado. Con paciencia, tiempo y sin prisa os enseñaré lo que he estado preparando estos meses.

En este tiempo me he dado cuenta de que el blog ha recibido más de 1.000.000 de visitas !!!!!!!!! Increíble !!!!!!!!!

  Bueno pues sin más dilación vamos con la receta de hoy, Angel Food Cake. El nombre es de lo más acertado pues un bocado de este bizcocho de claras tan esponjoso es como darle un bocado a una nube de azúcar. Ya sabéis que el primero que preparé fue el Chocolate Angel Food Cake. Pero este, sin duda, es el favorito en casa. Y merece una de mis famosas investigaciones sobre la historia de este postre.

 Es un clásico de la repostería americana. Un pastel alto y vistoso, preparado tan solo con claras de huevo, azúcar y harina. Como resultado se obtiene un pastel, ligero y esponjoso. No lleva grasa y por tanto es un pastel bastante poco calórico, comparado con otro tipo de pasteles, no más de unas 110 kcal por ración. Eso sí, las calorías las aporta básicamente el azúcar, unos 27 gramos de azúcar por ración.

  El Angel Food Cake es un bizcocho de claras sin grasa, se diferencia de otros bizcochos americanos similares por no tener mantequilla en su composición, como el Silver Cake, Lady Cake, Snow-drift Cake, o Cornstarch Cake.

  El horneado de este curioso bizcocho se remonta a principios del siglo XIX. En aquella época no existían los batidores rotatorios manuales ni evidentemente eléctricos. Se dice que su origen es americano, de los estados sureños (en concreto de la ciudad de St. Louis). Incluso se dice que debido a la fuerza que había que hacer batiendo durante tanto tiempo fueron los esclavos afroamericanos los que los preparaban. De hecho son bizcochos típicos en los festines afroamericanos tras los funerales. Se hizo muy popular tras inventarse el batidor de manivela que facilitaba su preparación, y también tras comercializar el molde especial Angel Food. El molde fue patentado en Estados Unidos el 11 de febrero de 1.902 (solicitud presentada el 19 de marzo de 1.901). Los moldes con centros cónicos estaban disponibles mucho antes de esta fecha (ya se nombra en el libro American Pastry Cook de Jessup Whitehead en 1.894 y las imágenes de este tipo de moldes para la venta en anuncios). Fue por fin, en 1.902 que se obtuvo la patente # 692,919 de la Oficina de Patentes de los Estados Unidos.

  En 1.856 el americano Ralph Coulier patentó el primer mecanismo batidor con partes rotatorias, y en los años siguientes se sucedieron las imitaciones. Otro batidor de huevos giratorio hecho a mano fue patentado por J.F. y E.P. Monroe en 1.859 en los Estados Unidos. Su patente de batidor de huevos fue una de las primeras que compró Dover Stamping Company, cuyos batidores de huevos de Dover se convirtieron en una marca estadounidense clásica.

  Consiguió mejorarlo Willis Johnson, en 1.884. Estaba pensado para batir y mezclar huevos y otras masas mediante la acción de una manivela manual que movía dos varillas metálicas en direcciones opuestas. Esto facilitó mucho el trabajo.

  En 1.871 en un libro de cocina sureña, ya se habla de un pastel similar pero con mantequilla en su masa. La primera receta para Angel Food Cake se publicó en la 2ª edición (no en la 1ª ed.) del Isabella Stewart’s The Home Messenger Book of Tested Recipes, Detroit, 1.878.  Fue el primero en publicar la receta más cercana a los actuales Angel Food Cakes, sin mantequilla ni grasa en su elaboración y sólo claras. Lo llama «Angel’s Food«

Los Angel Food Cakes pertenecen a la familia de los Foam Cakes junto con los Chifon Cakes, a diferencia de esos solo llevan claras en su preparación.

  El Angel Food Cake es un bizcocho esponjoso y muy muy aireado. Lo podríamos traducir como Bizcocho de Ángel. El secreto es formar un buen merengue francés. Un bizcocho de claras, sin levadura, sin materia grasa y el resultado es como nube de azúcar. Riquísimo. Eso sí, si le tengo que poner una pega es el desmoldado. Se ha de utilizar un molde hondo especial con chimenea, patitas y de aluminio y bajo ningún concepto se untan las paredes del molde con mantequilla o aceite, va “desnudo”. La masa sube agarrándose a las paredes del molde, de ahí que no se engrase. Una vez horneado se le da la vuelta al molde y se deja así durante 1h, de lo contrario el bizcocho baja. Pasado ese tiempo, para desmoldarlo, se separa el bizcocho de las paredes con la ayuda de una espátula haciendo un movimiento circular para despegarlo. Después se utiliza la misma técnica para retirar la chimenea. El desmoldado no es el más perfecto pero el resultado del bizcocho es increíble.

  Con la invención de las varillas con manivela y luego del batidor eléctrico su preparación fue coser y cantar. Además desde que tenemos claras pasteurizadas no es necesario desechar ni una yema. Cuando se bate, la clara incorpora tanto aire que puede aumentar hasta 8 veces su volumen. La particular combinación de las distintas proteínas (ovoalbúmina, ovomucina, lisozima, globulinas, ….) que la constituyen hace este pequeño milagro. Habitual e históricamente se añade una pizca de sal a las claras antes del montado pero según Dario Bressanini y su libro La ciencia de la pastelería es un error muy común. De hecho se obtiene el efecto contrario. Lo más adecuado es añadir un ácido, por ejemplo unas gotas de zumo de limón (ácido cítrico) o cremor tártaro.

 

Ahora os daré una serie de consejos y trucos muy útiles para preparar los Angel Food Cake:

– Utilizar las claras de huevo a temperatura ambiente o ligeramente templadas, a 40º C máximo (no es estrictamente necesario calentarlas). Si usáis claras no pasteurizadas es más fácil separarlas de la yema con el huevo frío. No debe quedar ni rastro de yema, cualquier traza de grasa como de yema impregnada en el bol o el batidor reducirá el volumen de la espuma. Una sola gota de yema puede reducir en ⅔ el volumen final de la nieve.

– El cremor tártaro mejora la calidad del Angel Food Cake pues estabiliza las claras aumentando su volumen, da blancura y mejora la miga.

– Lo mejor es utilizar un bol de acero inoxidable o cristal bien limpio y libre de grasa. Se le puede pasar un poco de papel de cocina impregnado en zumo de limón para asegurarse.  Es preferible evitar el plástico pues a veces, incluso lavándolos a fondo retienen grasa (su estructura es afín a las grasas). Mejor evitar también el hierro y el aluminio pues tiñe la nieve de las claras, de rosa y gris respectivamente. Antiguamente se recomendaba utilizar materiales de estaño pues forma un complejo estable con una de las proteínas de la clara y aunque tarda un poco más en montar la nieve el resultado es más estable. Eso sí, teñía ligeramente de amarillo/dorado la nieve.

– Empezar a batir las claras lentamente para conseguir un merengue más estable. Luego a velocidad media y finalmente a alta velocidad. No añadir sal en este punto, mejor añadírsela a la harina. Si se bate poco no habrá suficiente aire en la preparación y si se sobrebate las claras quedarán secas y se desinflarán. Esta parte es muy importante.

– No poner todavía el azúcar, hasta que no hayamos conseguido un poco de volumen , al menos cuadruplicar su volumen. Si no el volumen final será menor.

– El azúcar se añade poco a poco para evitar que baje en exceso nieve de las claras. Si es del tipo Caster sugar mejor (extrafino). Tiene un papel doble, forma la estructura junto con las claras e impide la formación de gluten (en ausencia de grasas). En este paso se podría añadir una pizca de sal ya que a diferencia de los macarons aquí no hay secado, se hornea rápidamente una vez formada la mezcla.

– Cuanto más cantidad azúcar se añada veréis que queda más denso y estable el merengue (hay que añadir más o menos la misma cantidad que de claras). El azúcar debe disolverse completamente.

– La espuma resultante debe quedar muy firme. Al volcar el cuenco la espuma no debe caer. Al retirar el accesorio batidor el merengue debe quedar «quieto» y formar puntas en las varillas que mantengan su forma.

– Es muy importante tamizar tanto el azúcar como la harina en dos ocasiones. Cuanto mas aireado lo que añadamos más aligerada quedará la mezcla. He probado a sustituir una parte de la harina por harina bizcochona, de la que lleva levadura incorporada pero sólo ¼ parte del total (25 g). La miga queda más fina pero ojo sólo añadir un pequeño porcentaje pues si no os crecer á una especie de hongo.

– Ya os he explicado que este tipo de cake necesita un molde especial, de chimenea, mejor si es desmontable y de aluminio. En este caso el molde no precisa engrasado. Sí, habéis leído bien, queremos que la mezcla se adhiera a las paredes y no se resbale hacia abajo. No queremos que colapse durante la cocción. Por lo tanto es imprescindible que no se engrase. Si no es desmontable podéis poner papel de horno en el fondo (con un agujero) para no destrozarlo al sacarlo del molde.

– La incorporación de la harina se hará bien aireada y en varios tiempos (repartir en 4 adiciones) para evitar que nuestra masa baje en exceso. A continuación, con la ayuda de una espátula de goma, incorporar la harina a la mezcla con la técnica de doblar la mezcla y roturan cuarto de giro el bol, al mismo tiempo «se dobla» la mezcla levantándola desde abajo y dándole la vuelta. Viene a ser unas 12 veces, no más para no colapsar la mezcla. Una vez preparada la mezcla hornear rápidamente, para no dejar escapar el aire atrapado.

– Meter en el horno a 190ºC a media altura unos 40 minutos sin abrir la puerta hasta el final del horneado. Durante la cocción el calor expande las burbujas de aire atrapadas. El agua presente, al evaporarse, las infla. Pinchar con un palito y si aún sale húmedo dejar 5 minutos más.

– Una vez listo el Cake sacar del horno y voltear inmediatamente. De esta manera se evita que la gravedad pueda hacerlo colapsar bajo su propio peso. A veces me ha pasado que en mi molde de 17,7 cm de Wilton, he vertido una cantidad de mezcla que en principio era para un molde de 24-25 cm y ha crecido tanto que al dar la vuelta al molde la «barriga» del cake se toca con la encimera. Lo podéis arreglar poniendo un supletorio a las patas, yo pongo 3 rodajas de madera que tengo. En la página de Martha Stewart tiene una curiosa manera de poner a enfriar el cake.

– Para desmoldar hay que introducir un cuchillo sin sierra o una paleta larga y estrecha de manera rápida deslizando por los bordes para liberar el cake. Por eso luego no queda una superficie tan perfecta, es inevitable, unas veces se queda mejor que otras.

– Dada su estructura un poco gomosa lo mejor es cortar el Angel Food Cake con un cuchillo con la hoja de sierra.

– Se conserva a temperatura ambiente varios días, también se puede refrigerar y congelar.

Angel Food Cake

INGREDIENTES:

– 9 claras de huevo de tamaño XL (250 ml)

– 1 TSP o cucharadita de cremor tártaro (en su defecto un poco de zumo de limón)

– 100 g de harina fina de maíz tamizada (Maizena)

– 300 g de azúcar extrafino (Caster sugar)

– 2 TSP o cucharaditas de extracto de vainilla incoloro

  Precalentar el horno a 190ºC. Tener preparado el molde, no hace falta engrasarlo esta vez. Tal y como habéis leído en la parte superior de la publicación batir las claras a punto de nieve junto con el cremor tártaro, hasta que cuadrupliquen su volumen, primero a menos velocidad y gradualmente ir a más.  Una vez formada la nieve y habiéndose formado picos suaves y blandos añadir poco a poco el azúcar en varias tandas, gradualmente y al ras, sin dejar de batir pero a velocidad mínima. Seguir batiendo a velocidad media hasta que se forme un merengue con picos suaves de manera que si dais la vuelta al batidor se formen unos picos firmes pero no duros en las varillas. Añadir ahora un poco de vainilla o cualquier aromatizante. A continuación añadir la harina tamizada 2 veces, sí dos, cuanto más aireada caiga menos apelmaza las claras. Lo haremos en 2 ó 3 veces. Y mezclaremos a mano con la ayuda de una espátula y con movimientos envolventes, no más de 10 veces, para que la mezcla no baje y colapse. Verter inmediatamente en el molde. Hornear durante 45 minutos, los últimos 5 minutos a 170º C con aire. No abrir el horno en todo el tiempo de horneado. Una vez testado el interior con un palito sacamos del horno e inmediatamente lo volteamos y dejamos que se enfríe en la encimera sobre sus patitas como mínimo 1h. No hay que preocuparse, no se despegará y caerá. Pasado este tiempo dar la vuelta al molde, meter en el borde una espátula o cuchillo estrecho y de manera firme y rápida despegar el cake del molde. Desmoldar y a disfrutar. No será el más bonito del mundo pero sí el más esponjoso.

 

La tarea más difícil es el desmoldado.

Aún sin quedar bonito sigue siendo uno de los favoritos en casa.

Verdaderamente es como una esponja

 

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Bocaditos de bizcocho y brownie

  Otra receta de esas que tenía pendiente, pero el fin de semana me lancé a hacerla de repente y como decimos en mi tierra «pensat i fet» (pensado y hecho). Estos bocaditos son la versión casera de esos que habitualmente encontramos en el supermercado. Este bizcocho mitad vainilla mitad brownie de chocolate es denso de miga prieta, perfecto para untar en la leche. Además su forma alargada lo hace perfecto para eso. Un pequeño bocado al que yo además he recubierto de chocolate fundido por la parte inferior. No digo más.

  La receta es una adaptación del blog Rasa Malaysia. Y llevaba mucho tiempo queriéndola hacer. A este paso necesitaré  1.001 vidas para hacer todos mis postres pendientes!!!! Vamos con la receta. Recordar, ingredientes a temperatura ambiente, a no ser que indique lo contrario. La receta la preparé el fin de semana pasado y casi no me dejan ni hacerle unas fotos, andaban  al acecho todos los habitantes de la casa olisqueando y esperando a que llegara el momento de atrapar a su presa. Así que el reportaje fue contrarreloj y bajo presión, jejejeje.

Bocaditos de vainilla y brownie

INGREDIENTES (8 trozos):

Brownie

– 140 g de chocolate negro (yo he usado Valor Postres)

– 50 g de mantequilla sin sal

– 50 g de azúcar moreno

– 1 huevo

– 35 g de harina

– 1/2 TSP o cucharadita de café soluble

– 1 pizca de sal

Bizcocho de vainilla

– 120 g de mantequilla sin sal

– 100 g de azúcar

– 2 huevos

– 120 g de harina

– 1/4 TSP o cucharadita de polvo de hornear

– 1 pizca de sal

– 50 ml de leche

– 1 TSP o cucharadita de extracto o pasta de vainilla

Cobertura

– 150 g de chocolate negro (yo he usado Valor Postres)

  Preparar un molde alargado de unos 20×10 cm tipo loaf y engrasar. Precalentar el horno a 180ºC. En un cazo derretir el chocolate troceado con la mantequilla a baja potencia de calor. Dejar que se tibie un poco. Añadir el azúcar y remover hasta integrar. Agregar el huevo y mezclar bien. Por último añadir la harina con el café soluble y la sal tamizados, integrar bien. Verter sobre el molde y hornear a media altura unos 15 minutos. Mientras tanto preparar la masa del bizcocho de vainilla. Batir la mantequilla con el azúcar con un batidor eléctrico o robot tipo K.A. hasta que esté cremosa. Añadir los huevos de uno en uno batiendo después de añadir cada uno de ellos. Tamizar la harina, junto con el polvo de hornear y la sal. Mezclar la leche con la vainilla. añadir a la masa alternando mezcla de harina con la de leche. Mezclar hasta conseguir una masa batida suave y sin grumos, pero ojo, no sobrebatir. Verter sobre el molde donde tenemos el brownie, con cuidado, yo he utilizado una manga pastelera. Hornear a media altura a 160ºC unos 30 minutos. Chequear pasado ese tiempo pinchando en el centro con un palito hasta que salga limpio. Sacar del horno y enfriar sobre una rejilla. Mientras tanto derretir el chocolate para la cobertura en el microondas o en un cazo al baño María. Una vez frío el bizcocho cortar en trozos y bañar en chocolate parte del brownie. Dejar enfriar sobre una lámina de papel de horno y a disfrutar.

 Delicioso para un desayuno o una merienda

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Bundt Cake de chocolate y Guinness

  Holaaaa, sí, os traigo otra receta muy parecida a la que publiqué ayer y también es de chocolate y cerveza Guinness pero esta vez en forma de Bundt Cake muuyyy esponjoso. Este bizcocho lo preparé para celebrar mi cumpleaños con mis compañeras de trabajo y duró un suspiro. Ni pude hacer foto de un trocito jejeje. Pero no defrauda, enamora, os lo aseguro.

  En este caso, en lugar de buttermilk lleva nata ácida. Queda esponjoso pero húmedo. Se prepara en un momento y no sé, igual es por el molde de bundt de Nordic Ware, pero me gusta aún más que la Tarta de chocolate y Guinness. La receta original la puedes encontrar aquí. Yo he utilizado la mitad de las cantidades, para un molde tipo bundt (los de chimenea) de 9 cups. En mi caso he utilizado el Fleur de Lys de Nordic Ware.

  Se supone que según la receta había que utilizar cacao puro en polvo natural o «Unsweetened Cocoa Powder» que es el que más utilizan los americanos, como la marca Hershey’s pero a mí no me quedaba y he utilizado el de Valor que es cacao puro en polvo con proceso holandés o «Dutch-Processed or Alkalized Unsweetened Cocoa Powder«. Es una cuestión de combinar ácido-álcalis pero me he saltado el proceso de equilibrar ácido-base y ha salido bien. Lo digo porque lo más correcto es utilizar el unsweetened con bicarbonato y el Dutch con polvo de hornear.

  El procedimiento es muy parecido al del bizcocho de la Drip Cake de chocolate y Guinness así que obviaré alas fotos del paso a paso. Si quieres clica aquí para conseguir unos consejos para que tus Bundt Cakes queden siempre perfectos.

Bundt cake de chocolate y Guinness

INGREDIENTES (12 RACIONES):

Bundt

– 240 ml de cerveza tipo Guinness (stout)

– 230 g de mantequilla sin sal

– 70 g de cacao puro (yo usé Valor)

– 250 g de harina

– 400 g de azúcar

– 1/2 cucharada o TBSP de bicarbonato sódico

– 1/2 cucharadita o TSP de sal

– 2 huevos tamaño L

– 180 g de nata agria (la puedes hacer casera)

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla

Salsa de caramelo

– Clica aquí

– Escamas de sal Maldón

  Es muy sencillo. Preparar el molde de Bundt Cake con aceite desmoldante y espolvorear con un poco de harina. Precalentar el horno a 170ºC. Preparar la noche antes la nata agria si la vais a a hacer casera. Yo he utilizado una que consigo en un supermercado de productos rusos. Calentar la cerveza Guinness en un cazo y hervir 1 minuto y mantener el fuego medio, añadir la mantequilla troceada y cuando se haya derretido por completo retirar del fuego. Añadir el cacao tamizado y el azúcar y remover con la ayuda de unas varillas manuales. En un bol mediano batir los dos huevos, agregar la vainilla y nata agriaEn un bol grande, puede ser el de la KA, tamizar el resto de ingredientes y añadir el azúcar. Agregar las dos mezclas preparadas anteriormente y remover con varillas a baja velocidad hasta que todos los ingredientes estén integrados, sin sobrebatir. Bajar la masa de las paredes del bol y mezclar de nuevo. Repartir en el molde y hornear a media altura unos 55 ó 60 minutos o hasta que al introducir un palillo en el centro salga limpio. Dejar en el molde 10 minutos y luego desmoldar sobre una rejilla. Cuando esté totalmente frío el bizcocho podéis decorar. Unos chorros de salsa de caramelo y unas escamas de sal Maldón. Delicioso y con una presentación muy sencilla.

Así tal cual se aprecia el dibujo del molde, queda taaaaan bonito.

El punto dulce-salado del caramelo contrasta con el chocolate, me encanta.

Queda de lo más esponjoso.

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Chocolate Angel Food Cake

  Hace muchos años no tenía ni batidor de varillas, mi batidor era un tenedor y cuando veía una receta en algún coleccionable de revistas de mi madre y leía «batir a punto de nieve» me echaba a temblar. Automáticamente cambiaba de receta. Desde hace unos pocos años tengo todo un arsenal de gadgets de cocina y mi maravillosa Kitchen Aid que tanto facilita el trabajo de este tipo de recetas. Llevaba mucho tiempo queriendo hacer este bizcocho pero me resistía a comprar otro molde más. Después de la reforma me cabe todo en su sitio y sin aperturas pero si sigo comprando menaje reposteril como si no hubiera mañana al final lo que necesitaré es un piso nuevo. Pero al final no me he podido resistir, y ha sido una muy buena inversión. Ya he hecho 3 en un pis pas. En casa ha triunfado como la Coca-Cola. La versión natural es la favorita y a esta también le han dado el visto bueno.

  El Angel Food Cake es un bizcocho esponjoso y muy muy aireado. Lo podríamos traducir como Bizcocho de Ángel. El secreto es formar un buen merengue francés. Un bizcocho de claras, sin levadura, sin materia grasa y el resultado es como nube de azúcar. Riquísimo. Eso sí si le tengo que poner una pega es el desmoldado. Se ha de utilizar un molde hondo especial con chimenea, patitas y de aluminio y bajo ningún concepto se untan las paredes del molde con mantequilla o aceite, va «desnudo». La masa sube agarrándose a las paredes del molde, de ahí que no se engrase. Una vez horneado se le da la vuelta al molde y se deja así durante 1h, de lo contrario el bizcocho baja. Pasado ese tiempo, para desmoldarlo, se separa el bizcocho de las paredes con la ayuda de una espátula haciendo un movimiento circular para despegarlo. Después se utiliza la misma técnica para retirar la chimenea. El desmoldado no es el más perfecto pero el resultado del bizcocho es increíble.

  El horneado de este curioso bizcocho se remonta a principios del siglo XIX. En aquella época no existían los batidores rotatorios manuales ni evidentemente eléctricos. Se dice que su origen es americano y en concreto de los estados sureños. Incluso se dice que debido a la fuerza que había que hacer batiendo durante tanto tiempo fueron los esclavos afroamericanos los que los preparaban. De hecho son bizcochos típicos en los festines afroamericanos tras los funerales. La primera receta publicada que se conoce es de Lettie Bryan en The Kentucky Housewife, publicada en 1.839. Se hizo muy popular tras inventar el batidor de manivela que facilitaba su preparación, y también tras comercializar el molde especial Angel Food.

  En 1.856 el americano Ralph Coulier patentó el primer mecanismo batidor con partes rotatorias, y en los años siguientes se sucedieron las imitaciones. Consiguió mejorarlo Willis Johnson, en 1.884. Estaba pensado para batir y mezclar huevos y otras masas mediante la acción de una manivela manual que movía dos varillas metálicas en direcciones opuestas. Esto facilitó mucho el trabajo.

  Los ingredientes son bien sencillos. Y es muy rápido de hacer si tienes robot de cocina tipo K.A. No hay que preparar el molde así que mientras precalentamos el horno lo tenemos listo. El ingrediente más complicado de encontrar es el cremor tártaro, pero podéis encontrarlo en tiendas especializadas. Ayuda a estabilizar las claras de huevo montadas para que no se desestructuren y además rebaja el pH, con lo que se consigue una miga aún más blanquecina. Se puede hacer tanto con claras frescas de huevo como las que vienen envasadas y pasteurizadas, muy prácticas. La receta es del libro El rincón de Bea, de Bea Roque.

Con pocos ingredientes obtenemos un resultado mmmmm.

Chocolate Angel Food Cake

INGREDIENTES:

– 9 claras de huevo (250 ml)

– 1/4 de TSP o cucharadita de sal

– 1 TSP o cucharadita de cremor tártaro

– 300 g de azúcar fino (Caster sugar)

– 70 g de harina tamizada

– 40 g de cacao puro (yo uso Valor)

– Vainilla al gusto (1-2 TSP de extracto o pasta)

  Primero precalentar el horno a 170ºC y dejar el molde (el mío es de17,7 cm, de Wilton) de Angel Food Cake a mano. Tamizar la harina y el cacao un par de veces y reservar. Batir las claras a punto de nieve con la sal y el cremor tártaro tamizado. Empezamos a poca velocidad y vamos aumentando hasta que se formen picos blandos. Sin dejar de batir, a velocidad más lenta, añadimos poco a poco el azúcar, a cucharadas. Una vez incorporado todo subir la velocidad y batir hasta que quede un merengue firme y brillante. Ha de formar el pico que veis en el paso a paso. Añadimos el extracto de vainilla e integramos. Después vamos añadiendo la mezcla de harina y cacao tamizados a velocidad más baja. Una vez incorporadas todas las cucharadas acabamos de integrar con la ayuda de una espátula con movimientos envolventes, intentando perder lo mínimo del aire que hemos ganado en el batido del merengue. Cuando la mezcla esté uniforme la verteremos en nuestro molde SIN ENGRASAR y alisaremos con la espátula. Hornear a media altura durante unos 40-45 minutos SIN ABRIR el horno en ningún momento. Una vez pasados los 40 minutos comprobaremos que la superficie no esté húmeda y haremos la prueba del palito. Si al pinchar en el centro sale limpio está listo, si no hornear unos minutos más. Inmediatamente después de sacarlo del horno le daremos la vuelta al molde que quedará apoyado sobre las patitas de aluminio. Dejaremos en esta posición durante 1h  de lo contrario el bizcocho baja. Pasado ese tiempo, para desmoldarlo, se separa el bizcocho de las paredes con la ayuda de una espátula haciendo un movimiento circular para despegarlo. Después se utiliza la misma técnica para retirar la chimenea. El desmoldado no es el más perfecto pero el resultado del bizcocho es increíble. Y esa miga está diciendo cómeme.

Otro básico para los desayunos y meriendas.

 

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Pumpkin Chocolate Chips Bread

  Llevo una semana en cama con la gripe, por primera vez en mi vida. Dicen que este año ha sido muy fuerte porque la vacunación no ha cubierto la cepa del virus más virulenta así que doy fe. Me ha dejado totalmente KO durante 5 días y ahora parece que empiezo a ver la luz. Fiebre de más de 39ºC durante 5 días, levantándome con 38ºC por las mañanas, alternando Paracetamol e Ibuprofeno. Escalofríos, tos, decaimiento, dolor de garganta, mocos, mareos, vértigos por tener más mucosidad de la que mi cuerpo puede expulsar, he pasado por todas las fases. No he podido hornear nada ni escribiros estos días. Sólo me apetecía estar tirada como una sepia en el sofá viendo series y pelis como si no hubiera mañana. El día antes de empezar a encontrarme mal pude volver a hacer este Pan dulce rápido.  Al menos hemos tenido un desayuno rico para la familia esta semana. La primera vez que lo hice fue hace unos meses, no tenía pepitas de chocolate, salió muy bueno pero con chocolate está mucho mejor.

  Ya sabéis lo mucho que me gusta la calabaza asada así que no me canso de publicar recetas que la lleven como ingrediente principal. Mis suegros tienen una casa en Viver y para aprovechar la chimenea de leña suelen asar calabaza así que tengo la más rica de las calabazas, valenciana, asada y a leña. ¡Qué más se puede pedir! Pues en este caso un Loaf o pan rápido dulce de calabaza, Pumpkin Chocolate Chips Bread. ¿Qué casa mejor con la calabaza que el chocolate? Mmmmm se me hace la boca agua. Y es que si además estamos hablando de una receta de Sally del blog Sally’s Baking Addiction, el éxito está asegurado. Me encanta todo lo que hace.

  He aumentado las cantidades de la receta original porque me gusta que quede más alto. Mi molde tipo loaf es grande así que la siguiente vez añadí más masa.

¿Veis la diferencia?

Queda una miga prieta, húmeda, muy sabrosa y el chocolate casa a la perfección.

  Como las calabazas están todavía de temporada hay que aprovechar.

  La receta también podéis encontrarla en el libro  Sally’s Baking Addiction Cookbook . He adaptado las cantidades a mi molde (30 x 11 x 7 cm) y utilizado mi infalible mezcla de Pumpkin Spice Pie Mix casera. Doy fe que aguanta perfectamente 1 semana. He reducido la cantidad de azúcar como suelo hacer en todas las recetas americanas. Siempre utilizo aceite de oliva suave en lugar del aceite vegetal que recomienda. Salen muchas rebanadas bien grandes y gorditas, tamaño pan de molde. Si no tenéis chips de chocolate podéis utilizar chocolate 50-70% troceado. Funciona igualmente. Vamos con la receta. Ingredientes a temperatura ambiente. Como veis en las fotos del paso a paso se puede hacer a mano con robot amasador tipo K.A. La preparación no puede ser más sencilla.

Pumpkin Chocolate Chips Bread

INGREDIENTES (salen unas 12 buenas rebanadas):

– 330 g de harina común (o 200 g de harina común y 130 g de harina de trigo integral)

– 1 y 1/2 TSP o cucharadita de bicarbonato sódico

– 2 ó 3 TSP o cucharaditas de mezcla de especias o Pumpkin Spice Pie Mix casera

– 1 TSP o cucharadita de sal

– 3 huevos tamaño L

– 325 g de azúcar moreno light brown sugar o panela

– 500 g de calabaza asada triturada

– 180 ml de aceite de oliva suave

– 90 ml de zumo de naranja (o en su defecto leche)

– 180 g de chips de chocolate o chocolate troceado man. 50% cacao

  Preparar un molde tipo loaf grande con aceite desmoldante o mantequilla y papel de horno. Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo o a 170ºC con ventilación. En un bol tamizar todos los ingredientes secos: harinas, mezcla de especias, sal y bicarbonato. En otro bol batir los huevos con el azúcar y conforme se van integrando ir añadiendo de uno el resto de ingredientes: el puré de calabaza, el aceite y el zumo de naranja. Verter esta mezcla sobre los ingredientes secos y con la ayuda de una espátula mezclar hasta obtener una masa homogénea, sin sobrebatir. Añadir los chips de chocolate y repartir. Verter la masa en el molde. Hornear más o menos 1h y 20 minutos a media altura. Para esta cantidad, si utilizáis menos masa adecuar el tiempo. El loaf estará hecho cuando al pinchar con un patio el centro este salga limpio. Aguanta 1 semana perfectamente. Es perfecto prepararlo y degustarlo al día siguiente. Se enriquece el sabor y aroma.

Está riquísimo y la misma masa os sirve para hacer un Bundt Cake de 9 cups o unos muffins

El olor de las especias es embriagador, ya sabéis que me encanta.

¿Os animáis a hacerlo?

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Financiers de frutos rojos

  ¿Os acordáis de la Tea Party de Alicia del fin de semana que publiqué ayer? Pues hoy os traigo una de las recetas nuevas que preparé, Financiers de frutos rojos. La primera vez que los hice fue en versión chocolate, también muy buenos. Pues esta vez los he hecho con frutos rojos y han salido deliciosos. Un bocadito de almendra, dulce pero con el contrapunto ácido que le dan las bayas. Perfecto para una merienda o para un Afternoon Tea. La receta es del libro Tea at Fortnum & Mason que me traje de Londres.

Nada mejor que acompañarlos de un té de frambuesa.

  Los financiers son unos pasteles de origen francés especialmente sabrosos. Estos bizcochos cuyo nombre se traduce por financiero, dice la leyenda que nacieron en 1.890 en París, creados por una pastelería, Lasne, que estaba situada cerca de la Bolsa de Valores parisina. El nombre, dedicado a la mayoría de sus clientes, financieros que necesitaban satisfacer su necesidad de algo dulce, compacto y fácil de comer sin mancharse las manos. Y por la riqueza de estos poderosos financieros se hornearon con forma de lingote de oro.

Están diciendo cómeme.

  Se dice también que originalmente fueron las monjas de la orden de las Visitandines (Orden de la Visitación de Santa María) en Nancy, en la región de Lorena las que cocinaban desde la Edad Media estos pequeños pasteles ovales y suaves con un delicioso sabor a almendra. Estos pequeños pasteles se hicieron ya sea para compensar el consumo de carne en conventos o para no perder las claras de los huevos que utilizaban la yema como fijador para su pintura al temple.  Pero, como la mayoría de los pasteles de almendra, desaparecieron después el Renacimiento. Esto ocurrió por la similitud en el olor entre la almendra y el arsénico. Este veneno se ofrecía a menudo en la corte francesa (sobre todo Catalina de Médici, que además sentó las bases de la gastronomía francesa) camuflado en alimentos que contenían almendra. Por este motivo durante siglos dejó de utilizarse la almendra en dulces.  Los financiers se confeccionan a base de huevos, mantequilla, azúcar y de polvo de almendra. Las variantes se hacían añadiendo pieles de cítricos, frutos rojos, chocolate, vainilla, pistachos … Su textura blanda y su sabor hacen de estos pastelitos los compañeros ideales para disfrutar de un té o café. Deliciosos también acompañados de una crema inglesa, de una espuma de chocolate o de unas natillas para compensar las yemas sobrantes.

  Yo he utilizado frambuesas y arándanos azules pero podéis poner arándanos rojos o también grosellas. Tengo un molde de silicona con la forma de los financiers (con 9 huecos rectangulares) pero si no tenéis podéis utilizar moldes de magdalena alargados.

Financiers de frutos rojos y vainilla

INGREDIENTES (para unos 9-10):

– 125 g de mantequilla sin sal, derretida y enfriada

– Las semillas de 1 vaina de vainilla

– 140 g de azúcar glas

– 4 claras de huevos medianos

– 50 g de harina de todo uso

– 90 g de almendra cruda molida

– La ralladura de 1 limón

– Un puñado de frambuesas y arándanos

     

  Precalentar el horno a 190ºC. Preparar un molde de financiers y engrasarlo. Derretir la mantequilla en un cazo y dejar enfriar. Batir las claras a punto de nieve con la ayuda de unas varillas, eléctricas mejor o tipo K.A. Mientras rallar un limón y extraer las semillas de la vaina de vainilla haciendo un corte longitudinal y raspando con la punta de un cuchillo. Mezclar en un bol la vainilla con el azúcar tamizado. Añadir a las claras montadas junto con la almendra molida, la harina tamizada, la ralladura y homogeneizar la mezcla con una espátula creando movimientos envolventes, sin chafar ni sobrebatir para no perder todo el aire que esponjará nuestro bizcocho.

     

Después añadir la mantequilla y volver a realizar movimientos envolventes.

  Repartir la masa en lo huecos y añadir al final los frutos rojos. Hornear durante 20 minutos a media altura con calor arriba y abajo o hasta que al pinchar el centro con un palito este salga limpio.

Son deliciosos y nada pesados, el contraste dulce-ácido me encanta.

¿Os animáis a hacer estos pequeños bocados?

Como veis son muy sencillos y con pocos ingredientes.

A mí me han conquistado.

 

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Brownie doble chocolate con pistachos

  Este va a ser otro de los básicos en casa, siempre le pongo nueces al brownie pero cuando vi esta receta en el libro Teatime de Cath Kidston se me antojó probar algo nuevo. Es una receta muy parecida pero incorpora además de cacao chocolate fundido en la masa, hace tiempo probé uno así pero el resultado no me convenció, en cambio, este es espectacular. Ya os dije que estoy en modo British y que publicaría recetas de los nuevos libros que me traje de Londres. Aunque ya sabéis que la receta original de brownie es americana, si quieres leer la historia completa clica aquí.

  Cath Kidston es una conocida marca inglesa cuya creadora es la diseñadora Catherine Isabel Audrey «Cath» Kidston que empezó renovando su tabla de planchar y ahora tiene más de cien tiendas por todo el mundo. En 1.993 abrió una pequeña tienda en Holland Park, al oeste de Londres. En Londres, en Piccadilly 180, está la tienda de Cath Kidston más grande del mundo, abrió sus puertas en diciembre de 2.013. Inaugurado en el año del vigésimo aniversario de la firma británica, el espacio de 656 metros cuadrados dista mucho de la pequeña tienda del oeste de Londres donde el hogar del vintage moderno inició su historia. La británica se ha especializado en moda, complementos y objetos de decoración. Su infancia en la campiña inglesa marcó todos los hitos de lo que sería su empresa. Empezó en una época en la que lo vintage no estaba de moda. “Cuando empecé no había nada parecido”, asegura Cath. “La idea era crear accesorios alegres que trasladasen a la gente a una época casi victoriana, aunque excéntrica”. Reunía telas estampadas con motivos como flores, topos, pájaros, perros, …, papeles pintados, muebles y objetos de su infancia y los vendía restaurados y con alegres estampados en su pequeña tienda. Y así, poco a poco, forjó todo un imperio. Podéis encontrar el libro aquí.

  Cuando estuvimos en Londres dediqué un buen rato a recorrer tiendas y una de ellas fue la de Cath Kidston, en el número 180 de Picadilly, me la recomendó Bea Roque. Pero mis niñas me arrastraron al hotel (más concretamente a la bañera con jaccuzzi!!!) y no me dio tiempo a hacerme con ningún «souvenir», pero volveré. En el Centro Comercial Las Rozas Village en Madrid hay una tienda y algún centro de El Corte Inglés también tiene sus productos a la venta por si alguien más tiene antojo. A Valencia no ha llegado aún, pero todo se andará, ya tengo otra excusa para volver a Londres o a Madrid.

  La receta es muy sencilla, lo más farragoso es pelar y trocear los pistachos. Por lo demás fácil y lucidora. Ya sabéis lo que les gusta a los americanos coronar este postre con una bola de helado de vainilla. Yo lo hago casero y siempre tengo alguna tarrina por el congelador. De hecho he preparado un helado de vainilla con clotted cream y double cream que está, OMG, extracremoso y con semillas de vainilla directas de la vaina. Ya lo veréis, será el próximo postre que publique. Pues una bola de este helado con un poco de sirope o chocolate por encima y a triunfar. Ya estoy salivando.

  La receta del libro lleva cacao, chocolate negro, con leche y blanco y los pistachos. Yo no tenía blanco así que no le puse pero si queréis podéis hacerlo, o cambiar los pistachos por otro fruto seco si lo preferís. El chocolate troceado que he usado es de 50% y 70% de cacao. Yo he utilizado cacao y chocolate de Valor, así no falla, calidad ante todo.

  Para saber el tipo de azúcares que he utilizado consulta la Dulcepedia de Tarta de Manzana.

 

Brownie doble chocolate con pistachos

INGREDIENTES (para un brownie de 20×20 cm):

– 180 g de mantequilla sin sal

– 150 g de chocolate negro cortado en trocitos

– 100 g de chocolate con leche o con menor porcentaje de cacao troceado

– 3 huevos L

– 200 g de soft light brown sugar (integral de grano fino no muy intenso)

– 100 g de caster sugar o azúcar de grano fino

– 90 g de harina de trigo

– 40 g de cacao en polvo

– una pizca de sal

– 50 g de pistachos pelados y troceados

 

 

Precalienta el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Prepara un molde cuadrado de 20×20 cm untado con un poco de mantequilla o aceite desmoldante y coloca papel encerado.

  En un cazo mediano y al baño María derrite la mantequilla el chocolate más intenso o negro y 50 g del menos intenso o con leche. En cuanto estén derretidos retira de la fuente de calor, deja que se enfríe un poco y reserva.

  Mientras tanto con varillas eléctricas o robot tipo K.A. bate juntos los huevos y los azúcares durante 5 minutos hasta que crezca y quede una masa cremosa y más pálida. Vierte sobre esta mezcla el chocolate derretido con la mantequilla e integra. Tamiza juntos la harina, el cacao y la sal e incorpora a la mezcla poco a poco sin sobrebatir, lo justo para que todos los ingredientes se integren. Por último añade el chocolate con leche (o con menos porcentaje de cacao) y los pistachos.

     

Vierte la masa en el molde y hornea durante 20 ó 25 minutos o hasta que se forme una costra quebradiza en la superficie. Ojo con introducir el palito porque podemos sacarlo impregnado en chocolate derretido y pensar que aún está por hacer.

  Lo suyo es que no quede crudo pero sí jugoso. Recordad que no es técnicamente un bizcocho de chocolate, no lleva leudantes. Una vez horneado deja enfriar en el molde sobre una rejilla. Puedes servirlo templado o frío, con o sin helado y aguanta perfectamente 3 días en un contenedor hermético. También puedes congelarlo y guardar para una ocasión especial. Corta los trozos de brownie justo antes de servir. Yo ya estoy salivando sólo de imaginármelo.

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Bizcocho de té, dátiles y nueces

  Bueno, pues ya estoy de vuelta. Después de un largo verano al que sólo le quedan unas pocas semanas. Esta vez mi marido y yo hemos coincidido sólo una semana para que las peques pasaran el mayor tiempo entre papá y mamá, porque las vacaciones escolares de verano se hacen muuuuyyyy largas cuando ambos trabajamos. Por eso y por la reforma que hicimos hace unos meses organizamos las vacaciones de este año en la semana fallera, en Marzo, cuando nos fuimos a Londres. Y esta semana de vacaciones familiares ha consistido básicamente en bajar a una de las piscinas del apartamento que alquilamos en Murcia y pensar qué hacíamos de comer, no había otra preocupación, elegir piscina y menú. Este collage lo define muy bien.

  Eso sí, me he llevado para hacer de los desayunos y las meriendas algo especial en vacaciones. He horneado, sííííí, en vacaciones. He preparado postres que le pirran a mis hijas: coca de llanda de chocolate, pancakes, tarta sueca de moras y almendras, muffins y smoothie de frutos rojos. Y he hecho una Mousse de requesón y limón  receta de mi sensei Belén de Cupcakes a Gogó varias veces este verano, OMG !!!! qué delicia !!!!, su receta la puedes encontrar aquí. La he tuneado aprovechando que tenía mermelada de moras casera recién hecha y crumble de canela y cardamomo. Como veis no paro, los que me seguís en Instagram sabréis que es mi RRSS favorita. Cuando tuvimos que trasladarnos de piso 2 meses por la reforma de casa no teníamos Wi-Fi y los datos me duraban un suspiro, sobreviví jugando al Apalabrados (vicios que tiene una oiga) y cotilleando en Instagram, lo único para lo que daba mi conexión, desde entonces me encanta. Precisamente hice esta receta por primera vez allí (gracias a que mi amigo Álex tenía en el piso un molde de silicona que me vino de perlas, gracias guapo). Y además me he aficionado a su formato de fotografía instantánea tipo Polaroid.

  Ahora que, al menos yo, vuelvo a la normalidad laboral a partir de mañana retomo de nuevo el blog algo olvidado este verano entre unas cosas y otras. Mañana vuelvo a mi rutina en el hospital y de trayectos en bici.

La bolsa que llevo en mi bici es de Fortnum & Mason, igual que el libro.

Lo bueno es que al tener jornada reducida por las peques la vuelta no se hace tan pesada cuando sólo trabajas unas horas por la mañana y tienes la tarde libre para seguir disfrutando de la familia. Dando los últimos coletazos al verano que en casa acaba en el momento en que empieza el nuevo curso de las peques. Porque la rutina de verdad vuelve en octubre, septiembre es un mes de transición, de comprar libros y material escolar, de decidir las actividades extraescolares del curso, si las hay, de volver en definitiva poco a poco a esa rutina escolar en otro rol muy diferente de cuando yo era pequeña. Porque cuando eres madre, aunque recuerdes tu infancia, los papeles se invierten, cambia la perspectiva. Pero mi temporada comienza ahora, empieza el nuevo curso. A ver qué tal se nos da.

  ¿Recordáis el libro Tea at Fortnum & Mason que me traje de Londres? Pues ahí va una receta. Y no lo he hecho 1 vez sino unas cuantas más !!!! Y es que en casa triunfa. Si quieres puedes encontrar el libro a la venta en Amazon. Sí, ya sé que no es muy veraniega la receta pero es que está tan rico !!!!!! ¿Por qué no tomarlo con un té bien frío? Cuando ojeo otros blogs empiezo a darme cuenta de que tienen puesto el ojo ya en otoño, en recetas de horneados, pumpkin spice, incluso Halloween. Aquí en Valencia cuesta pensar en el otoño cuando aún tenemos temperaturas de 30ºC y lo que realmente nos apetece es tomar una horchata bien fresquita o un helado. Pero me he puesto en modo British, después de aprovechar que el apartamento estaba cerca de uno de esos supermarkets que tanto me gustan, Iceland, cargados de productos ingleses que me sirven para llevarme uno de esos souvenirs que tanto me gustan.

Rellenando mi nueva despensa.

  La receta de hoy es muy sencilla y cuanto menos diferente porque utiliza té en su composición, muy británica oiga. Es simple, sencilla, deliciosa y rápida. Lo que más cuesta es cortar en trocitos los dátiles pero he encontrado en Iceland entre otras cosas una bolsa de dátiles sin hueso ya troceados, para un día de perritis aguda. La traducción literal sería Pan de dátiles y nueces. He utilizado un molde tipo loaf o plum cake, alargado, de tamaño mediano de 1 l de capacidad (para unos 900 g de masa de bizcocho). El té que he elegido es un té negro. La receta original utiliza una mezcla típica de té inglés negro malteado con un toque floral,  Fortnum & Mason Royal Blend Tea 

  El azúcar que se utiliza en esta receta es el Mascabado, apenas refinado, tiene un sabor más fuerte a melaza, a regaliz, es aromático, cremoso, de color miel caliente y de una textura quebradiza. Rico en nutrientes que no encontraréis en el azúcar blanco refinado. Es difícil de encontrar pero si no podéis usar panela o azúcar integral natural de caña. El azúcar Demerara que lleva espolvoreado por encima es un azúcar con sabor a fruta y especias dulces, con grandes cristales de ámbar vidriosos proporcionando una textura crujiente distintiva. Es más seco que húmedo, de grano grueso. Se suele utilizar para decorar cakes o cereales y para endulzar bebidas tipo té o café. También hay una presentación en terrones. Todo muy British en este loaf.

Date and Walnut loaf

INGREDIENTES (10 raciones):

– 125 g de mantequilla pomada

– 100 ml de té (yo he utilizado té negro y también Earl Grey)

– 50 g de dátiles troceados (peso sin hueso)

– 175 g de azúcar mascabado

– 2 huevos tamaño L

– 75 g de harina integral

– 125 g de harina bizcochona (con levadura incorporada)

– 1 TSP o cucharadita de levadura en polvo

– 1 pizca de sal

– Ralladura de 1 naranja

– 100 g de nueces troceadas (guarda unas cuantas para decorar la superficie)

– 1 TBSP o cucharada de azúcar Demerara

 

  Precalienta el horno a 180ºC y prepara un molde alargado tipo loaf engrasado con mantequilla o aceite desmoldante, puedes poner papel de horno para facilitar el desmoldado. Prepara el té y colócalo en un bol poniendo los dátiles troceados a remojo, mientras coge sabor y se ablandan un poco y sigue preparando el resto de ingredientes. Bate un poco la mantequilla blanda con el azúcar mascabado y añade los huevos de uno en uno. En un bol tamiza juntas las harinas, levadura y la sal. Añade los ingredientes secos a la mezcla anterior, integra sin sobrebatir y añade el té con los dátiles, las nueces y la ralladura. Vierte la mezcla en el molde, decora con unas nueces y reparte el azúcar Demerara. Hornea a media altura más o menos 1 h o hasta que al pinchar el centro con un palito este salga seco. Sácalo del horno cuando esté listo. Deja que se enfríe 10 minutos en el molde y luego deja que se enfríe sobre una rejilla. Una vez frío solo tienes que disfrutar de este aromático bizcocho. Puedes guardarlo en un contenedor hermético hasta 5 días.

Hoy voy a obviar el paso a paso, es muy sencillo, y estoy de vacaciones jejeje.

Mmmmm huele a cítricos y sabe a gloria.

¿Os animáis a prepararlo?

Si lo pruebas repetirás seguro.

 

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