Los sueños se hacen realidad. Sí, suena un poco cursi pero si algo he aprendido en esta vida es a saber esperar. A que todo llega en su justo momento. La edad y la madurez nos quitan un poco la impaciencia de la juventud y nos vuelven más serenos. Algo bueno tiene cumplir años y eso es la experiencia y las tablas que nos da la vida. Cuando eres joven lo quieres todo ya, ahora, no puedes esperar. Pero lo bueno se hace esperar.

Esta es la tercera transformación de mi cocina desde que vivo en este piso y será la definitiva. Por circunstancias de la vida mi infancia y mi juventud me llevaron a cambiar muy a menudo de vivienda. Cuando hace 17 años compramos este piso, que se ha convertido en nuestro hogar, le dije a mi media naranja que no me iba a mover de él ni en sueños. No era perfecto, pero tenía muchas posibilidades. La cocina era pequeña, las puertas de roble, rústicas. Con los años cambiamos esas puertas a otras de cerezo, lisas, sin molduras, más actuales, más fáciles de limpiar. Pero seguía sin ser la cocina que deseaba tener. Los cachivaches ya no me cabían en los armarios. Aún teniendo un patio o terraza en la cocina se me amontonaban las cosas por falta de espacio. Y no hablamos de cuando preparaba una tarta muy elaborada, galletas decoradas, … Acababa sacando trastos al comedor no quedaba espacio para cocinar … Además no era muy cómodo comer en una cocina pequeña, plegar y desplegar la mesa en un reducido espacio.
Siempre me han gustado las cocinas grandes, de joven veía las pelis americanas, donde los personajes hacían vida en la cocina y soñaba con tener una cocina grande. Y siempre me han gustado luminosas, blancas, nórdicas. La idea estaba ahí rondando en mi cabeza durante años hasta que mi marido me siguió en otra de mis ideas delirantes y el sueño se hizo realidad. Dentro de mis posibilidades creo que al final lo he conseguido.

La cosa no iba a ser fácil, mi casa tiene 4 dormitorios, uno se lo dimos al salón hace años. Lo reconvertimos en salita diáfana con un arco blanco que me hizo mi suegro (es ebanista). En casa entre mi suegro y mi marido siempre han hecho todos los muebles, incluso los del baño así que ese don hay que aprovecharlo.

Hace unos meses volvimos a cerrar la salita y la reconvertimos en el nuevo dormitorio de mi hija pequeña, un poco más grande y luminoso. Junto a mi antigua cocina estaba el único baño de la casa. Se lo dimos entero a la nueva cocina y conseguimos una cocina de 13 m². Como veis la obra no se podía hacer en un par de semanas. Y había que empezarla trasladando primero la habitación de mi hija. Del baño antiguo, por dimensiones, nos sirvió para obtener un cuarto de baño y un pequeño aseo con ducha que abrimos a nuestro dormitorio. Por todo esto nos mudamos de casa por 2 meses y he estado un poco atareada estos últimos tiempos. Justificado ¿verdad? Et voilà casa nueva y cocina ESPECTACULAR. Aprovechamos para alisar paredes y lavar la cara al resto de la casa. Así que como veis no puedo estar más FELIZ. Por fin, 17 años después de comprar nuestro piso, tengo la casa como a mí me gusta.

El mobiliario de la cocina es en DM blanco lacado, el modelo de puerta se llama Málaga. Optamos por poner tiradores en cromado para seguir la línea de los electrodomésticos, todos visibles menos el lavavajillas que va panelado, está oculto en el armario bajo la Kitchen Aid.

Aunque viva en un piso y no en una casa es un lujo tener terrazas, da más sensación de libertad y quería tener unas bonitas vistas desde mi ventana.

La mesa y las sillas son de IKEA, la medida nos venía perfecta. El anexo que veis en blanco junto a la mesa esconde una pequeña sorpresa.

Mi nueva taza de la tienda Taste of America lo dice todo.

La campana también en inox y decorativa. El cartel de COOK es, en realidad, un atril para libros de cocina que compré hace unos años en Stavanger. La encimera de la cocina continúa como un panelado por el salpicadero. Así queda más práctica a la hora de limpiar, más decorativa e integrada. Ahora que la he probado os digo que es todo un acierto.

Como veis tener la terraza a continuación da más sensación de amplitud. Las cocinas con poca luz ganan mucho si eliges mobiliario y azulejos blancos con brillo.

Esta parte la he ganado al ampliar la cocina. Con lo mucho que uso el horno era necesario ponerlo en columna, en su nueva posición es más cómodo a la hora de meter y sacar las cosas recién horneadas. Además es una zona más limpia y perfecta para preparar los desayunos. Mi hija mayor dice que es la zona de dulces.

El stand de dos alturas es también de IKEA y tiene todo lo necesario para aderezar nuestro café o la leche de las peques.

Y justo al lado la tostadora con sus prácticas 4 ranuras y un buen surtido de tazas, ya sabéis que son mi debilidad. En la vitrina de arriba está la panera así, tengo las rebanadas de pan más a mano. Está todo pensado.

El suelo de la cocina es un porcelánico que imita los antiguos suelos hidráulicos. Combina blanco y gris, los colores predominantes de la cocina. Me encantan estos azulejos y ahora están de nuevo de moda pero quería algo sutil, sin colores fuertes.

La elección de la encimera estaba claro. Elegí el modelo Aura de Dekton, ultrarresistente a impactos, manchas y a altas temperaturas. Me encanta el veteado. Desde que mi marido me enseñó esta cocina con la misma encimera expuesta en su trabajo lo nuestro fue amor a primera vista.

Mi nueva batidora de vaso Smeg en verde menta y tiene un lugar privilegiado. Me la regaló mi marido por mi cumpleaños. He visto muchas cocinas con todos los electrodomésticos a juego, del mismo color, pues a mí la Smeg me enamoró en su verde aguamarina así que no, no la cambié por una roja.

Pero la reina sigue siendo mi Kitchen Aid que luce su rojo triunfal en mi nueva cocina. Muchas la imitan pero esa silueta retro y atemporal al mismo tiempo y sus materiales la hacen duradera. Esto sí que es amor para toda la vida.

Además como veréis he añadido algún que otro extra a los interiores. Este es un organizador llamado Kitchen Tower de la marca Peka. Caben todos mis tarros de especias, aceites, vinagres, y además tiene un cubo donde guardo los utensilios de madera. En un lateral puedo colocar las tablas de cortar. De lo más completo oiga. Y como me sobraba hueco pusimos un estante adicional donde guardo la báscula de cocina y las tazas medidoras. En el interior de la puerta he colgado las cucharas medidoras. La idea me la dio Bea Roque al colgarlas en sus armarios. Así lo tengo todo a mano.

Para organizar el interior de un armario esquinero nada mejor que uno de esos cachivaches que facilitan la vida en la cocina.

Todo en orden y accesible gracias al extraíble Le Mans.

He podido hacer hueco en la cocina para bandejas, moldes, cubertería y mantelería …

La campana extractora de Cata es potente y además decorativa.

Me encanta ver el pequeño jardín a través de la ventana. Los maceteros son de IKEA

El azulejo que elegimos es el azulejo de metro en blanco. Se llama así porque es el que se empezó a poner en el metro de Nueva York, hace más de 100 años, luego en Londres, París, …, como veis es atemporal.
Lo que más nos costó en cuanto a decoración es decidir cómo meter una pantalla negra en una cocina tan blanca, no sabía como encajarla. Sí, las hay con marco blanco pero no en Smart TV. Y no me acababa de decidir. ¿Dónde podíamos poner la T.V. sin que desentonara y que pudiéramos verla todos al mismo tiempo? ¿En la encimera? ¿Empotrada en un mueble? ¿En columna junto al horno y microondas? No, no me acababa de convencer. Nuestra antigua TV estaba en la pared y los altavoces distorsionaban por la grasa acumulada por dentro imposible de limpiar. Y que queréis que os diga, no me gustaba la idea de ver la TV colgada de mis nuevos azulejos.

Hasta que vimos la solución en You Tube: un elevador de T.V. empotrado en un pequeño mueble haría que pudiéramos mostrar o esconder la T.V. a nuestro antojo. Así no desentona y además está protegida de la grasa de la cocina. ¿Qué os parece? Compramos el elevador en Amazon y mi marido le hizo un mueble a medida. Mis hijas alucinaban !!!!!!

La suerte de vivir en un primer piso es que tenemos dos terrazas, una en nuestro dormitorio, más de disfrute, y otra en la cocina. Es un desahogo poder guardar todos los productos de limpieza, cubos, escobas, fregonas, carro de la compra, lava-secadora, calentador, … , hasta mi gato Lenny tiene sus cosas en la terraza. Esta vez además pensamos en lavar un poco la cara de la terraza colocando tablillas de madera tropical de Ipé y renovando y trasplantando mis plantas a grandes maceteros. El resultado me encanta.

La combinación de madera y plantas siempre es un acierto.

Como a pesar de tener una gran cocina necesito mucho espacio para material de repostería estos dos grandes armarios de compacto blanco me sirven de almacenaje.

Es un tipo sintético de madera que resiste el agua y el estar a la intemperie.

Así tengo muchas cosas de repostería almacenadas y a mano: moldes, cortadores, cápsulas de cupcakes y muffins, tarrinas de helado, palitos para cupcakes, cajitas, portatartas, pinceles, pajitas, montones de platos y bandejas de todas formas y tamaños que utilizo para preparar los sets para las fotos, bajoplatos de madera natural, stands desmontables, giratorios, bases para tartas, moldes, cestas, boquillas, estecas, … En fin toda una serie de artículos para los que necesitaría una cocina nueva. Gracias al apañado de mi marido que crea soluciones donde yo genero problemas he conseguido organizar, ordenar y dejar espaciosos los armarios con todo a la vista. Incluso me queda un hueco para cositas nuevas!!!!!! Durará poco, eso ya os lo digo yo jejejejejeje. Vienen nuevas cositas de camino!!!!!

Siempre me han gustado las clásicas alacenas así que quería una donde poder guardar los innumerables tarros de harina, azúcares, … Bien organizada eso sí.

Tener el horno más alto es una ventaja, siempre me han gustado los hornos en columna. Son mucho más prácticos.

Ahora tengo grandes vitrinas donde guardar mis stands de tartas, bandejas, latas, … Todo a la vista.

Había visto esos bonitos rincones del café en Pinterest y tenía ganas de hacer uno en casa, todo a mano, sólo necesito coger la leche para el café, el resto está en el stand de dos alturas: azúcar blanco, moreno, miel, el cola cao de mis niñas, café soluble, té, Chai té soluble, cucharitas, mix de especias para aromatizar el café, … Y mi Nespresso Lattissima, porque yo soy una adicta al café, pero con leche.

El letrero es casero, DIY. Encontré un cuadro alargado en una tienda y con una fina cinta de doble cara le pegué un trozo de cartulina negra a la medida. Las letras están pintadas con Chalk Paint.

No hay ningún material que me guste más que la madera natural, así que, no podía faltar en mi cocina. El taco, los nudos, curvaturas de la madera natural casi sin tratar me encantan.

Los cuberteros son de madera de bambú y extensibles. Todo organizado en 3 grandes cajones Hettich que se deslizan solos. Los que me conocen bien saben que soy ordenada casi rayando lo patológico, me da tranquilidad, serenidad, y no puedo evitarlo!!!!!

Y grandes caceroleros para guardar además de sartenes algunos de mis moldes de repostería.

El fregadero es grande y los bajos ocupan mucho espacio así que preferimos poner estas prácticas y baratas cestas para las basuras que aparatosos e incómodos cubos además carisísimos. En casa reciclamos todo en el mueble bajo el fregadero tengo dos basuras: orgánica y envases. En la terraza guardo en otro cubo de dos compartimentos el papel y el vidrio, en un contenedor pequeño las pilas.

Pasado un tiempo decidí poner la cafetera en el lado contrario para no estorbar si alguien estaba sentado en la mesa. Y decidí adornar un poco la pared de ladrillo con un letrero retro que encontré en La Maison du Monde.

Como veis el letrero queda de lo más bonito.

Y también en La Maison du Monde encontré estas cestas a modo de frutero para aprovechar un rincón vacío, tener la fruta organizada y la mesa despejada. Además medimos bien el hueco para que cupieran tres cestas y el ahora muy necesario taburete para seguir teniéndolo a mano para los armarios altos. Aprovechando hasta el último rincón.

Este fue el aspecto original de la cocina: clásica, rústica, oscura, pequeña. Sus inicios. Nada que ver con la actualidad. Parece sacada de otra casa.

Este era el aspecto tras la segunda reforma: más moderna, un poco más clara pero igualmente pequeña y oscura. Ahora me doy cuenta de que he hecho grandes creaciones en una cocina muy pequeña. Ahora tengo una bancada grande y espaciosa y eso me hace muy FELIZ. Como veis la transformación ha sido INCREÍBLE. Me siento como las familias de los programas de decoración de casas de Divinity. Es como estrenar casa de nuevo. Ha valido la pena el esfuerzo.

Vuelvo a la carga, tranquila y relajada, la actividad bloguera se reanuda.

Y claro hay que estrenar la K.A. en la nueva cocina: cookies de lacasitos, madeleines, minicakes de limón y arándanos (con la misma receta de las madeleines pero añadiendo arándanos), brownie, clafoutis de cerezas, limonada casera y batidos de Oreo. ¿No está mal como inauguración eh?

Porque lo mejor de estrenar cocina es preparar meriendas de inauguración para mi familia y amigos.

Una nueva cocina diseñada a medida, plasmando ideas sobre el papel. Nada en ella se ha dejado al azar. Tenía claro su diseño, materiales, distribución, … Y así ha quedado, como yo esperaba, increíblemente bonita, espaciosa, luminosa, para vivir. Y todo gracias a la persona que me acompaña desde hacia media vida, mi media naranja, mi todo, desde que tenía 19 años llegó a mi vida para quedarse (y tengo 40) y hacerme feliz. Siempre lo consigue, gracias por estar ahí vida, sabes que te quiero. Un proyecto de vida que me ha traído otro de mis sueños, mi nueva cocina.

Como veis estoy FELIZ !!!!!!

Y mi gato Lenny también 😀 😀 😀
Nota: actualizado 02/08/17.
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