Galletas de chocolate para decorar

  He hecho muchas veces galletas de chocolate pero no acababa de encontrar la receta ideal. O estaban demasiado secas o tan húmedas que costaba hasta extender la masa con el rodillo. Hasta que encontré la receta perfecta de las chicas de Mensaje en una galleta (MEUG). Además de extenderse fácilmente con el rodillo de sabor y textura son perfectas. El azúcar que he utilizado es moreno triturado en el robot de cocina (Monsieur Cuisine Plus de Lidl), pero podéis utilizar light brown sugar que es de grano fino o panela que es muy muy fino. También podéis utilizar azúcar blanco molido o glas o icing sugar pero yo lo he probado y el sabor es mucho mejor con el moreno. Salen muuuuchas galletas (25 más o menos) así que podéis dividir los ingredientes de la receta en dos.

Creo que Miriam G. y Estíbaliz han sido las reinas de las galletas y es una lástima que dejaran su blog y plataforma pero siempre nos quedaran sus maravillosas recetas. Y esta es una de ellas.

 

Galletas básicas de chocolate para decorar

INGREDIENTES (para unas 25 galletas de 5 mm de grosor):

– 275 g de azúcar moreno fino o panela o light brown sugar

– 250 g de mantequilla sin sal

– 2 TSP o cucharaditas de pasta de vainilla buena (yo uso Nielsen-Massey) o extracto de vainilla casero

– 1/2 cucharadita o TSP de sal

– 85 g de cacao puro Valor

– 2 huevos tamaño S

– 450 g de harina de todo uso

 

  Tamizar la harina con el cacao y la sal, reservar.  Moler el azúcar (si el grano es grueso, si no no hace falta). Batir la mantequilla (que no esté muy fría) con el azúcar.

Añadir los huevos y la vainilla y mezclar.

  Cambiar al accesorio gancho y añadir la mezcla de ingredientes secos en 2 ó 3 tandas.

Una vez integrado todo y sin sobrebatir formamos una bola.

Amasar sobre una superficie enharinada, hasta que no esté pegajosa.

Aplastar con los dedos y dejar refrigerada envuelta en film al menos 1h.

Así es más fácil luego de extender.

  Y cortar. Pasar a una bandeja con silpat, teflón o en su defecto papel de horno, con la ayuda de una paleta. A mí, personalmente me gusta enfriar las piezas 1h más en la nevera o 15 minutos en el congelador. Después hornear a media altura a 180ºC sin aire unos 11 minutos para el grosor de 5 mm más o menos. Cuidado no se tuesten, pierden todo su sabor. Una vez horneadas colocar en rejilla para enfriar. Yo una vez frías las guardo en latas o en el horno frío y las decoro al menos 48h después para que la grasa no estropee la glasa.

Como veis puedan así de perfectas.

Están riquísimas solas pero además os servirán de base para decorar de mil y una formas, como por ejemplo, estas galletas de Jack Skellington.

  O estas «terroríficas» telas de araña muy muy sencillas de hacer con la técnica wet on wet.

 

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Tarta de manzana casera

  Hoy os traigo un recuerdo. Mi primera tarta, la primera que recuerdo haber horneado. Gracias a una mala interpretación de la receta por una niña de 11 años nació esta maravillosa tarta. No es una tarta de manzana cualquiera, es LA TARTA DE MANZANA MÁS RICA DEL MUNDO. Así que ya era hora de darle un homenaje como se merece. Hace casi 5 años empezó esta andadura. Y aquí sigo, aprendiendo y mostrando mi evolución.

  «Si alguien me pregunta cuál es mi receta favorita, desde luego es esta. Le tengo especial cariño. Es el primer plato que cociné en mi vida así que comprenderéis de donde viene el nombre de este humilde blog. La receta original no era así, la verdad es que por error añadí manzanas al relleno pero cuando me di cuenta ya me había enamorado del sabor y nunca más volví a hacerla como la descubrí. Es curioso ver por ahí que llaman tarta de manzana a tartas que sólo llevan manzana de adorno. Masa de hojaldre, crema pastelera y fruta de adorno se puede llamar tarta de … según la fruta que la adorna». Así empezaba el primer post que publiqué. Sí, normalmente estas cosas se hacen en el aniversario del blog pero este verano estábamos recién salidos de las obras en casa y no pude ni siquiera celebrarlo así que como nunca es tarde he pensado que este era un buen momento porque sí.

  Un relleno espectacular y una receta propia. Hacía años que no la volvía a hornear. ¡Qué mejor ocasión que reunirse con los amigos! Toda una celebración, porque estamos llenos de vida y compartimos esos momentos tan bonitos año tras año.

  Rústica, del estilo de las tartas de manzana alsacianas pero con un relleno espectacular.

Hay tantas variedades de tarta de manzana como familias en el mundo, no hay dos iguales. Esta es la de mi familia.

  Sin duda alguna esta tarta gana mucho en sabor si utilizáis una manzana ácida tipo Granny Smith. El contraste con el dulzor del relleno queda mucho mejor.

Al corte queda así de bonita.

Tarta de manzana casera

INGREDIENTES (12 buenas raciones):

PASTA BRISA

– 250 grs. de harina de todo uso
– 125 grs. de mantequilla o manteca de cerdo fría y cortada en dados
– 1 cucharada o TBSP de azúcar glas
– 3 cucharadas o TBSP de agua
– una pizca de sal
– 1 huevo M (reservar un poco de la clara para luego pincelar la masa caliente)

 

  Preparar todos los ingredientes en forma de volcán sobre una superficie y amasar con los dedos sin trabajar demasiado la masa. Hacer una bola, envolver en film y dejar reposar en la nevera 1h. Pasado este tiempo extender sobre una superficie enharinada con la ayuda de un rodillo, dejar fina. Mi molde es grande y queda justita. Precalentar el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Preparar un molde untado con mantequilla o aceite desmoldante. Colocar la masa con cuidado, es quebradiza. Podéis extenderla sobre un papel de horno para luego voltearla más fácilmente. Ajustar al molde y dar forma en los bordes con ayuda del dedo pulgar. Como veis puse un cordón de masa para marcar más el borde. Hornear a ciegas (sin relleno). Así queda menos húmeda la masa. Pinchar la masa con un tenedor para evitar que se hinche durante la cocción. Colocar un papel de horno sobre la masa y unos pesos cerámicos o legumbres secas. Hornear a media altura durante 15 minutos. Pasado ese tiempo retirar el papel con los pesos y hornear durante 5 minutos más. Yo he aprendido con los años que se previene la humedad en la masa untando un poco de clara de huevo sobre la masa recién horneada. Podéis guardar un poco de clara del huevo de la masa.

Una vez preparada nuestra masa reservamos y preparamos el relleno.

DECORACIÓN

– 3 manzanas tipo Granny Smith o cualquier variedad de piel amarilla o verde (que sea más ácida que dulce)
– 50 grs. de mantequilla sin sal
– una pizca de canela (opcional)
– un chorrito de un buen Brandy (opcional)

  En lugar de colocar las rodajas de manzana en crudo prefiero darles un rehogado en la sartén con una mezcla de mantequilla, un buen Brandy y una pizca de canela si os gusta. Se cuecen y luego no quedan tan enteras después del horneado.

RELLENO

– 20 grs. de mantequilla

– 1 lata de leche condensada (de las pequeñas)

– 2 buenas cucharadas de crême fraîche

– 1 pizca de sal

– 1 huevo M

– 3 manzanas troceadas tipo Granny Smith o cualquier variedad de piel amarilla o verde (que sea más ácida que dulce)

 

  Triturar todos los ingredientes en un bol con la batidora y verter sobre la masa. Pelar y cortar unas 3 manzanas en rodajas, cubrid todo el relleno. Hornear unos 40-45 minutos a 180ºC (sin ventilación). Pinchar el relleno hasta que salga el palito limpio. Ojo no se os quemen las rodajas de manzana. Si hace falta al final de la cocción cubrid con papel albal. Esperad a que se tibie para comerla. Del día está buena pero con un poco de nevera bien tapada, al día siguiente está mejor.

  Si queréis darle un brillo extra a la tarta podéis utilizar la cobertura para tartas de la marca Belbake, de Lidl. Se mezcla el contenido del sobre con 30 grs. de azúcar y se añade 25 ml de agua fría (yo utilicé el zumo de una manzana dulce) y remover.  Calentar en un cazo hasta que hierva moviendo de vez en cuando. Dejar enfriar 1 minuto y repartir la cobertura sobre la tarta ya enfriada con la ayuda de una cuchara o un pincel empezando por el centro. ¡No os demoréis mucho pues se gelatina enseguida! Yo esta vez no se la puse porque no me quedaba pero suelo ponerla.

Como veis no necesita ningún adorno, es espectacular.

Cualquier momento es bueno para tomarla.

A mí me gusta cubrirla toda con manzana pero podéis hacerlo al gusto.

Tiene un bocado que sabe a tartas de las de toda la vida.

¿Os animáis a hacerla con los cambios que he hecho? Tuneando mis propias recetas.

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Tarta mágica o pastel inteligente

  Hoy os traigo una receta que preparé hace meses, concretamente en abril del año pasado. Últimamente estoy revisando recetas pendientes de publicar o actualizar. Esta tarta la hice para mi 40 cumpleaños, sí, habéis leído bien. Yo meses después aún no me hago a la idea. Me siento joven pero ahí estoy, a la mitad más o menos de la vida, y al mismo tiempo en mi mejor momento. Pues bien revisando fotos y postres que hice cuando me estaban reformando la cocina encontré esta tarta. Quizá ya la habéis preparado, tuvo su boom hace unos años. Si no la conocéis, os cuento. Una única masa que misteriosamente en el horno se separa como por arte de magia y tras el horneado se presenta como tres capas bien diferenciadas: la inferior tipo pudding, la del medio similar a unas natillas y la superior abizcochada. Y todo con una sola masa, es pura MAGIA.

  La receta la vi en el blog de Megasilvita pero fue el blog Pasteles de colores quien primero la publicó. Esta tarta es de origen rumano, el pastel inteligente o también elegante, que sería la traducción de «Prajitura destapa«. No sé por qué me resistía a hacerla, será que a veces me gusta ir contracorriente. ¿No os pasa que a veces algo se pone tan de moda que os hartáis de tanto verlo? Me pasa a veces con películas o libros, les cojo tirria sin haberlas visto o sin haber leído el libro. Luego cuando me da pues me decido y va y me gusta o no pero yo elijo cuándo hacerlo, no por imposición de modas. Sí, suena un poco raro, ya, es que soy un poco rebelde.

Hoy os traigo la conocida Tarta mágica o pastel inteligente.

  Bueno pues aunque parezca magia, lo es pero más bien magia química y física. El pastel inteligente está hecho simplemente de huevos, azúcar, harina, mantequilla y leche. Entonces, ¿qué tiene de mágico eso? Puede que no haya nada inusual en los ingredientes, pero la magia en estos pasteles ocurre durante la cocción. La masa del pastel es muy líquida, por lo que se divide en tres capas por sí misma, cada una con su propia textura y sabor:

  • La base de la tarta es densa y húmeda, tipo pudding, me recuerda al tocino de cielo.
  • Una delicada crema se forma en el medio.
  • La capa superior es un esponjoso y ligero bizcocho de claras tipo genovés

Pero ¿cómo se separan las capas?

  Las yemas de huevo, batidas con el azúcar, la mantequilla, la harina y la leche, forman las dos primeras capas de la tarta mágica: la base y la crema. Lo que sucede es que la cocción lenta a 150-160ºC permite que la parte inferior de la torta se cocine pero sin cocinar demasiado la parte del medio, que conserva su textura cremosa. Las claras de huevo batidas forman la capa de esponjosa de Genoise. No se mezclan con la leche y en su lugar permanecen flotando sobre la tarta. Por esta razón, es mejor usar un horno convencional (calor arriba y abajo) en lugar de uno con ventilador.

Una sola masa y voilà tres capas de textura diferente.

 

Tarta mágica o Pastel inteligente

INGREDIENTES (unas 8 raciones):

– 125 g de mantequilla sin sal

– 4 yemas de huevo tamaño L

– 1 cucharada o TBSP de agua

– 150 g de azúcar

– 2 cucharaditas o TSP de extracto o pasta de vainilla

– 115 g de harina

– 500 ml de leche tibia

– 4 claras de huevo tamaño L

– Unas gotas de vinagre o zumo de limón

– Azúcar glas para espolvorear

  Preparar un molde untado con mantequilla, aceite desmoldante o forrar con papel de horno. Derretir la mantequilla en un cazo o en el microondas y dejar que se enfríe. Separar las yemas de las claras, los huevos han de estar a temperatura ambiente. Precalentar el horno a 160ºC. Batir las yemas con el azúcar y el agua hasta que la mezcla blanquee y palidezca. Añadir poco a poco la vainilla y seguir batiendo hasta que esté bien esponjosa (unos 5 minutos en total). Podéis hacerlo a mano pero es mucho más cómodo con varillas eléctricas. Incorporar a la mezcla la mantequilla derretida y enfriada y batir más despacio. Agregar la harina tamizada en 3 veces e integrar despacio. Añadir la leche tibia y seguir mezclando hasta que esté bien integrado. Montar las claras a punto de nieve, cuando empiecen a espumar añadir unas gotas de zumo de limón o vinagre. Cuando estén bien montadas incorporarlas con una espátula con movimientos envolventes  con cuidado, sin sobrebatir a la mezcla anterior. Verter la mezcla en el molde y hornear a media altura a 160ºC sin ventilación, con calor arriba y abajo durante 1 hora. Sacar del horno y dejar enfriar en el molde al menos 3 horas.

  Es muy difícil desmoldar el postre al completo, lo mejor es ir cortando porciones una a una.

Como veis se diferencian claramente las tres capas.

Espero que probéis esta tarta tan curiosa y me contéis qué os ha parecido.

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Los muffins de calabaza más esponjosos del mundo

  Hoy os traigo una receta que he publicado varias veces, esta vez en forma de muffins. Ya sabéis que es mi bizcocho favorito y que lo he horneado en infinidad de formas diferentes. Es la receta más versátil. Aprovechad que aún es temporada de calabazas. He preparado otras recetas de muffins de calabaza muy ricos, hasta con queso crema pero sin duda estos son mis favoritos.

  La receta definitiva con los cambios que he hecho durante los últimos años ya la publiqué aquí hace unos días. Ya sabéis que la original es de Bea Roque. Esta vez sin frosting. Quería que vierais lo grandes y esponjosos que quedan en formato más grande. No necesitan nada más que unas pipas para adornar si es que queréis ponerles algo. El bizcocho más esponjoso y a la vez húmedo y sabroso que podéis probar. Yo estoy in love.

  No sé la cantidad de veces que lo he horneado ya. En temporada otoño-invierno hago corto con la mezcla casera de Pumpkin Spice Pie Mix, os la recomiendo.

Estrenando mi bol de Mason Cash

  Esta vez he utilizado unas cápsulas grandes que me traje de Madrid de la tienda de Alma Obregón, me encantan, son como papel de periódico. Para las cantidades que publiqué salen unos 16 muffins (son más grandes que los cupcakes). Esta vez para repartir por las cápsulas utilicé una cuchara de helado más grande, de unos 62 mm de diámetro.

 

Muffins de calabaza

INGREDIENTES (para 16 muffins):

– 250 g de harina (150 g de todo uso, 100 g integral de trigo)

– 1 ½ cucharadita o TSP de bicarbonato sódico

– 3 cucharaditas o TSP de Pumpkin spice pie mix

– Una pizca de sal

– 4 huevos L

– 250 g de azúcar moreno o panela

– 250 ml de aceite de oliva suave

– 400 g de puré de calabaza asada

  Precalentar el horno a a 175ºC con calor arriba y abajo. Preparar las cápsulas y el molde de cupcakes. Mezclar las harinas con el bicarbonato, el mix de especias y la sal, tamizar y reservar. Batir los huevos con el azúcar integrando bien los ingredientes hasta que espumen. Añadimos el aceite de oliva poco a poco y homogeneizamos la mezcla. Ahora le toca el turno a la calabaza, agregar el puré de calabaza, o la calabaza a trozos machacada con el tenedor (si es asada mejor), y seguir batiendo. Veréis qué color anaranjado más bonito coge. Añadir la mezcla de los ingredientes secos tamizados en 2 ó 3 veces. Mezclar bien sin sobrebatir, mejor hacerlo con una espátula. Como veis no hace falta ni sacar un batidor eléctrico o robot de cocina tipo K.A. Hornear unos 30 minutos a media altura o hasta que al pinchar el centro con un palito este salga limpio. Sacar del horno dejar 5 minutos en el molde y luego enfriar sobre una rejilla. Y a disfrutar.

Cuando hago tantos congelo, así siempre tengo listos unos pocos para cualquier momento.

Acompañados de un Pumpkin Spice Caffe Latte son lo más.

 

Para que veáis la versatilidad de esta receta os dejo otras cosas que podéis hacer con los mismos ingredientes o duplicando la receta:

Bundt Cake de calabaza, esta vez con nueces troceadas.

Cupcakes con frosting de chocolate

En forma de bizcochitos individuales.

O bizcochos para regalar.

Formando capas para una Drip Cake de cumpleaños.

O de base para una Tarta de fondant en forma de guitarra, sin estructuras altas.

  Como veis esta es la receta más versátil del blog, espero que la probéis y me digáis si os encanta tanto como a mí.

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Tiramisú, la receta definitiva

  Hoy os traigo un clásico mejorado. Hace años publiqué una receta de Tiramisú que hasta hace poco era la que preparaba siempre. Pero aunque está muy rico pensé que se podía mejorar así que me puse de nuevo a investigar. Durante el traslado mientras reformábamos la casa preparé Tiramisú varias veces hasta que salió delicioso, con una textura más espesa para la crema y con un toque más suave de alcohol. Podéis ver fotos del montaje en la otra receta de Tiramisú, también muy rico. La receta es una adaptación de Nicoletta Negrini de «La Academia del Gusto»He modificado las cantidades a mis gustos. Esta vez no es necesario encender el horno, es un postre frío.

  Este postre moderno de los años ’50 es originario de la región de Véneto, Italia. La receta original aprovechaba bizcocho o galletas junto a café, un licor, azúcar y hueso. No llevaba queso en un principio y era un tentempié cuyo nombre deriva de la expresión «te tira su«, que podría traducirse por «levántate».

  El nombre original del típico bizcocho seco o galleta de este postre es biscotto savoiardo, más conocido en su forma en plural savoiardi, un nombre italiano cuyo significado es «galleta saboyana». También llamados en inglés Lady Fingers. Aquí en España se conoce como bizcocho de huevo, de soletilla o melindres. Por supuesto se pueden hacer caseros, es mi signatura pendiente con el Tiramisú. Se elaboran con una masa de bizcocho muy ligera, generalmente sin levadura, en la que se han montado las claras a punto de nieve para incorporar la mayor cantidad de aire posible. Esta masa se conoce como génoise.

  El aspecto más habitual del bizcocho de soletilla es el que comercializa la industria repostera: muy alargado y con la cara superior cubierta con una fina capa de granos de azúcar. Son perfectos para mojar en chocolate a la taza. En España se sigue elaborando de manera artesanal y casera, dándole forma con ayuda de una manga pastelera. Los bizcochos obtenidos tienen una forma más ancha y aplanada, son más blandos por ser más frescos, y se suelen cubrir con azúcar glas. Ambos valdrían aunque a mí personalmente me gusta más el que es más seco, aguanta mejor empaparlo en la mezcla de café expreso y licor. He utilizado ron, Amaretto, Cointreau, Brandy, … De todos los licores el que más que convence es el vino Marsala.

Tiramisú

INGREDIENTES PARA 6 PERSONAS:

– 6 huevos (4 claras y 6 yemas)

– 500 g de queso Mascarpone

– 8 cucharadas de azúcar

– Bizcochos italianos «Savoiardi» (unos 25)

– 400-500 ml de café

– Vino Marsala al gusto

– 125 g de chocolate amargo rallado

– 3 cucharadas o TBS de cacao amargo puro en polvo

  Preparamos un molde. La forma más común es rectangular y alto. Yo utilizo una fuente de cristal pero podéis utilizar cualquier molde, e incluso individuales o vasitos. No hace falta prepararlo con aceite, mantequilla y demás pues no vamos a hornear, es un postre frío.

  Un rato antes de empezar a hacer el Tiramisú preparar la salsa para los bizcochos con el café y una cucharada de vino Marsala. Reservar y dejar enfriar.

 En un bol, batir las yemas y el azúcar hasta que queden cremosos, de un color amarillo muy pálido y se forme una espuma.  El consejo de Nicoletta Negrini es que debe hacerse a mano, si se hace a máquina asegura que la textura no queda igual. Es el secreto de esta receta así que lo he seguido al pie de la letra. Yo las pongo un poco al baño María suave, no se trata de cocinarlas sino de facilitar que se deshaga el azúcar. Así no incorporamos todo las yemas crudas al conjunto.   En otro bol con varillas eléctricas o en un robot tipo K.A., batir las claras a punto de nieve hasta que estén muy firmes. En este caso he utilizado un batidor eléctrico de Bosch, verde menta, que me encanta. Así no ensucio tanto. Una vez que espesan las yemas añadir poco a poco el queso Mascarpone e integrar con la ayuda de una espátula con movimientos envolventes. Finalmente incorporar las claras montadas muy poco a poco. Darle un toque de sabor añadiendo una cucharada de vino Marsala.

  En un  recipiente, que puede ser la bandeja del horno colocáis la mitad de los bizcochos y con la ayuda de un biberón de cocina o una jarra con boquilla pequeña vais empapando los bizcochos con la mitad de la mezcla. Hay que encontrar el equilibrio entre un bizcocho seco o demasiado empapado. Primero mojáis por un lado y luego por el otro, con cuidado que no se rompan pero rápido. Si los bizcochos son firmes o duros tipo vainilla tendréis que dejarlos más tiempo, sino dadle la vuelta más pronto con cuidado que no se desintegren. Podéis ayudaros de una paleta. Disponer  la cara con el azúcar boca abajo.

  En una fuente rectangular montar el postre. Forrar la fuente con los bizcochos mojados y añadir la crema por encima. A mí me gusta hacer 2 capas. Entre las 2 capas añadir chocolate rallado. Enfriar mínimo durante tres horas, a mí me gusta dejarlo en la nevera toda una noche, se asientan los sabores y la textura. Antes de servir espolvorear con cacao puro sin azúcar (yo uso Valor). Yo en este caso había rallado de más asquee decoré también la superficie.

El corte quedó espectacular, ahora sí he encontrado la receta perfecta de Tiramisú.

  Si quieres decorar la superficie formando picos, pon sólo un poco de la crema sobre la última capa para no dejar «al aire» los Savioardi y guarda el resto de la crema de mascarpone en la manga pastelera en la nevera. Déjala reposar también mínimo 3 horas. Podrás hacer la decoración justo antes de servir o tenerla ya preparada y guardar las raciones en la nevera, pero sin el cacao.

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Financiers de frutos rojos

  ¿Os acordáis de la Tea Party de Alicia del fin de semana que publiqué ayer? Pues hoy os traigo una de las recetas nuevas que preparé, Financiers de frutos rojos. La primera vez que los hice fue en versión chocolate, también muy buenos. Pues esta vez los he hecho con frutos rojos y han salido deliciosos. Un bocadito de almendra, dulce pero con el contrapunto ácido que le dan las bayas. Perfecto para una merienda o para un Afternoon Tea. La receta es del libro Tea at Fortnum & Mason que me traje de Londres.

Nada mejor que acompañarlos de un té de frambuesa.

  Los financiers son unos pasteles de origen francés especialmente sabrosos. Estos bizcochos cuyo nombre se traduce por financiero, dice la leyenda que nacieron en 1.890 en París, creados por una pastelería, Lasne, que estaba situada cerca de la Bolsa de Valores parisina. El nombre, dedicado a la mayoría de sus clientes, financieros que necesitaban satisfacer su necesidad de algo dulce, compacto y fácil de comer sin mancharse las manos. Y por la riqueza de estos poderosos financieros se hornearon con forma de lingote de oro.

Están diciendo cómeme.

  Se dice también que originalmente fueron las monjas de la orden de las Visitandines (Orden de la Visitación de Santa María) en Nancy, en la región de Lorena las que cocinaban desde la Edad Media estos pequeños pasteles ovales y suaves con un delicioso sabor a almendra. Estos pequeños pasteles se hicieron ya sea para compensar el consumo de carne en conventos o para no perder las claras de los huevos que utilizaban la yema como fijador para su pintura al temple.  Pero, como la mayoría de los pasteles de almendra, desaparecieron después el Renacimiento. Esto ocurrió por la similitud en el olor entre la almendra y el arsénico. Este veneno se ofrecía a menudo en la corte francesa (sobre todo Catalina de Médici, que además sentó las bases de la gastronomía francesa) camuflado en alimentos que contenían almendra. Por este motivo durante siglos dejó de utilizarse la almendra en dulces.  Los financiers se confeccionan a base de huevos, mantequilla, azúcar y de polvo de almendra. Las variantes se hacían añadiendo pieles de cítricos, frutos rojos, chocolate, vainilla, pistachos … Su textura blanda y su sabor hacen de estos pastelitos los compañeros ideales para disfrutar de un té o café. Deliciosos también acompañados de una crema inglesa, de una espuma de chocolate o de unas natillas para compensar las yemas sobrantes.

  Yo he utilizado frambuesas y arándanos azules pero podéis poner arándanos rojos o también grosellas. Tengo un molde de silicona con la forma de los financiers (con 9 huecos rectangulares) pero si no tenéis podéis utilizar moldes de magdalena alargados.

Financiers de frutos rojos y vainilla

INGREDIENTES (para unos 9-10):

– 125 g de mantequilla sin sal, derretida y enfriada

– Las semillas de 1 vaina de vainilla

– 140 g de azúcar glas

– 4 claras de huevos medianos

– 50 g de harina de todo uso

– 90 g de almendra cruda molida

– La ralladura de 1 limón

– Un puñado de frambuesas y arándanos

     

  Precalentar el horno a 190ºC. Preparar un molde de financiers y engrasarlo. Derretir la mantequilla en un cazo y dejar enfriar. Batir las claras a punto de nieve con la ayuda de unas varillas, eléctricas mejor o tipo K.A. Mientras rallar un limón y extraer las semillas de la vaina de vainilla haciendo un corte longitudinal y raspando con la punta de un cuchillo. Mezclar en un bol la vainilla con el azúcar tamizado. Añadir a las claras montadas junto con la almendra molida, la harina tamizada, la ralladura y homogeneizar la mezcla con una espátula creando movimientos envolventes, sin chafar ni sobrebatir para no perder todo el aire que esponjará nuestro bizcocho.

     

Después añadir la mantequilla y volver a realizar movimientos envolventes.

  Repartir la masa en lo huecos y añadir al final los frutos rojos. Hornear durante 20 minutos a media altura con calor arriba y abajo o hasta que al pinchar el centro con un palito este salga limpio.

Son deliciosos y nada pesados, el contraste dulce-ácido me encanta.

¿Os animáis a hacer estos pequeños bocados?

Como veis son muy sencillos y con pocos ingredientes.

A mí me han conquistado.

 

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El Tea Party de Alicia continúa

La vida son momentos, como fotogramas que recordaremos durante toda nuestra vida. Esos momentos irrepetibles rodeada de mi familia y mis mejores amigos son el mejor recuerdo. Y siempre alrededor de una mesa y si es con mis recetas mejor. Tardes de risas, confidencias, alegrías y tristezas, que se alargan hasta la hora de la cena. El nuevo post es un maravilloso fin de semana con meriendas temáticas de Alicia en el País de las Maravillas. Espero que lo disfrutéis tanto como yo. ¡Qué importante es rodearse de seres queridos! Y compartir esos momentos que quedarán para siempre en nuestras retinas. Llevo todo el fin de semana en la cocina pero la satisfacción es máxima por el resultado y por la compañía.

  Ya sabéis lo que nos gusta Alicia en el País de las Maravillas en casa. Mis hijas se lo han leído las dos y yo con ellas los he releído de nuevo.

  En versión mini, en edición especial que incluye Alicia a través del espejo, una versión explicada y un libro Pop Up. Me encanta de todas las maneras. Pero lo que más me gusta son las ilustraciones de John Tenniel, preciosas, sobre todo en blanco y negro.

¿Recordáis el Tea Party de Alicia que preparé hace un par de años?

  Pues lo he vuelto a hacer. Y después del Afternoon Tea de Londres esta vez lo he hecho más British. Me encanta reunirme con mis amig@s, preparar mesas dulces, Tea Parties, Afternoon Teas, cualquier excusa es buena. Tenía que estrenar todavía la vajilla de Alice in Wonderland que compré hace unos meses en Amazon. Así que la merienda tenía que ser especial. La vajilla me encanta, es de porcelana china de Victoria & Albert. Un auténtico Afternoon Tea de Alice.  Y en mi cocina nueva.

  Los ingleses preparan un Afternoon Tea que yo aquí en España lo llamaría merienda-cena. Primero una tanda de sandwiches. En este caso son de pan inglés integral con aguacate, huevo, salmón ahumado y Philadelphia; y otros de salsa de mostaza y eneldo con salmón ahumado. Luego pasamos al dulce, normalmente son Scones con Clotted cream y mermeladas. Yo esta vez he preparado un surtido de dulces.

Y la reina de la mesa: Victoria Sponge Cake. Esta vez en capas, con nata montada, mermelada de fresa y fresas naturales, delicioso.

  Cada invitada, en este caso mis amigas y compañeras del hospital, tenían su sitio asignado. Lucía y Martina me ayudaron a preparar la bonita mesa temática y las tarjetas de Alicia con su nombre, una llave y un reloj en cada una.

  Tampoco ha faltado un típico Loaf con dátiles, nueces, té y harina integral. La receta es deliro de Fortnum & Mason.

Los macarons siempre son muy lucidores. Esta vez no me daba tiempo a prepararlos así que los compré, muy ricos también, de sabores variados.

Me encanta la colección Truly Alice de Hascot Kids.

Brownie de chocolate y nueces y Financiers de arándanos y frambuesas. De estos últimos pronto veréis la receta en el blog, también del libro de Fortnum & Mason.

  Segunda parte del fin de semana, varié alguna receta pero las cookies de lacasitos siempre triunfan entre los niños, esas no podían faltar. Y esta vez las hizo mi hija Martina. No sé a quién de las dos le gusta más meterse en la cocina. Yo disfruto un montón. Son pequeños momentos entre las dos.

Pequeñas pociones mágicas «drink me», jejeje

Tic Tac, galletas de mantequilla con chocolate decoradas. ¡Llego tarde, llego tarde!

  En honor a la Reina de Corazones he preparado estas Rosas de hojaldre con manzana, próximamente en el blog. Mmmmm deliciosas.

¿Os acordáis de la Tarta de queso Stilton con higos? Pues la he vuelto a hacer pero en versión tartaleta individual. Como ya no hay higos de temporada he utilizado unos que me regalara en conserva caseros. Ha sido una de las recetas que más ha triunfado.

  Y aunque los batidos de Oreo no son muy British, han triunfado entre niños y mayores, siempre pasa cuando los hago.

  Como veis el Stand de tres alturas iba bien cargado. Esta vez en lugar de macarons he colocado unas pastas de té que me traje de Fortnum & Mason, de Londres.

Me encantan estas merendolas!!!!!!

  Y mi nueva vajilla para el Afternoon Tea. ¿Os acordáis de las galletas de Alicia en el País de las Maravillas que pinté en el curso de pintura sobre galleta hace casi dos años? Las de Alice las guardé, ya no me las como, estarán rancias, pero siguen intactas. Y quedan súper bien adornando mi mesa.

 

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Cupcakes de calabaza con frosting de chocolate

  Sí, ya sé que se han acabado las fiestas pero es que me puse en modo Navidad y me cuesta dejarlo. Me encanta, he decidido que la corona de Navidad de mi cocina va a seguir ahí. Me resisto a olvidar. Con mucha pena recogí ayer el Belén de Ferrándiz, el árbol de Navidad, el carrusel y la ciudad invernal, los adornos y hasta el Belén de Playmobil de mis hijas. Pero la vida sigue y hay que esperar a la próxima. Hoy os traigo mi receta favorita de bizcocho de calabaza del mundo mundial tuneada y un frosting de chocolate que ya preparé en Halloween y del que os debía la receta. Es untuoso, no demasiado pesado, chocolateado, mmmm delicioso.

  Este bizcocho lo he hecho de todas las formas posibles: muffin, cupcake, loaf, bizcocho clásico, Bundt cake, mini bundt cakes, layer cake e incluso lo he regalado en mini loafs. Es un todoterreno.  Y lo único que cambio es el molde y el tiempo de horneado, los ingredientes son los mismos para todas las versiones. La primera vez que vi la receta en el  libro de Bea Roque pensé «calabaza asada y especias», seguro que me gusta. Pues no, me encanta, y en casa y con los amigos siempre triunfa. A su vez esta receta Bea la descubrió en el libro Miette, de Meg Ray, las 100 recetas secretas de una mítica pastelería de San Francisco. La primera receta que publiqué de este Pumpkin Walnut Cake fue un Bundt cake, cuando ni siquiera tenía moldes de Nordic Ware. Con el tiempo la he ido adaptando un poco, he cambiado el azúcar blanco por moreno o panela, el que tenga más a mano, he hecho mi propia mezcla de especias (Pumpkin Spice Mix), mezclo un poco de harina integral con la blanca, ya no le pongo nueces, ni troceadas ni molidas cuando son versiones mini o cupcakes y he reducido un poco la cantidad de azúcar. Simplemente pasando los trozos de calabaza asada por la pala de la K.A. ni siquiera la trituro. Así que era el momento de publicarla de nuevo, porque ya la he hecho mía.

  Esta vez los he acompañado de un maravilloso frosting de chocolate, de Manuela Kjeilen, una de mis blogueras favoritas. Su blog Passion 4 baking no tiene desperdicio. Sus recetas nunca fallan. Tiene su propio programa de TV, Manuela’s Dinner. Y aunque no me gusta el exceso de estética sesentera me encantan sus recetas, nunca fallan.

  Ya lo he hecho 2 veces y es increíblemente sedoso. Queda más firme si los chocolates son cacao puro y tableta de 70% .

  Esta vez he vuelto a hacer de pinche de cocina de mi hija Martina. A mi pequeña le encanta meterse conmigo en la cocina.

 

Cupcakes de calabaza y frosting de chocolate

INGREDIENTES (24 cupcakes):

Cupcakes

– 250 g de harina (150 g de todo uso, 100 g integral de trigo)

– 1 ½ cucharadita o TSP de bicarbonato sódico

– 3 cucharaditas o TSP de Pumpkin spice pie mix

– Una pizca de sal

– 4 huevos L

– 250 g de azúcar moreno o panela

– 250 ml de aceite de oliva suave

– 400 g de puré de calabaza asada

Frosting 

Sirope de chocolate:

– 125 g de cacao en polvo

– 160 ml de café

– 150 g de azúcar

– 60 g de chocolate puro 70%

Frosting

– 500 ml de nata líquida 35’1 % de mat. grasa

– 240 g de queso Mascarpone

– 195 g de icing sugar

– 2 cucharaditas  TSP de pasta o extracto de vainilla

– Sirope de chocolate

 

 

Preparación

Cupcakes

  Precalentar el horno a a 175ºC con calor arriba y abajo. Preparar las cápsulas y el molde de cupcakes. Mezclar las harinas con el bicarbonato, el mix de especias y la sal, tamizar y reservar. Batir los huevos con el azúcar integrando bien los ingredientes hasta que espumen. A velocidad baja añadimos el aceite de oliva poco a poco y luego batimos a más potencia homogeneizando la mezcla. Ahora le toca el turno a la calabaza, agregar el puré de calabaza, o la calabaza a trozos, y seguir batiendo. Veréis qué color anaranjado más bonito coge. Añadir la mezcla de los ingredientes secos tamizados en 2 ó 3 veces. Mezclar bien sin sobrebatir, mejor hacerlo con una espátula. Hornear unos 25 minutos a media altura o hasta que al pinchar el centro con un palito este salga limpio. Sacar del horno dejar 5 minutos en el molde y luego enfriar sobre una rejilla.

Frosting

    Trocear el chocolate y reservar en un bol. En un cazo mezclar el café, el cacao y el azúcar. A medio fuego llevar a ebullición removiendo constantemente. Cuando empiece a burbujear retirar de la fuente de calor. Verter la mezcla sobre el chocolate y remover hasta que se integre todo. Dejar enfriar 10 minutos. En a K.A. o con la ayuda de un batidor mezclar el Mascarpone, la nata fría y el icing sugar hasta que quede una mezcla esponjosa. Añadir la vainilla, integrar. Agregar el sirope de chocolate y mezclar con la ayuda de una espátula con movimientos envolventes. Rellenar una manga pastelera con boquilla (yo usé una de estrella, la 1M de Wilton) y decorar vuestros cupcakes. Os dejo este vídeo que publiqué en Instagram. La combinación de chocolate y calabaza es increíble.

 

Con un bonito y sencillo adorno queda de lo más navideño.

O ¿por qué no?, para Halloween.

Un detalle que siempre triunfa entre las profes de mis hijas.

Sí, los volví a hacer, esta vez con frosting de Tía María.

Con mi nuevo Cake Stand de mármol y madera.

 

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