Bocaditos de bizcocho y brownie

  Otra receta de esas que tenía pendiente, pero el fin de semana me lancé a hacerla de repente y como decimos en mi tierra «pensat i fet» (pensado y hecho). Estos bocaditos son la versión casera de esos que habitualmente encontramos en el supermercado. Este bizcocho mitad vainilla mitad brownie de chocolate es denso de miga prieta, perfecto para untar en la leche. Además su forma alargada lo hace perfecto para eso. Un pequeño bocado al que yo además he recubierto de chocolate fundido por la parte inferior. No digo más.

  La receta es una adaptación del blog Rasa Malaysia. Y llevaba mucho tiempo queriéndola hacer. A este paso necesitaré  1.001 vidas para hacer todos mis postres pendientes!!!! Vamos con la receta. Recordar, ingredientes a temperatura ambiente, a no ser que indique lo contrario. La receta la preparé el fin de semana pasado y casi no me dejan ni hacerle unas fotos, andaban  al acecho todos los habitantes de la casa olisqueando y esperando a que llegara el momento de atrapar a su presa. Así que el reportaje fue contrarreloj y bajo presión, jejejeje.

Bocaditos de vainilla y brownie

INGREDIENTES (8 trozos):

Brownie

– 140 g de chocolate negro (yo he usado Valor Postres)

– 50 g de mantequilla sin sal

– 50 g de azúcar moreno

– 1 huevo

– 35 g de harina

– 1/2 TSP o cucharadita de café soluble

– 1 pizca de sal

Bizcocho de vainilla

– 120 g de mantequilla sin sal

– 100 g de azúcar

– 2 huevos

– 120 g de harina

– 1/4 TSP o cucharadita de polvo de hornear

– 1 pizca de sal

– 50 ml de leche

– 1 TSP o cucharadita de extracto o pasta de vainilla

Cobertura

– 150 g de chocolate negro (yo he usado Valor Postres)

  Preparar un molde alargado de unos 20×10 cm tipo loaf y engrasar. Precalentar el horno a 180ºC. En un cazo derretir el chocolate troceado con la mantequilla a baja potencia de calor. Dejar que se tibie un poco. Añadir el azúcar y remover hasta integrar. Agregar el huevo y mezclar bien. Por último añadir la harina con el café soluble y la sal tamizados, integrar bien. Verter sobre el molde y hornear a media altura unos 15 minutos. Mientras tanto preparar la masa del bizcocho de vainilla. Batir la mantequilla con el azúcar con un batidor eléctrico o robot tipo K.A. hasta que esté cremosa. Añadir los huevos de uno en uno batiendo después de añadir cada uno de ellos. Tamizar la harina, junto con el polvo de hornear y la sal. Mezclar la leche con la vainilla. añadir a la masa alternando mezcla de harina con la de leche. Mezclar hasta conseguir una masa batida suave y sin grumos, pero ojo, no sobrebatir. Verter sobre el molde donde tenemos el brownie, con cuidado, yo he utilizado una manga pastelera. Hornear a media altura a 160ºC unos 30 minutos. Chequear pasado ese tiempo pinchando en el centro con un palito hasta que salga limpio. Sacar del horno y enfriar sobre una rejilla. Mientras tanto derretir el chocolate para la cobertura en el microondas o en un cazo al baño María. Una vez frío el bizcocho cortar en trozos y bañar en chocolate parte del brownie. Dejar enfriar sobre una lámina de papel de horno y a disfrutar.

 Delicioso para un desayuno o una merienda

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Granary Bread Loaf

  Me encanta hacer pan. Aunque me da un poco de respeto la masa madre y hasta ahora no he tenido buenas experiencias con ella. Pero el pan de molde con levaduras es más sencillo así que por algo hay que empezar.

  Todavía me quedaba harina tipo Granary, de la que compré en el supermercado inglés Iceland. La harina Granary es una harina británica. Es una marca registrada de la casa Hovis. Se trata de una harina semi-integral que contiene una mezcla de harina integral, harina de centeno y trigo malteado. Para obtener el trigo malteado, el trigo se deja germinar, se tuesta y se muele. Esta harina le otorga al pan un sabor y un aroma ligeramente dulce y tostado.

  Siguiendo los consejos de Bea Roque congele la harina para que no se estropeara, en realidad no llega a congelarse del todo, mantiene la textura empolvada pero se queda muy fría y se conserva espectacularmente bien. La puse en una bolsa de zip grande sin aire y al congelador. Es suficiente con sacarla media hora antes de utilizarla y extenderla en una fuente. Fue todo un descubrimiento.

  Hace un tiempo preparé un pan con esta harina y quedó muy bueno. Así que era hora de utilizar el resto. Si quieres conocer la historia de este tipo de harina comercializada por la casa Hovis clica aquí.

¿Se os ocurre de qué rellenarlo?

Perfecto para hacer unas tostadas para la cena.

  La receta de hoy la encontré en el blog Lavander & LoveageEs una delicia de blog, os lo recomiendo. La receta de Karen es para 1 pan de molde grande o 2 medianos o varios pequeños. En caso de no encontrar este tipo de harina se recomienda utilizar harina especial para pan multicereales. La receta se puede hacer con levadura seca de panadero ó 15 g de levadura fresca prensada. Si lo hacéis con levadura fresca hay que disolverla en un poco de agua tibia y dejar reposar 10 minutos antes de incorporarla al resto de ingredientes. La seca, liofilizada ya sabéis que se echa directamente en la harina, no requiere hidratación.

Mmmm riquísimo con cualquier alimento que le pongas.

Granary Bread Loaf

INGREDIENTES (1 pan de molde grande, de unos 900 g):

– 350 g de harina «Granary»

– 100 g de harina de fuerza

– 1 TSP o cucharadita de sal

– 7 g de levadura de panadero

– 25 g de mantequilla derretida tibia

– 300 ml de agua tibia

  En un bol grande mezclar las harinas, la sal y la levadura y hacer un hueco en medio donde verter la mantequilla y el agua. Mezclar con las manos o en el robot tipo K.A. con la pala. Amasar a mano o en el robot durante unos 10 minutos hasta que quede suave y elástica. Preparar un bol untado con aceite y dejar reposar la masa hasta que doble su volumen cubierta con film y un trapo en un sitio cálido de la casa. Engrasar el molde tipo loaf. Una vez levado precalentar el horno a 180ºC. Darle forma alargada a la masa y colocar en el molde con cuidado. Dejar levando de nuevo hasta que doble su volumen. Antes de hornear podéis espolvorear con un poco de harina y unos granos la superficie. Después hornear a media altura unos 30 minutos. Estará hecho cuando al golpear la parte de abajo suene hueco. Testear a los 20 minutos.

  Una vez horneado colocar sobre una rejilla y dejar que se airee y enfríe.

Aguanta 2 ó 3 días en un contenedor hermético.

También puedes rebanarlo y congelar.

Como veis es bastante sencillo de hacer y está espectacular.

Esta vez el acompañamiento no es dulce.

Porque no sólo de dulce vivo yo.

 

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Bizcoflán

  Hace mucho tiempo que quería hacer esta receta. Ahora ya no está entre mis pendientes. Se puso de moda hace unos años. Es mágica porque consta de 2 masas diferentes que al hornear invierten su orden. ¿Recordáis la Tarta mágica? Algo parecido invierte las capas por la diferencia de densidad entre las masas.

  ¿Os ha pasado alguna vez que seguís fervientemente a una autora y bloguera y de repente desaparece de la faz de la tierra? Parece que la blogosfera siempre va a estar ahí y de repente sin avisar, se acaba. Hace años seguía a una bloguera americana que formó una familia en Noruega y escribía y fotografiaba tanto recetas americanas como escandinavas. De repente dejó de publicar. Y reconozco que a pesar de no conocerla en persona me quedé como extrañada, de esa ausencia, de esa falta de contenido, desangelado de noticias suyas. Sin saber si estaría bien, si le habría pasado algo, o si, simplemente, se habría cansado de publicar. Su blog The Transplanted Baker sigue ahí.

  Lo mismo me pasó hace unas semanas con otra bloguera autora de varios libros que forman parte de mi biblioteca reposteril, Sandeea o Sandra Mangas del blog La Receta de la Felicidad. Con la diferencia que aunque hace un par de años que desapareció de las RRSS y dejó de publicar en su blog, hace sólo un poco tiempo que directamente desapareció el dominio y no hay forma de ver su contenido.

  Quizá un día yo también me canse, me dediqué a otra cosa o simplemente ya no me llene ni me satisfaga el compartir las recetas, porque al blog hay que dedicarle cariño, mimo y TIEMPO y a veces hay que priorizar.

  A veces uno se cansa o tiene algún problema que impide dedicar tiempo al blog. Quizá la vida personal, familiar o laboral no permite seguir dedicando tiempo a algo que antes nos llenaba y nos daba satisfacciones. Internet es efímero aunque a veces no nos dé esa sensación. A veces se ensalza algo que queda en el olvido después o alguien desaparece y te deja como «huérfana». En este caso siempre me quedarán sus libros, menos mal.

  Bueno, dejemos de divagar y vayamos con la receta. El flan de huevo es uno de mis postres favoritos de toda la vida. Sandeea en su libro Chocolate tiene una receta, Chocoflan. Yo no lo he cubierto de chocolate y la receta del flan de huevo es el de toda la vida que hago siempre en casa pero el bizcocho de chocolate es el que aparece en su receta. Cuando hojeando su libro lo vi, recordé que nunca lo había hecho así que ya era hora de tachar otra de esas recetas pendientes.

  Ingredientes a temperatura ambiente a no ser que especifique lo contrario. Podéis hacer el caramelo casero con 50 g de azúcar llevándolo al fuego con unas gotas de limón, yo prefiero no complicarme y utilizar el de Royal de toda la vida. He hecho el postre en el molde Fleury de Lys de Nordic Ware. Primero lo he rociado con aceite desmoldante y luego he puesto el caramelo líquido.

Con el molde de Nordic Ware queda de lo más bonito.

Bizcoflán

INGREDIENTES (8 buenas raciones):

Bizcocho

– 100 g de chocolate negro (55% de cacao)

– 150 g de mantequilla

– 100 g de harina

– 25 g de cacao puro en polvo

– 1 cucharadita o TSP de café soluble

– 1 cucharadita o TSP de levadura química

– 1/2 cucharadita o TSP de sal

– 3 huevos

– 150 g de azúcar

Flan de huevo

– Caramelo líquido para el molde

– 1/2 l de leche entera

– 4 huevos M

– 200 g de azúcar

– Corteza de 1 limón

– 1 rama de canela

     

  Precalentamos el horno a 160º C. Preparamos el molde elegido con aceite desmoldante y caramelo al gusto. Preparamos la masa de bizcocho de chocolate. En un cazo calentamos la mantequilla al fuego y añadimos el chocolate troceado a fuego muy suave sin dejar de remover hasta que esté casi fundido. Retiramos del fuego acabamos de derretir el chocolate y reservamos. En un bol tamizamos juntos el cacao, la harina, la levadura, la sal y el café y reservamos. En otro bol batimos los huevos con el azúcar con un batidor hasta que la mezcla esté cremosa y después agregamos la crema de chocolate. A continuación añadimos los ingredientes secos y removemos con la ayuda de una espátula. Verter la masa en el molde y reservar. Preparar el flan calentando primero la leche junto a la corteza de limón y la canela, llevar a ebullición. En un bol batir los huevos con el azúcar, añadir la leche caliente colada, poco a poco y remover. Retirar las burbujas que se formen si no queréis que la superficie del flan quede muy agujereada, aunque a mí no me importa la verdad. Verter la masa con la ayuda de un cucharón o cazo, con cuidado. Cubrir con papel de aluminio el molde, colocar en un recipiente grande y rellenar con agua caliente para hacer el baño María. Hornear durante 1h. Sacar del horno, dejar enfriar a temperatura ambiente en el mismo molde y refrigerar (yo lo dejé toda la noche). Desmoldar y servir. Si no consumimos todo el mismo día guardar el sobrante en la nevera cubierto para evitar que se seque.

Está tan delicioso como parece.

Al corte queda de lo más bonito.

Me parece un postre con un toque retro encantador.

Delicioso, una combinación de texturas increíbles.

 

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Cupcakes Selva Negra

  Si hay una fruta que me encanta hasta decir basta esas son las cerezas. Estaba deseando hacer la Tarta Selva Negra. Tanto, que la he hecho dos veces, y una tercera en forma de cupcake. Tengo tantas recetas pendientes y tantos libros de repostería que necesitaría 500 vidas para hornearlo todo pero bueno me conformaré con la presente y con un poco de paciencia seguiré haciendo eso que tanto que me gusta, hacer repostería. Ya he publicado en 5 años más de 300 recetas así que voy bien.

  Hoy os traigo una receta tuneada, la receta del bizcocho del cupcake la tomé prestada de Ina-Janine Johnsen, una bloguera alemana afincada en Noruega. El resto es cosecha mía, he adaptado el relleno típico de la Tarta Selva Negra a formato Cupcake. Ina, la autora del blog Mat På Bordet, publicó esta receta hace unos años en la revista noruega Bake. Y dicha revista fue a parar a mis manos en un aeropuerto de Stavanger (Noruega) allá por el año 2.014, ya era hora de hacer alguna receta más ¿no?

Si quieres saber la historia de este típico postre alemán, la Schwarzwälder Kirsch Torte, visita el anterior post.

  Y ahora vamos con la receta. Además del bizcocho de chocolate necesitaremos mermelada de cerezas, Griottines o cerezas agrias en almíbar (si es con Kirsch, mejor), el almíbar de las cerezas para humedecer el bizcocho, chocolate negro rallado, nata montada y cerezas frescas o en almíbar. Como siempre ingredientes a temperatura ambiente.

No me diréis que no son preciosos ¿eh?

El rojo cereza es mmmmmm

 

Cupcakes Selva Negra

INGREDIENTES (para 20 cupcakes):

Bizcocho

– 240 g de harina de repostería (200 g de harina normal+40 g de maizena)

– 60 g de cacao en polvo (he usado Valor)

– 1 cucharadita o TSP de bicarbonato sódico

– 1 cucharadita o TSP de polvo de hornear

– 1 cucharadita o TSP de sal

– 1 cucharadita o TSP de café soluble

– 225 g de mantequilla sin sal (pomada)

– 300 g de azúcar

– 3 huevos

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla

– 150 g de nata fresca o crème fraîche 

– 120 ml de agua caliente

Relleno

– 1 tarro mediano de mermelada de cerezas

– Griottines o cerezas agrias en conserva deshuesadas (1 cereza por cupcake)

– Almíbar de la conserva

– Kirsch al gusto (yo le añadí un buen chorro al almíbar)

Cobertura

– Unos 100 g de ganaché de chocolate (2 partes de chocolate 1 de nata)

– Chocolate mínimo 50% de cacao, rallado o en virutas

– 300 ml de nata montada (nata para montar con un mínimo de 35’1% de man. grasa+azúcar glas al gusto)

– Cerezas frescas para coronar el cupcake (si no es temporada, en almíbar)

  En un bol tamizar juntos todos los ingredientes secos (harinas, cacao, bicarbonato, polvo de hornear, sal, café soluble) y reservar. Preparar el molde de cupcakes con sus cápsulas. Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.   En el bol de un robot de cocina tipo KA batir la mantequilla hasta que esté cremosa, añadir el azúcar e integrar. A continuación agregar los huevos uno a uno. Después añadir la vainilla y la nata fresca integrando después de añadir cada ingrediente. Finalmente agregar el agua caliente e integrar. Repartir de manera equitativa en las cápsulas, sin sobrepasar los 2/3 del volumen de la cápsula y hornear a media altura a 180ºC durante unos 15-20 minutos. Para asegurarse de que estén bien hechos pinchar en el centro del cupcake con un palito y si sale seco están perfectos si no hornear unos minutos más. No los horneéis de más, entre mucho y poco está la perfección. Unos cupcakes de chocolate horneados de más quedarán secos y con un sabor retostado. Han de quedar esponjosos. Dejar 5 minutos en el molde y luego enfriar sobre una rejilla. Una vez tibios verter 1 TBSP o cucharada sopera de almíbar con Kirsch sobre el cupcake. Después descorazonar un trozo del centro del cupcake y rellenar con mermelada y 2 mitades deshuesadas de cereza en conserva y después colocar la mitad del pedacito que habíamos retirado. Comeros el otro pedacito y veréis qué esponjosidad. Verter 1 TBSP o cucharada sopera de ganaché sobre la superficie y dejar que se tibie un poco.

  Mientras preparar la Chantilly o nata montada y con la ayuda de una manga pastelera y boquilla (yo he utilizado una redonda) hacer un buen «moño». Luego espolvorear con chocolate rallado y coronar con una cereza.

Ahora ya podéis hincarle el diente, es puro placer !!!!!!

Quien lo prueba quiere repetir.

Un postre lujurioso.

Esto es como Chocolates Valor, placer adulto.

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Tarta Selva Negra

  La receta de hoy la preparé para el Día de la Madre. Así que va dedicada a todas las que sois madres y a las que sois hijas y tenéis la suerte de tener madre y celebrar el día con ellas. La tarta que os traigo hoy es todo un clásico en la repostería alemana, la Tarta Selva Negra o Tartas clásicas (tarta de cereza de la Selva Negra).

  Esta receta la he adaptado de un libro de postres clásicos «Pâtisserie: A Step-by-step Guide to Baking French Pastries at Home de Murielle Valette. La autora proviene de una familia francesa con tradición en la restauración. Posee una estrella Michelin y su restaurante, Ockenden Manor, está situado en Buckfield (al Sur de Londres). Aunque el postre es originario de Alemania es también muy popular en la región francesa de Alsacia, en la frontera con Alemania.

  La Selva Negra es en realidad un bosque, una Foresta Nera como la denominaron los romanos, es un magnífico bosque alemán ubicado en el estado de Baden-Wurtemberg. Se yergue en el triángulo fronterizo entre Alemania, Suiza y Francia, a hora y media de Stuttgart y Zúrich.

  Dos ingredientes son imprescindibles para la preparación al estilo más tradicional:

  • El kirsch o Kirschwasser (aguardiente de cereza), concretamente el Schwarzwälder Kirsch, que se prepara en la región de la Selva Negra a partir de la destilación de cerezas ácidas o guindas (la guinda es un tipo de cereza silvestre y de sabor agrio). Concretamente de la variedad Morello. Para elaborarlo se usan las cerezas enteras, machacadas y destiladas, dando lugar a este licor de muy alta graduación, enormemente apreciado a nivel gastronómico y usado para platos tan distintos como la fondee o la tarta selva negra.
  • Las cerezas, una variedad en concreto, las  Griottines o Morello, Esta variedad de cerezas silvestres se cultiva también en Francia. Se trata de unas cerezas más pequeñas que las habituales y con un sabor muy especial, normalmente almibaradas con Kirsch. Las guindas son los frutos del guindo, cerezo ácido o cerezo de Morello. Las guindas son cerezas silvestres, clasificadas como fruta agria. Son oscuras, con un color que oscila entre el rojo y el negro, y de tallo corto. Se utilizan sobre todo en elaboraciones culinarias. Como las cerezas y picotas, también se trata de una fruta saludable. La guinda se utiliza como diurético, astringente o expectorante, y es beneficiosa frente a la gota, la hipertensión o ciertas cardiopatías.

  Este pastel es ligero pero cremoso y está cargado de cerezas y alcohol. Capas de genovesa de chocolate embebidas en almíbar de cerezas y kirsch, alternadas con crema chantilly, muchas cerezas y virutas de chocolate negro. Y como todo postre clásico tiene sus leyendas y sus «se dice» «se comenta» que …

  Existe la presunción de que la combinación de cerezas, alcohol y crema, es decir, los ingredientes para la tarta, ya se conocía hace 200 años en la Selva Negra en forma de postre. Un pastel con galletas y cerezas llamado así podría haber sido un prototipo del pastel de la Selva Negra.

  También hay quien piensa que la tarta se asemeja al traje tradicional de las mujeres de Baden, chocolate negro (como el vestido) crema Chantilly (como la blusa blanca) y cerezas como las Bollenhut del sombrero.

  Hasta comparan la tarta con Blancanieves: «Allí permanece como una pequeña Blancanieves: crema blanca como la nieve, cerezas rojas como la sangre, capas de bizcocho de chocolate marrón oscuro y gruesos copos de chocolate como decoración. Además, el aroma del mejor aguardiente de cereza …».

  Se adjudicó como inventor de la tarta Selva Negra, en 1.915 al pastelero Josef Keller, nacido en 1.887 en Riedlingen, en el estado de Baden-Württemberg. En el entonces famoso Café Ahrend en Bad Godesberg cerca de la ciudad de Bonn (hoy: Bonn-Bad Godesberg) se comercializaron estas tartas, y repetidamente afirmó haber inventado él la tarta. Después de un tiempo en el ejército, Josef Keller estableció su propia cafetería en Radolfzell. Fue aquí donde comenzó a trabajar un joven pastelero, August Schaefer, que aprendió todas las técnicas de confitería de su maestro. Pero su pastel originalmente consistía en una capa de bizcocho de Viena y no en capas de bizcocho de chocolate de la tarta de la Selva Negra de la actualidad.

  Josef Keller murió en 1.981, y le legó a su aprendiz, August Schaefer, su libro de recetas con la receta original del famoso pastel.

  El hijo del aprendiz en cuestión, Claus Schaefer, sigue siendo panadero en Triberg’s Konditorei Schaefer y adivinad cuál es su especialidad …

  En 2.007, la investigación realizada por el encargado de los archivos de la ciudad de Tubinga Udo Rauch sobre el origen del pastel de la Selva Negra demostró que el pastelero del Café Walz en la ciudad de Tübingen, Erwin Hildenbrand, es el verdadero inventor del famoso pastel. Se dice que lo inventó en la primavera de 1.930. Su investigación demostró que Hildenbrand trabajó en la década de 1.920 en la Selva Negra (Furtwangen y Freudenstadt). Además, hay una foto manuscrita fechada en 1.936, que muestra al pastelero maestro cómo hace un pastel de la Selva Negra. Pero como toda leyenda unida a un plato es difícil de corroborar su origen.

  En 1.934, la tarta Selva Negra fue mencionada por primera vez por escrito en el libro «250 Konditorei – Spezialitäten und pie sie entstehen» por JM Erich Weber, Dresden 1.934 («250 Pasteles – especialidades y cómo están hechos»). En este momento, el postre se conocía principalmente en Berlín, así como en las buenas pastelerías de las ciudades alemanas, austriacas y suizas. En 1.949, la Tarta Selva Negra estaba justo en el número 13 de los pasteles más conocidos en Alemania. Después de eso, sin embargo, su nombre se desarrolló rápidamente. Hoy es el pastel más conocido y popular de Alemania y el postre alemán más conocido internacionalmente.

Cada dos años hay un festival de la Tarta Selva Negra en Todtnauberg.

  Y ahora que hemos averiguado un poco sobre el origen de este clásico de la repostería alemana, vamos con la receta. La he hecho varias veces. Unas veces con bizcocho genovés, el más utilizado en la mayoría de recetas y otras con un bizcocho de chocolate que me encanta como base para tartas. En cuanto a las cerezas he encontrado unas agrias en almíbar al que he añadido kirsch. Luego lo utilizo para almibarar las capas de bizcocho. Para el relleno, siempre con nata montada.  Me gusta más y queda mejor el conjunto con una fina capa de mermelada de cerezas y chocolate rallado. Para coronar una capa de ganaché, unos rosetones de nata y cerezas en almíbar o frescas o guindas. Personalmente no la cubro totalmente con nata me gusta que se vean las capas que quede decadente y «desnuda», como una naked cake.

Tarta Selva Negra

INGREDIENTES (8 raciones):

Bizcocho genovés

– 130 g de harina

– 20 g de maizena

– 30 g de cacao en polvo

– 1 cucharadita o TSP de café soluble

– 6 huevos tamaño L

– 185 g de azúcar extrafino (Caster sugar)

– 1/2 cucharadita o TSP de sal

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla (opcional)

Relleno

– 500 g de crema Chantilly o nata montada

– 200 g de Griottines en (cerezas agrias en almíbar con Kirsch)

– 100 g de chocolate mínimo 50% de cacao rallado

– Mermelada de cerezas

Ganaché de chocolate

– Seguir receta de ganaché básica 2:1 aquí

– Unas cerezas frescas o guindas para adornar.

  Deshuesa y parte por la mitad las cerezas en almíbar y añade un buen chorro de Kirsch al gusto en el almíbar (yo he utilizado cerezas agrias en almíbar). Ese almíbar con el kirsch nos servirá para emborrachar nuestros bizcochos. Deja las cerezas que maceren en el jugo (incluso toda la noche).

  Engrasa 3 moldes (tipo layer) redondos pequeños y coloca en la base círculos de papel de horno o sulfurizado. En un bol mediano tamizar juntos la harina, la maicena, el cacao, café soluble y la sal, reservad. En un bol grande bate los huevos con el azúcar hasta que blanqueen (2 minutos a velocidad media-alta de la KA). Añade la vainilla e integra (opcional). Coloca el bol al baño María (dentro de un cazo con 3 cm de agua a 80ºC sin llegar a tocar el agua). Batir vigorosamente a mano con la ayuda de unas varillas hasta que la mezcla alcance unos 40-45ºC. Con la técnica del baño María conseguimos que el huevo se licue un poco y su esponjado sea más eficaz. Después retirar el bol y batir con varillas eléctricas a máxima velocidad 10-15 minutos. Precalentar el horno a 160º C con calor arriba y abajo. Verter la mezcla de harina tamizada de nuevo para que caiga en forma de lluvia (así tiene más volumen) en 4 o 5 veces. A mano con la ayuda de una espátula integrar con movimientos envolventes, con cuidado para que el volumen baje lo justo pero que no queden pequeñas cantidades de harina sin integrar. Vierte sobre los moldes repartiendo la masa equitativamente y hornea a media altura entre 30 -40 minutos. No abrir el horno los 30 minutos primeros o bajará la estructura del bizcocho aún no formada. Cuando al pinchar el centro este salga limpio está listo. A los 5 minutos de sacar los moldes del horno dejar enfriar sobre una rejilla al menos 1h.

  Para el montaje de la tarta colocar uno de los bizcochos, almibarar y poner una capa de mermelada de cerezas. A continuación colocar una capa de mitades de Griottines, luego de nata montada y un poco de chocolate calado. Y así hasta llegar a la última capa de bizcocho, esta vez almibaramos y ponemos una capa de ganaché, coronamos con rosetones de nata montada, chocolate rallado y cerezas naturales o si no es temporada, guindas.

 

Todo un clásico de la repostería europea.

Es realmente apetecible.

Bonita por dentro y por fuera.

A lo Naked Drip Cake también queda muy bonita ¿no?

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Fin de semana en una Camper Van

  ¿Os acordáis de la Tarta Camper Van? Pues la original, el modelo Mohawk de Vanyou, la hemos podido disfrutar este fin de semana. Era la primera vez que hacíamos un viaje en Camper Van y ha sido una experiencia inolvidable. Las niñas (y nosotros) se lo han pasado pipa. Ha sido toda una aventura !!!!!! Gracias a Paula y Chema por permitirnos tener esta maravillosa experiencia. Es curioso llevar una mini casa a cuestas con pequeños detalles y comodidades que te facilitan la estancia y el transporte en carretera. Sin duda para repetir.

      

 

  La fugo viene totalmente equipada con mini nevera, menaje (incluye cafetera italiana), hornillo de gas, depósito de 20 litros de agua, fleco de ducha, 2 camas (una en el techo), calefacción y A/A, generador para cargar o enchufar aparatos eléctricos, mesa y sillas de camping, espacio para guardar comida y cajón para ropa, útiles para lavar menaje, mesa plegable interior, techo elevarle muy cómodo para permanecer de pie dentro de la furgo, hasta llevábamos un WC portátil por si las moscas, … La noche del sábado la pasamos estacionados en el camping Fonts de l’Algar por 10 euros la noche. Pudiendo disfrutar de sus instalaciones.

     

  En fin, muy completa, perfecta para recorrer kilómetros sin necesidad de alojarse en hoteles. Aquí tenéis los detalles de su equipación. ¿Quieres hacer un viaje diferente? ¿Parar sin preocuparte del alojamiento y tener comodidades en un sólo vehículo? Prueba algo diferente, divertido e inolvidable, prueba la experiencia de viajar en una furgoneta Camper. A nosotros nos ha conquistado. Y por eso os cuento nuestra experiencia. Ha sido un fin de semana de lo más completo.

A mis hijas, lo de dormir en el techo elevable les encantó.

  Salimos desde Valencia con destino a:

  • El lago de Anna, en la provincia de Valencia, una albufera con un bonito paraje perfecto para disfrutar de la tranquilidad y hacer un picnic, disfrutando de la naturaleza. El precio al público por el acceso es de es de 3 euros.

  • Bocairent, en la provincia de Alicante. Es un pueblo muy bonito. Nos encantó ir a les Covetes dels Moros (las cuevas de los moros), unas cuevas excavadas por el hombre en la época de la invasión árabe en la Comunidad Valenciana. En la entrada del pueblo encontramos una zona perfecta para un picnic.

  • El Castell de Guadalest o Casa Orduña, desde el que se ve el embalse de Guadalest.

  • Callosa de Ensarrià, también en Alicante. En la cuna del níspero. Una zona muy bonita donde pudimos visitar Les Fonts d’Algar (las fuentes del Algar)

  • La albufera de Valencia, un parque natural, un humedal único, hábitat de aves acuáticas, con sus arrozales y aquí, en mi tierra. A un paso de la ciudad tienes un entorno natural envidiable.

Como veis el fin de semana ha dado mucho de sí, pronto repetiremos seguro. Espero que os animéis. Con Vanyou tenéis la opción de contratar estas fuegos en Valencia, Málaga y Mallorca. Desde la primera y original Mohawk hasta las últimas incorporaciones aún mejor equipadas. No os lo perdáis, merece la pena. Además Paula y Chema son encantadores.

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Bundt Cake de chocolate y Guinness

  Holaaaa, sí, os traigo otra receta muy parecida a la que publiqué ayer y también es de chocolate y cerveza Guinness pero esta vez en forma de Bundt Cake muuyyy esponjoso. Este bizcocho lo preparé para celebrar mi cumpleaños con mis compañeras de trabajo y duró un suspiro. Ni pude hacer foto de un trocito jejeje. Pero no defrauda, enamora, os lo aseguro.

  En este caso, en lugar de buttermilk lleva nata ácida. Queda esponjoso pero húmedo. Se prepara en un momento y no sé, igual es por el molde de bundt de Nordic Ware, pero me gusta aún más que la Tarta de chocolate y Guinness. La receta original la puedes encontrar aquí. Yo he utilizado la mitad de las cantidades, para un molde tipo bundt (los de chimenea) de 9 cups. En mi caso he utilizado el Fleur de Lys de Nordic Ware.

  Se supone que según la receta había que utilizar cacao puro en polvo natural o «Unsweetened Cocoa Powder» que es el que más utilizan los americanos, como la marca Hershey’s pero a mí no me quedaba y he utilizado el de Valor que es cacao puro en polvo con proceso holandés o «Dutch-Processed or Alkalized Unsweetened Cocoa Powder«. Es una cuestión de combinar ácido-álcalis pero me he saltado el proceso de equilibrar ácido-base y ha salido bien. Lo digo porque lo más correcto es utilizar el unsweetened con bicarbonato y el Dutch con polvo de hornear.

  El procedimiento es muy parecido al del bizcocho de la Drip Cake de chocolate y Guinness así que obviaré alas fotos del paso a paso. Si quieres clica aquí para conseguir unos consejos para que tus Bundt Cakes queden siempre perfectos.

Bundt cake de chocolate y Guinness

INGREDIENTES (12 RACIONES):

Bundt

– 240 ml de cerveza tipo Guinness (stout)

– 230 g de mantequilla sin sal

– 70 g de cacao puro (yo usé Valor)

– 250 g de harina

– 400 g de azúcar

– 1/2 cucharada o TBSP de bicarbonato sódico

– 1/2 cucharadita o TSP de sal

– 2 huevos tamaño L

– 180 g de nata agria (la puedes hacer casera)

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla

Salsa de caramelo

– Clica aquí

– Escamas de sal Maldón

  Es muy sencillo. Preparar el molde de Bundt Cake con aceite desmoldante y espolvorear con un poco de harina. Precalentar el horno a 170ºC. Preparar la noche antes la nata agria si la vais a a hacer casera. Yo he utilizado una que consigo en un supermercado de productos rusos. Calentar la cerveza Guinness en un cazo y hervir 1 minuto y mantener el fuego medio, añadir la mantequilla troceada y cuando se haya derretido por completo retirar del fuego. Añadir el cacao tamizado y el azúcar y remover con la ayuda de unas varillas manuales. En un bol mediano batir los dos huevos, agregar la vainilla y nata agriaEn un bol grande, puede ser el de la KA, tamizar el resto de ingredientes y añadir el azúcar. Agregar las dos mezclas preparadas anteriormente y remover con varillas a baja velocidad hasta que todos los ingredientes estén integrados, sin sobrebatir. Bajar la masa de las paredes del bol y mezclar de nuevo. Repartir en el molde y hornear a media altura unos 55 ó 60 minutos o hasta que al introducir un palillo en el centro salga limpio. Dejar en el molde 10 minutos y luego desmoldar sobre una rejilla. Cuando esté totalmente frío el bizcocho podéis decorar. Unos chorros de salsa de caramelo y unas escamas de sal Maldón. Delicioso y con una presentación muy sencilla.

Así tal cual se aprecia el dibujo del molde, queda taaaaan bonito.

El punto dulce-salado del caramelo contrasta con el chocolate, me encanta.

Queda de lo más esponjoso.

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Drip Cake de chocolate y cerveza Guiness

  Otro año más. Tengo la suerte de tener una gran familia y un grupo de amigos que me quiere. La vida me ha brindado unos años de felicidad y tranquilidad así que no puedo más que estar tremendamente agradecida. Sobre todo a mi marido Jose por hacerme tan FELIZ. Porque él me ha hecho el mejor de los regalos, mis hijas, por lo que le estaré siempre agradecida. Gracias cariño, sabes que TE QUIERO.

  Ayer fue mi 41 cumpleaños así que me preparé una de esas tartas que no falla, ¿por qué a quién no le gusta el chocolate? ¿Y si lleva un ingrediente secreto? No es la primera vez que la hago. Ya hice un layer cake hace unos años para el Día del Padre y en versión cupcake. Es ese típico sabor a chocolate con algo más, que está muy rico pero no sabes decir qué más lleva. Pues me apetecía hacerla en otra versión y además de la tarta hice un bundt cake para celebrar mi cumpleaños con mis compañeras de trabajo. He estado haciendo pruebas de sabores y texturas y esta es la que más me ha convencido, bizcocho esponjoso, chocolateado y húmedo. En una palabra BRUTAL.

  La receta del bizcocho y del frosting de crema de queso está adaptada del libro The Hummingbird Bakery, Mother’s & Fathers Day Treats. La receta de la salsa de caramelo salado la puedes encontrar en el blog, pincha aquí. Y para coronar una tarta espectacular he triturado unos cuantos Pretzels que he espolvoreado por encima. Lo de que caigan los chorros de salsa de caramelo es mmmmmm. Aunque si quieres una versión más sencilla puedes espolvorear la superficie con cacao en polvo y listo. La mía es más festiva que para eso es mi tarta de cumpleaños.

  La historia de la cerveza Guinness comienza en el año 1.752 con la creación de la humilde cervecería en el condado de Kildare de Arthur Guinness. En el año 1.759 abre una cervecería en St. James’s Gate en Dublin, firmando un alquiler con las autoridades dublinesas por 9.000 años a razón de 45 libras anuales (eso es una renta antigua y lo demás son tonterías). Es a partir de 1.799 cuando comienza a centrar su producción en la cerveza oscura (porter), llamada así porque los vigilantes de las calles la toman (porter en inglés es vigilante. Dejando así de fabricar cerveza tipo ale o de fermentación alta. Y así va creciendo el imperio que empezó, como muchos, con muy poco. Y se va heredando de padres a hijos. En 1.833 se convierte en la cerveza más vendida en Irlanda. En 1.862 se crea la famosa etiqueta beige típica de Guinness que incluye tres elementos: la firma de Arthur, la legendaria y simbólica arpa y el nombre de Guinness. El arpa es el símbolo por antonomasia de Irlanda, con la salvedad de que Guinness lo registró como propio de manera que la empresa llegó a un acuerdo con el Estado irlandés. Así, el arpa que aparece en el escudo de armas de Irlanda es la misma pero al revés. El primer volumen del libro Guinness de los Records se publicó en 1955. Desde el año 1.997 forma parte de una multinacional inglesa, aunque se acordó que la marca mantendría algunos derechos propios como marca. Si quieres más información curiosa de la cerveza Guinness, pincha aquí.

  La Guinness es potente, tiene un sabor que va muy bien con el cacao. Éso sí, la tarta no es apta para diabéticos, el nivel de azúcar es alto para contrarrestar el amargor del cacao y la stout, que es como llaman a la cerveza negra, tostada, de sabor fuerte. Además veréis por las fotos que tinta de un tono muy oscuro al bizcocho. He horneado el bizcocho repartiendo la masa en dos moldes redondos pequeños y he doblado y adaptado la cantidad de frosting para no hacer corto, me ha sobrado un poco para adornar 3 cupcakes que les he preparado a mis compis del hospital.

 

Drip Cake de chocolate y cerveza Guinness

INGREDIENTES (12 raciones):

Bizcocho

– 250 ml de cerveza Guinness

– 250 g mantequilla sin sal

– 80 g de cacao puro en polvo (yo uso Valor)

– 400 g de azúcar extrafino (Caster Sugar)

– 2 huevos L

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla

– 140 ml de buttermilk (lo puedes hacer casero)

– 280 g de harina

– 2 cucharaditas o TSP de bicarbonato sódico

– 1/2 cucharadita o TSP de polvo de hornear (tipo levadura Royal)

– 1 cucharadita o TSP de sal

Frosting

– 160 g de mantequilla sin sal

– 600 g de azúcar en polvo (icing sugar)

– 250 g de queso crema graso (yo he utilizado Philadelphia)

Decoración

Salsa de caramelo salado

Pretzles muy troceados

 

  La preparación es muy sencilla. Preparar los moldes con aceite desmoldante o pincelar con mantequilla derretida. En el fondo del molde colocar 1 círculo de papel de horno. Precalentar el horno a 170ºC. Preparar el buttermilk si lo vais a a hacer casero. Calentar la cerveza Guinness en un cazo y hervir 1 minuto y mantener el fuego medio, añadir la mantequilla troceada y cuando se haya derretido por completo retirar del fuego. Añadir el cacao tamizado y el azúcar y remover con la ayuda de unas varillas manuales. En un bol mediano batir los dos huevos, agregar la vainilla y el buttermilk. En un bol grande, puede ser el de la KA, tamizar el resto de ingredientes. Añadir las dos mezclas preparada anteriormente y remover con varillas a baja velocidad hasta que todos los ingredientes estén integrados, sin sobrebatir. Bajar la masa de las paredes del bol y mezclar de nuevo. Repartir en los moldes y hornear a media altura unos 45 minutos o hasta que al introducir un palillo en el centro salga limpio. Dejar en el molde 10 minutos y luego desmoldar sobre una rejilla. Cuando esté totalmente frío el bizcocho podéis rellenar y cubrir el layer cake. Unos chorros de salsa de caramelo y unos trocitos de pretiles coronando la tarta. Deliciosa y con una presentación muy festiva.

  ¿Hay algo mejor que una Tarta de cumpleaños para celebrar con la familia y los amigos un día muy especial? Gracias a todos los que habéis hecho que me lleve un recuerdo tan especial de este día. Otro año más !!!!!! Y a seguir cumpliendo.

Utilicé un poco de la masa para hacer unos cupcakes.

Es una tarta realmente jugosa y muy muy chocolateada.

Espero que os haya gustado tanto como a mí.

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Trdleník

  Como os contaba en la entrada anterior, la guía dulce de Praga, me ha encantado este dulce, tanto que hoy os traigo la receta. También llamados TrdleníkSkalický Trdelník, Kürtős Kalács, kürtőskalács o chimney cakes. Trdleník, sí, no lo he escrito mal, no penséis que me he comido alguna vocal. Traen un poco de controversia entre los praguenses. Si buscáis una guía antigua de la ciudad no los encontraréis entre sus delicatessen. Y es que aunque están por toda la ciudad en mercadillos y puestos callejeros, en realidad, no son tan típicos de Praga. Pero es inevitable el probarlos.

  Desde hace unos 10 años inundan la ciudad con sus puestos callejeros. El Trdelník es de origen eslovaco y ha invadido las aceras de Praga. Es una masa fermentada que se estira y se enrolla en un Trdlo, palo de madera o hierro colado, y se asa sobre brasas, este palo le da su forma característica.

  La forma final es la de una masa cocida al fuego de forma cilíndrica y hueco en su interior, con ligero sabor ahumado que se recubre de una mezcla de azúcar y canela, a veces también con trozos de frutos secos como nueces o almendras. Se puede hacer cilíndrico o cónico. Se toma tal cual, o untando sus partes interiores de Nutella o rellenándolo de helado, nata con fresas, … A mí la idea de comer helado a -9ºC no me atraía nada, más bien lo hubiera rellenado de vino caliente. Para ser tan azucarado no es especialmente dulce, depende del relleno. En los carteles de cada quiosco se anuncian como producto checo tradicional, en algunos incluso se dice que lo están produciendo desde 1.890.

  El trdelník es un plato cuyo origen en realidad radica en la región de Transilvania, que en aquella época pertenecía a Hungría. El nombre original es Kürtős Kalács o kürtőskalács. El término procede de kürtő, que significa «chimenea». El nombre original en húngaro significa «pastel con chimenea», refiriéndose a su forma de chimenea pequeña, con el vapor saliendo por arriba. De ahí se extendió a otras regiones de Hungría, entre ellas Eslovaquia, que fue hasta 1.918 una región de este país. Actualmente se encuentran en muchos mercadillos de Centroeuropa.

  Fue concretamente el cocinero del conde József Gvadányi, general y filósofo húngaro que llevó la receta a Skalica (Eslovaquia) en el siglo XVIII, donde la receta se alteró y nació la forma actual del trdelník, un nombre que no es checo sino eslovaca. Durante dos siglos se trató de un dulce reservado para ocasiones especiales como bodas y festivales, pero en la actualidad se halla en todo mercado que se precie y cuenta desde 2.004 con denominación de origen protegida y una asociación civil que intenta salvaguardar el Trdelník tradicional.

  El caso es que está rico, pero lo de típico praguense es de hace cuatro días como aquel que dice, es como decir que los gofres son típicos de Valencia porque haya muchos puestos que los preparan. No verás a muchos praguenses consumiendo este dulce.

  Eso sí el aroma de la canela tostada, así como su consistencia esponjosa y cálida de masa recién hecha, resultan ideales en los días fríos, especialmente en el marco nevado y mágico de un mercadillo invernal. Son innumerables los puestos de este típico dulce en las calles de la ciudad de Praga.

       

  Me traje un molde especial de Trdleník de la marca Tescoma de Praga, allí sus productos son los más vendidos. Podéis encontrarlo en su página online española. No es imprescindible tener el molde porque podríais utilizar unos botes de refresco o botellines de cerveza forrados de papel albal pero bueno, yo por comodidad, me traje mis moldes bajo el brazo. Los originales se hacen sobre brasas o fuego pero estos se hacen al horno. Aunque ya os digo yo que están también deliciosos. Si no tenéis este molde podéis forrar unas latas de refresco con papel albal y listo. Los horneáis en vertical.

Así queda la masa enrollada y pincelada antes de hornear.

Dos cosas que me han encantado de Praga: los Trdleník y la cerveza.

Mmmmm tienen buena pinta ¿eh?

  En febrero inauguraron en Valencia un local dedicado a los Trdleník o Chimney Cakes que se llama Roll in Wood. Pues bien, yo como siempre prefiero las versiones caseras, ya puestos.

  Vamos con la receta, ingredientes a temperatura ambiente. Podéis utilizar levadura fresca o seca de panadero tanto la normal como la instantánea (ver Dulcepedia). La receta que he utilizado es la que más veces he visto en la red y curiosamente la que viene en las instrucciones del molde de Tescoma. Son todos de andar por casa. La receta es sencilla. Importante respetar el tiempo de levado. Conseguir una masa lisa y elástica. Enrollar con cuidado sobre los tubos previamente untados con un poco de aceite o mantequilla. El último trozo a enrollar lo colaremos bajo el anterior para que no se nos suelte durante el horneado. La primera hornada es de entrenamiento, se me descolgó y rompió uno de ellos, visto el error la siguiente quedó mejor. No os excedáis poniendo masa, ni la pongáis demasiado fina.

¿Y si los rellenamos de Nutella, nata fresca montada, fresas y sirope de chocolate?

Trdleník

INGREDIENTES (4 unidades):

Masa

– 280 g de harina

– 150 ml de leche entera tibia

– 70 g de mantequilla sin sal

– 15 g de azúcar glas

– 1 sobre de levadura de panadero instantánea ó 13 g de levadura fresca

– 3 yemas de huevo

– Una pizca de sal

– Un poco de aceite de girasol

– 150 g mantequilla derretida

Decoración

– 100 g de azúcar (ao he utilizado dorado Golden  Caster sugar)

– 1 TSP o cucharadita de canela

– 1 sobre de azúcar avainillado

  Preparar el molde de los Trdleník untado con un pelín de aceite. Si se utiliza levadura fresca desmenuzar en la leche tibia con una cucharada de azúcar. El resto de azúcar mezclarlo con la harina. En el caso de la levadura seca mezclar directamente con la harina y el azúcar. En el bol de la amasadora (también se puede hacer a mano) batir las yemas de huevo con la mantequilla pomada hasta que quede una mezcla cremosa. Añadir la harina y el azúcar y con la ayuda del gancho amasador mezclar bien. Formar una bola, dejar en un bol untado con un poco de aceite y cubrir con un trapo húmedo, dejar que doble su volumen (más o menos 1h en un ambiente cálido o 30 minutos en el horno a 30ºC). Precalentar el horno a 200ºC con calor arriba y abajo. Una vez levado colocar en una superficie ligeramente untada en aceite, separar la masa en dos trozos y cada uno en dos más. Amasar un poco para descalificar y formar una tira larga de 1 m. Extender la tira y rodar el tubo sobre ella enrollando sin pasar la masa dos veces por el mismo sitio pero dejando que se aplasten y junten un poco, sellar los bordes bajo la masa.

  Una vez enrollada la tira hacer rodar el cilindro sobre la superficie para aplastar un poco la masa y que se junten un poco las juntas de las tiras de masa, como un rodillo.  Intentar no tocar las agarraderas de silicona con la masa o durante el horneado se deslizará. Untar toda la superficie con mantequilla derretida y dejar reposar 15 minutos. Mientras, preparar una bandeja en la que mezclaremos los azúcares y la canela para luego rebozar la superficie del Trdleník. Colocar el soporte metálico en una bandeja de horno y colocar los cilindros con la marca I boca arriba (hay tres: I, II y III). Hornear de 20 a 25 minutos a 200ºC a media altura. Cada 7-8 minutos girar un tercio (hasta la siguiente marca y con cuidado de no quemarse) y volver a untar de mantequilla con la ayuda de un pincel. Una vez dorados retirar del horno y dejar enfriar 5 minutos para no quemarnos al coger las agarraderas de silicona (yo utilizo una manopla). Volver a untar con mantequilla y rebozar en la mezcla de azúcar y canela. Retirar el agarrador de silicona y deslizar por el cilindro para sacar el Trdleník. Limpiar el molde y volver a repartir el proceso, salen 2 más.

Como veis quedan bastante bin para no estar hechos en las brasas.

¿Solo o untado de crema de avellanas por dentro?

  Poniendo una galleta como base dentro en uno de los extremos podemos rellenarlo de nata y fresas mmmm.

  Lo ideal es tomarlos aún calientes o tibios (sobre todo si los rellenamos). Si os queda alguno para el día siguiente darle un punto de horno antes de servir estará duro. Podéis rebozarlos también en trocitos de almendra o nueces picadas.

¿Te animas a prepararlos?

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Hot Cross Buns

  Mmmmm sólo de recordar lo tiernos, sabrosos y aromáticos que están estos bollitos ya estoy salivando. Ya tenía ganas de hornear estos típicos bollos ingleses de Pascua. El año pasado tuve la ocasión de ir a Londres con toda la familia y por supuesto no dejé pasar la oportunidad de probarlos. Ya sabéis lo mucho que me gusta un bollo !!!! Y tenía que hacerlos estas Pascuas sí o sí.

Estos bollos especiados son típicos del Reino Unido y otros países como Australia, Nueva Zelanda, Canadá, India, Sudamérica o Sudáfrica (en las colonias que fueron inglesas).

  Los Hot Cross Buns marcan el final de la Cuaresma. Según la tradición, con los Hot Cross Buns tienes el pan, según la comunión, tienes las especias que representan las especias en las que Jesús estaba envuelto en la tumba, y tienes la cruz. Están bastante cargados de simbolismo cristiano. Incluso antes de que el medievo extendiera el cristianismo se decía que la cruz alejaba a los espíritus malignos que podían afectar el pan, y lo ponían mohoso o rancio, por lo que los panaderos habitualmente hacían estos cortes en forma de cruz en la superficie de sus productos horneados, y los clientes buscaban esta marca. Se dice que un monje empezó a hornear estos bollitos y decidió marcarlos con una cruz en honor a la Pascua, en el s. XII. A medida que crecieron en popularidad, se convirtieron en una tradición anual. Según la ciudad de St. Albans, fueron creados por otro monje. En 1.361, el Hermano Thomas Rocliffe creó el bollo. Lo llamó Alban Bun y lo distribuyó a los pobres el Viernes Santo. Con el tiempo, el nombre cambió a Hot Cross Buns. Como veis siempre hay diferentes versiones en estos casos.

En realidad, la primera referencia escrita a los ‘Hot’ Cross Buns, fue en ‘Poor Robin’s Almanac’ en 1.733:

«Good Friday comes this month, the old woman runs, with one or two a Penny Hot Cross Buns.» («El Viernes Santo llega este mes, la anciana corre, con uno o dos Hot Cross Buns por un penique»).

  Aquello derivó en una rima para niños muy conocida.

One a penny, two a penny, hot cross buns
If your daughters will not eat them give them to your sons,
But if you haven’t any of those pretty little elves
You cannot then do better than eat them all yourselves

  La Pascua ya sabéis que tiene su origen, como muchas otras fiestas cristianas, en ritos y tradiciones paganas. Para hacer una «buena» transición de las fiestas de las religiones paganas politeístas a la religión cristiana monoteísta, muchas tradiciones, rituales y costumbres paganas se adecuaron para digamos «contentar» a todas las partes. En la Antigüedad las religiones paganas ya celebraban la Pascua (en inglés, Easter) como una celebración de la venida de la Primavera. La Diosa Ostara (en lengua germánica) o Eostre (en inglés antiguo) es el nombre de una antigua divinidad germánica de la primavera que traía fertilidad a los campos. De ahí deriva la palabra Pascua, Easter en inglés y Ostern en alemán. La celebración de conejos, huevos, también viene de estas fiestas paganas. Ya se celebraban fiestas con panes dulces marcados con una cruz que simbolizaba las 4 estaciones o las 4 fases lunares o los cuatro puntos cardinales. También los griegos marcaban sus panes con un cruz. Somos de tradiciones desde nuestros ancestros.

Diosa Ostara

  Hay muchas leyendas que rodean a estos típicos bollos anglosajones: si cuelgas un Hot Cross Bun en tu cocina en Viernes Santo, la leyenda dice que el pan permanecerá fresco y libre de moho durante todo el año. Esto se remonta al cuerpo de Cristo, que, según la Biblia, no mostró signos de deterioro después de su crucifixión y antes de su resurrección. El pan debe ser reemplazado cada año el Viernes Santo.

Vendedor victoriano de Hot Cross Buns

  Se supone que los Hot Cross Buns colgados en la cocina, protegen de los malos espíritus. También se dice que previenen el incendio de la cocina y garantizan que todos los panes horneados ese año salgan deliciosos. Del mismo modo, tomar Hot Cross Buns en un viaje en el mar dota al barco con cierta protección contra el naufragio, según la leyenda.

  En 1.592, la reina Isabel I decretó que los Hot Cross Buns ya no se podían vender en cualquier día a excepción del Viernes Santo, Navidad o entierros. Eran simplemente demasiado especiales para ser comidos en cualquier otro día. Para evitarlo, las personas horneaban los panecillos en sus propias cocinas, aunque si los pillaban tenían que ceder todos los bollos ilegales a los pobres.

 Antigua Bakery horneado Hot Cross Buns

  En la actualidad se coronan con una cruz hecha de una mezcla de harina y leche, pero antiguamente la cruz se hacía cortando la superficie de la masa, sin glaseado. Hoy en día se pueden encontrar en supermercados como Tesco o Waitrose todo el año y en diferentes sabores (chocolate, tofee, …).

Ya sabéis que me gusta investigar un poco a cerca de la historia y los orígenes de los postres. Y dicho esto vamos con la receta que ya nos hemos culturizado un poco.

  He hecho varias pruebas, aunque la receta original de Paul Hollywood habla de 500 g de harina para mi gusto la masa queda más manejable con 600 g, será por la humedad de Valencia. La receta es similar a la de Bea Roque, del libro Delicias para compartir, aunque ella hace 2 levados. En cuanto a las especias yo las añado al principio a la harina para que queden más repartidas. Utilizo la mezcla de siempre, la preparo yo misma en casa. He probado a hacerlos con levadura fresca y de la seca, con 2 levados y con 3. Me parece que con la seca y 3 levados quedan más esponjosos. El amasado y el tiempo de levado determinan el desarrollo del gluten y por lo tanto quedan más tiernos. Lo bueno se hace esperar. Esta no es una de esas recetas que tienes hechas en un pis pas, hay que respetar los tiempos de levado, vale la pena. Las pasas las remojo en Brandy, quedan más aromáticas y blanditas. Aún tenía naranja confitada de Navidad así que la aproveché. Si no os gustan las pasas como le pasa a mi hija pequeña, podéis hacerlos con pepitas de chocolate, combinadas con la naranja quedan espectaculares. El azúcar que he utilizado es un azúcar inglés extrafino y dorado (Golden caster sugar), pero si no lo encontráis podéis utilizar azúcar blanco. Una vez horneados se les da un poco de brillo con la mermelada rebajada con un poco de agua. No me digáis que no dicen cómeme.

  Perfectos para un desayuno o merienda. Se pueden guardar unos días en una lata hermética. Si les dais un calentón de horno quedan como recién hechos. Otra opción es cortarlos en dos rebanadas, tostar y untar con mantequilla y/o mermelada. A mí me han encantado de todas las maneras posibles.

Hot Cross Buns

INGREDIENTES (15-16 bollitos):

– 550-600 g de harina de fuerza (yo uso Harimsa de 13 g de proteína)

– 100 g de Golden Caster sugar (ver Dulcepedia)

– 2 cucharaditas o TSP de Pumpkin spice Mix

– 1 cucharadita o TSP de sal

– 15 g de levadura fresca prensada ó 7 g de levadura seca de panadero ó 5 g de levadura seca instantánea

– 300 ml  de leche entera

– 50 g de mantequilla sin sal

– 1 huevo L

– 75 g de pasas embebidas en un poco de Brandy

– 50 g de corteza de naranja confitada

– Ralladura de 1 naranja mediana

– Un poco de aceite de girasol

Cruz

– 50g de harina

– 1 cucharada o TBSP de azúcar glas

– 3 cucharadas o TBSP de leche

 

Cobertura

– 3 cucharaditas o TSP de mermelada de melocotón, albaricoque o naranja

– 3 cucharaditas o TSP de agua

  Colocar las pasas en un bol pequeño o tarro con un chorrito de brandy a macerar. En un bol grande (si vais a utilizar robot de cocina, en ese bol) tamizar la harina con las especias y añadir la sal y el azúcar, reservar. Calentar la leche en un cazo, cuando esté caliente retirar del fuego y añadir la mantequilla troceada. Remover hasta que se deshaga y dejar que se enfríe un poco. Si utilizamos levadura fresca desmenuzar sobre la leche una vez tibia y remover hasta su disolución, dejar reposar 10 minutos. Si utilizamos levadura seca de panadero se vierte directamente sobre la mezcla de harina. Verter la mezcla de leche y mantequilla sobre la mezcla de harina poco a poco e ir mezclando con el gancho amasador. Después añadir el huevo y seguir mezclando. Si no tenéis robot amasador se puede hacer con la ayuda de una cuchara de madera y después amasar a mano durante 10 minutos. Amasad también de 5 a 10 minutos con el robot. La masa debe despegarse de las paredes, si hiciera falta se puede añadir algo más de harina. Debe quedar lisa y suave, no excesivamente pegajosa.

  Dejar levar en un bol untado con un poco de aceite de girasol o de oliva suave y cubrir con un film también untado con un poco de aceite. Poner un trapo por encima y dejar levar en un sitio templado durante 1h o hasta que la masa haya doblado su volumen. Si hace mucho frío se puede dejar en el horno a 30ºC para acelerar el proceso. Pasado ese tiempo desgasificar presionando con el puño y añadir las pasas escurridas, la corteza de naranja confitada y la ralladura de naranja. En este paso no hace falta sacar la masa del bol. Volver a cubrir y dejar que leve otra hora más o hasta que duplique su volumen.

  Enharinar un poco una superficie lisa tipo encimera y verter la masa, desgasificar y repartir en 15 ó 16 pedazos de unos 75 g cada uno. Con la mano ahuecada y el trozo de masa bajo nuestra mano, con movimientos circulares, girar la masa hasta conseguir una bola redondeada con la superficie bien lisa, sin marcas y colocar sobre una bandeja forrada con papel de horno, teflón o silpat. Colocar todas las bolas de manera que queden separadas unos 7 cm entre sí. Volver a cubrir, sin presionar, con papel film untado en aceite o con un trapo de cocina limpio que no deje pelusa. Volver a dejar levando al menos 1h o hasta que las masas doblen su volumen.

  Preparar la masa para la cruz mezclando la harina tamizada junto al azúcar, añadir la leche tibia 1 cucharada de leche cada vez y remover. Mezclar bien hasta que quede bien lisa y un poco espesa, reservar. Podéis colocarla en una manga pastelera, yo para estas cosas utilizo el Decoren de Lékué y así no genero tanto residuos, es cómodo y limpio. Dibujar una línea y después la que cruza. Si están juntos en la bandeja podéis hacer una línea larga horizontal y luego las líneas verticales, en lugar de decorarlos de uno en uno.

  Precalentar el horno a 190ºC. Una vez caliente hornead a media altura, unos 20 minutos, cuidado que pasan de estar dorados a socarrados en un momento no me preguntéis cómo lo sé). Mientras se hornean preparar la cobertura dando un golpe de calor en el micro a la mermelada mezclada con el agua, desechar los tropezones. Nada más salir del horno pincelar los bollos con esta mezcla. Quedan brillantes y aún más apetitosos si cabe porque el olor mmmm.

Recién salidos del horno.

Pincelados con la mermelada.

Si pasados unos días empiezan a quedarse un poco densos no los tiréis …

El olor a recién horneados es brutal.

… tostados con mantequilla y mermelada están mmmm.

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