
Cuando mi suegra dijo que sin duda eran las magdalenas más buenas que había probado en su vida, entonces me di cuenta de que era la receta perfecta de magdalenas caseras de toda la vida. Y si además le añades pepitas extragrandes de chocolate de Hershey’s mmmmmmmm. Estas perfectas magdalenas caseras además podéis hacerlas al natural sin nada, o añadirles piñones, pepitas de chocolate, frutos rojos, pasas, trozos de frutos secos o simplemente un poco de azúcar para hacer esa costra tan característica.
La receta es del panadero de moda, Xavier Barriga. No sólo os recomiendo esta receta si no cualquiera de sus libros. Todo un profesional con recetas excelentes.
Aunque esta vez en lugar de ralladura de limón le he puesto vainilla en pasta, ya sabéis que me encanta la vainilla, pues he estrenado un bote de Home Chef, vaya olor mmmmmm. En mis comienzos empecé a utilizar extracto de vainilla de Vahiné. Luego mejoraron notablemente mis recetas utilizando Vainilla Bourbon de Madagascar de Lorann gourmet (realmente buena). Y cuando Belén de Cupcakes a Gogó me dio a oler la de Home Chef en pasta pensé, en cuanto se me acabé la otra la pruebo. Y acerté, ¡es un sabor tan bueno y diferente! ¡Qué ya no la cambio por ninguna!

Quizás las magdalenas sean más conocidas fuera de Francia por su presencia en la novela de Marcel Proust, En busca del tiempo perdido, en que el narrador recobra la memoria de su infancia después de oler y comer una magdalena mojada en té. Sin embargo, Proust se refería a la variedad concreta de Commercy, en Lorena, a la que llamaba «petite madeleine», que no se deshace al empaparse.
De acuerdo a una versión, la magdalena de Commercy debe su nombre a una joven criada llamada Madeleine Paulmier, que en 1755 elaboró estos pastelitos para el rey de Polonia Stanislas Leszczyński, que tenía allí un palacio. Esta tradición es todavía muy popular hoy en día.
Otras fuentes las remontan a la época de los peregrinajes a Santiago de Compostela. Una joven llamada Magdalena les servía a los peregrinos unos pastelitos en forma de concha, símbolo de este peregrinaje. Las «magdalenas» se extendieron a lo largo de los caminos de Santiago, lo que explica su tradicional implantación en España. Desde luego me gusta más esta versión.
Fuente: Wikipedia.
Y dicho esto, vamos a por la receta. Se puede hacer a mano o con batidor eléctrico, os recomiendo este último. Ya sabéis que yo uso el robot de cocina Bosch, sencillo y económico, con resultados excelentes.
Magdalenas caseras.
INGREDIENTES:
– 2 huevos XL (o 125 gr)
– 175 gr de azúcar
– 60 ml de leche
– 190 ml de aceite de oliva suave (también puede ser de girasol)
– 210 gr de harina floja (190 gr de harina de todo uso + 20 gr de Maizena)
– 2 cucharaditas o TSP de levadura en polvo
– 1 ó 2 cucharaditas de extracto de vainilla ( o ralladura de limón y 1 TSP de canela en polvo) al gusto
– Una pizca de sal
Y ahora el paso a paso:


Primero tamizamos la harina con la levadura en polvo y reservamos. Luego batimos a velocidad media los huevos con el azúcar hasta que espumen, incorporando aire a la masa. Luego añadimos la leche, bajando la velocidad para evitar que la mezcla baje. Luego sin dejar de batir añadís el aceite poco a poco homogeneizando la mezcla poco a poco. A continuación agregad la harina tamizada con la levadura en dos veces a velocidad baja, lo justo para incorporar la harina a la mezcla.
Lo recomendable en este punto sería dejar la masa cubierta con un trapo en la nevera reposando 1 hora. Incluso podéis preparar la mezcla y dejarla reposar hasta el día siguiente para hornear unas magdalenas para el desayuno. Es la ventaja de utilizar polvo de hornear.
Una vez pasado el tiempo mínimo de reposo precalentad el horno a 250º. Removed la masa a mano con una espátula o con un batidor de mano y repartid por las cápsulas sin llenarlas más de 3/4 partes de su capacidad. Como os he dicho antes podéis añadirles piñones, pepitas de chocolate, frutos rojos, pasas, trozos de frutos secos o simplemente un poco de azúcar para hacer esa costra tan característica de las magdalenas de toda la vida.
Bajad la temperatura a 210º y hornead a media altura (en mi caso es siempre la segunda de las 4 alturas, empezando desde abajo) durante 16 ó 18 minutos o hasta que al pinchar la magdalena un palito salga seco. Dejad 5 minutos enlos moldes y luego enfriad en una rejilla al aire.


Y ahora a disfrutar esta delicia, recién hechas están buenísimas, y al día siguiente o al otro también, pero más no lo sé porque no duran tanto en casa. También podéis congelarlas recién hechas metiéndolas en bolsas de congelación aún calientes para conservar la humedad, bien selladas y cuando vayáis a sacarlas hacedlo a temperatura ambiente en su misma bolsa.
No sólo me encanta de los postres el hacerlos y comerlos, todo lo que es el menaje, las telas, cubiertos y artilugios mil de la cocina me encantan, si tuviera una cocina más grande …
Mi suegra me dio el otro día un trapito antiguo (de su propia suegra o incluso de la madre de su suegra), así que tiene solera. Y mira por donde ha llegado a mí.

Pues más antigua debe ser esta receta y mira por dónde disfrutando de ella, porque lo moderno está bien. Pero lo de toda la vida también.
Por cierto además de estrenar vainilla y las pepitas de chocolate de Hershey’s también he estrenado cápsulas, con estas no fallas. ¿No os pasa a veces que compráis unas cápsulas de papel monísimas pero luego tras el horneado se quedan tan aceitosas que pierde toda la gracia el dibujo? Pues con estas no pasa, cuestan 3 euros, éso sí, pero sulfurizadas por dentro mantienen el dibujo exterior perfecto. Vienen en packs de 20, son de la marca Lily Cook de El Corte Inglés. Están en negro, rosa y azul.

SI TENÉIS ALGUNA DUDA, SI OS HA GUSTADO LA RECETA, DADLE AL ME GUSTA, COMPARTID O DEJAD UN COMENTARIO. GRACIAS POR LEER MI BLOG Y HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA. PATRI.
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