Cheesecake Dulce de Leche

  Hoy os traigo una receta muy pecaminosa. Sí, mato por una Cheesecake del tipo que sea y con el topping que sea. Tengo una debilidad, bueno muchas, pero esta es una de ellas. Desde que descubrí el libro Junior’s Cheesecake Cookbook, este es mi libro de cabecera cuando horneo una Cheesecake estilo americano. Y es que Junior’s es un sitio legendario en New York donde comerse una buena tarta de queso. Lástima que cuando estuve por allí hace unos años no lo conociera.

  La receta la he hecho a veces con la clásica base de galleta y otras con un fino bizcocho como hacen en Junior’s. Siempre sin sobrebatir los ingredientes, con queso crema Philadelphia o mezclando con Mascarpone y con baño María en el horno, primero un punto fuerte de horno y luego a fuego bajo sin prisas. Queda siempre lisa, sin grietas perfecta, no es muy densa así que se ha convertido en mi Cheesecake americana de cabecera. Hoy os traigo una versión con Dulce de leche Mardel. La receta original que publiqué con nueces la encontraréis aquí. Está simplemente deliciosa. He preparado 2, una para compartir esta tarde en familia con los amigos y otra para llevar al trabajo.

Esta receta de Junior’s sirve para cualquier topping.

Y el corte es mmmmmmm pecaminoso.

  La receta de esta New York Style Cheesecake es del libro Nueva York, las recetas de culto de Marc Grossman que a su vez es la receta de Junior´s toda una institución de las tartas de queso en la Gran Manzana.

  El Swirl es de Dulce de Leche Mardel y lo he hecho con la boquilla 1M de Wilton.

No me diréis que no es apetecible ¿eh?

Podéis ver el vídeo de cómo he hecho la espiral de dulce de leche en mis historias destacadas de IG.

¿Os animáis a hacerla?

 

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Tarta de queso La Viña

  Hola, ya estoy de nuevo por aquí, después de la trilogía de las cuajadas vuelvo con otra receta traída del norte. Desde hace unos años se ha hecho muy conocida una tarta de queso llamada La Viña. El nombre corresponde a un bar de pintxos de San Sebastián, tenía muchas ganas de hacerla pues ya sabéis que me pirran las tartas de queso. El caso es que quería probar la original antes y …. ¡¡¡¡¡¡madre mía del amor hermoso!!!!!!! ¡Qué rica! Ya la he hecho cuatro veces.

  Es súper fácil porque no hay más que mezclar todos los ingredientes y hornear. No lleva base de galleta y para hacerla como la original necesitamos forrar el molde con papel de horno humedecido con todas sus arruguitas. La he preparado al natural y también con una cobertura que tenía por casa. Está rica de todas las maneras pero sobre todo es que es muy rápida de hacer, ni base de galleta, ni baño María ni siquiera necesita cobertura.

  Es un curd de chocolate y naranja que está espectacular!!!!! Es de origen inglés, el tradicional es de limón pero esta marca @thursdaycottage fabrica curds en varios sabores, es una crema untuosa de chocolate, no demasiado dulce y con un toque a naranja. Creo que lo compré en El Corte Inglés en una de esas semanas que traen productos internacionales. Me tenía que haber llevado 6 , es que está taaaaan rico este curd de chocolate y naranja.

  Ya que estuvimos por Navarra hace unas semanas de vacaciones, aprovechamos para ir a San Sebastián y degustar la famosa Tarta de queso del restaurante La Viña. Todo un acierto, está deliciosa. La receta original no es ningún secreto, ellos mismos nos la ofrecen. Yo he adaptado las cantidades a un molde más pequeño.

El tamaño original es para unas 10-12 raciones y pesa casi 2 kg.

El chocolate casa muy bien con esta deliciosa tarta.

Pero al natural está también muy rica.

Hay que hornearla lo justo para que quede un pelín más blanda por dentro.

Ya sabéis, que tras apagar el horno quede ligeramente temblorosa por el centro.

Tarta de queso La Viña

INGREDIENTES (5-6 raciones):

– 450 g de queso crema tipo Philadelphia

– 225 ml de nata líquida con 35% de materia grasa

– 180 g de azúcar

– 3 huevos L

– 1 cucharada sopera o TBSP de harina

– Un sobre de azúcar avainillado (opcional)

  En un bol mediano mezclar todos los ingredientes con la ayuda de una cuchara de madera hasta que estén bien integrados. Precalentar el horno a 215º C con calor arriba y abajo. Preparar el molde (el mío es de 17 cm de diámetro y desmontable) y forrar con papel sulfurizado que habremos humedecido previamente. Verter la mezcla en el molde y hornear a 215ºC a media altura durante unos 40 minutos. Ha de estar un poco temblorosa por el centro. Después apagar el horno y abrir un poco para que se enfríe poco a poco. Sube bastante en el horno y luego baja por lo que el molde debe ser alto. No os preocupéis que es normal, se hunde un poco en el centro pero está riquísima. Lo ideal es dejarla, una vez fría, en el frigorífico cubierta con film hasta el día siguiente. Estará aún más rica.

¿Con o sin cobertura?

No dejéis de hacerla, es sencilla y no falla, su sabor gusta todos.

Bien fresquita es perfecta para combatir estos calores de agosto.

  Ideal para llevar a casa de unos amigos en verano, no hay riesgo de que se estropee por el camino.

 

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Cheesecake de Oreos sin horno

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  Sí, ya sé que ha empezado el otoño y la gente ya está asando calabazas, preparando postres para Halloween y algunos blogs hasta dulces navideños. Pero en Valencia a pesar de haber tenido una semana lluviosa todavía hace una temperatura muy agradable y a ratos calor de 30ªC todavía. Así que me he decidido a hacer esta tarta sin horneado y fría. Este fin de semana la excusa perfecta ha sido una merendola con compañeras y amigas del hospital. Una tarde-noche de risas, confidencias en una buena mesa con picoteo salado y como colofón un trozo de tarta para nosotras y un batido de Oreo para los peques. Estos momentos son muy importantes para mí, me dan vidilla. Así despido el verano como toca. Estaba perruna, no quería hacer mucho trabajo ni encender el horno después de haber estado una semana entera haciendo la Drip Cake de dos pisos. Así que esta tarta me pareció la mejor opción.

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  Esta receta americana la encontré en Pinterest y me llevó a un blog, The Gallery Gourmet, que a su vez  utilizó la receta original de un programa de cocina de la TV americana.  Había visto muchas recetas de cheesecake en multitud de blogs, en su mayoría con queso crema, nata y oreos pero no sé por qué no me convencían. Esta me pareció más contundente y así fue, está simplemente deliciosa y más sabrosa. No soy muy aficionada a las Oreo, pero de vez en cuando puedo hacer una excepción. La próxima será horneada.

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  La cantidad que he puesto para la base de galleta sirve para forrar la base del molde, si queréis cubrir también las paredes habrá que doblar la cantidad. Las yemas están cocinadas así que no hay riesgo de contaminación. Esta tarta es ideal para preparar de un día para otro o incluso para congelar sacándola la noche antes a la nevera para servir. Para desmoldarla es mejor que esté un poco congelada aunque no imprescindible. También podéis cubrir los bordes con la base de galleta, o colocar una tira de acetato (como hice con la Tarta Tiramisú) o bien pasar un cuchillo fino por los laterales.

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  He utilizado un molde redondo desmontable de 17 x 7 cm. He combinado dos texturas pero podéis hacerlo solo con una. Una parte de la crema la he mezclado con Oreo trituradas y la otra con Oreo troceadas, igual de buenas las dos. Para que no quede demasiado pesada cortar 8 raciones, es de esas tartas muy ricas y densas. Mejor raciones pequeñas. Y mejor para merendar que después de una comida o cena copiosa.

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Cheesecake de Oreo sin horneado

INGREDIENTES (para 8 raciones):

Base (para cubrir la base del molde)

– 170 g galletas Oreo picadas (con relleno)

– 90 g de mantequilla

Relleno

– 120 ml de leche entera

– 2 yemas de huevo XL

– 15 g de harina

– 110 g de chocolate blanco troceado

– 900 g de queso crema tipo Philadelphia (no light)

– 40 g de azúcar glas

– 1 TSP de extracto o pasta de vainilla

– Una pizca de sal

– 8 galletas Oreo troceadas o trituradas

Topping

– Nata montada

– Oreo minis

 

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Base
Triturar las galletas y mezclar con la mantequilla derretida. Presionar la mezcla uniformemente en el fondo y los lados de un molde redondo desmontable de unos 17 cm de diámetro. Refrigerar mientras preparamos el relleno.

Relleno
Calentar 90 ml de leche en un cazo mediano a fuego medio hasta que hierva. Mientras tanto, batir las yemas de huevo, la harina y la leche restante en un un recipiente grande hasta que obtengamos una mezcla suave. Añadir lentamente la leche caliente en la mezcla para atemperar las yemas. Volver a calentar la mezcla obtenida y cocinar a fuego medio, removiendo constantemente, hasta obtener una crema gruesa y brillante, durante 1 a 2 minutos. Retirar del fuego y añadir el chocolate blanco troceado y mezclar hasta que se derrita. Verter la mezcla en un bol y cubrir con film transparente  directamente sobre la superficie. Refrigerar hasta que se enfríe, al menos 1 hora.

  Con un batidor, robot de cocina tipo K.A.  o un mezclador de mano, batir el queso crema, el azúcar, la vainilla y la sal a velocidad media hasta que esté suave y esponjoso, unos 2 minutos. Reducir la velocidad a medio-bajo y mezclar con el relleno anterior frío hasta que estén integrados, unos 30 segundos. Verter una cuarta parte de la mezcla de crema de queso de manera uniforme sobre la base de galletas y mantequilla enfriada y espolvorear un tercio de las galletas troceadas sobre la superficie (o si lo preferís picadas). Repetir el proceso dos veces, luego cubrir con el relleno restante. Refrigerar hasta que cuaje, por lo menos 6 horas o toda la noche en la nevera. Aguanta en nevera hasta 3 días.

Topping
Decorar con rosetones de nata montada fría, mini galletas Oreo o espolvorear con galletas Oreo trituradas. Como veis yo combiné las tres cosas.

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Podéis forrar solo la base del molde o bien, como he hecho yo, también las paredes.

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Rosetones de nata montada, Oreo picadas y mini Oreo son un buen complemento.

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  Una muy buena idea para cortar esta tarta sin morir en el intento es congelarla previamente. Con 2h sería suficiente. Es tan cremosa que a pesar de calentar un cuchillo, al corte tiende a pegarse mucho la crema, sobre todo con el primer trozo. Y como me da mucha rabia que se desparrame la mejor opción que encuentro es darle un poco de frío extra cortar las porciones y dejar en la nevera que se descongele.

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Al corte se aprecian las dos capas:

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Una con la crema mezclada con Oreo trituradas y otra con Oreo troceadas.

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Para cortar esta tarta es mejor que esté un poco congelada.

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Servir recién sacada de la nevera, es tan cremosa que precisa refrigeración.

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Sin horneado.

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A mí me ha conquistado ¿te animas a hacerla?

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Caramel apple cheesecake

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  Hace más de 3 años que comencé la andadura de tener un blog propio en el que plasmar todas las recetas de repostería que pasaran por mi mente, mis manos y por supuesto por mi boca. Unas mías, otras adaptadas y otras obras maestras sacadas de libros de cocina, de blogs, grandes y pequeños. Casi sin darme cuenta he llegado a publicar unas 232 recetas y recibido más de 350.000 visitas en el blog. He creado mi propio recetario, he aprendido mucho y lo que me falta. He pasado etapas haciendo galletas decoradas, cupcakes, cheesecakes, layer cakes, tartas de fondant, postres clásicos de toda la vida, macarons, … , he pintado, esculpido, forrado, decorado y horneado kilos de masas de harina, azúcar, huevos, mantequilla, … Sin prisa, sin agobios, sin obligación, pero con mucha ilusión. Ante todo dar las gracias a los que me seguís desde el principio, a los que por casualidad en una búsqueda a través de las redes llegáis a este humilde blog, a los que hacéis mis recetas, a los que os gustan mis fotos y los paso a paso, a los que simplemente curiosean, a los que os tomáis unos minutos para dejar comentarios, preguntar dudas, enseñarme lo bien que os ha sido una receta, a todos, de verdad, GRACIAS.

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  Pero sobre todo tengo que dar las gracias a mi familia y amigos por la paciencia, por robarles tiempo, por esperar a que haga una foto para hincar el diente a un postre, por estar ahí, apoyarme y probar todas mis recetas, las consagradas que repito asiduamente y los experimentos, los aciertos y los fracasos. Para mí la repostería es un bonito hobby, no es mi profesión, no me dedico a ella en cuerpo y alma pero es un pedacito de mí, de lo que puedo llegar a hacer. Y eso me enriquece, me satisface, me enorgullece. Con casi 40 años es bonito saber que podría llegar a dedicarme a esto algún día sí quisiera. ¡Qué nunca es tarde para cumplir sueño! Buscaba un hobby, algo que hacer en casa, a mi ritmo, que me diera satisfacciones a mí, a los que me rodean, y que ¿por qué no? hiciera felices  a los míos. Crear algo con las manos, ver cómo crece en un horno, cómo la física y la química se aplica a los alimentos, organizar todo un set para dar protagonismo a algo tan placentero como un dulce y compartirlo con los demás no pensé que me fuera a gustar tanto.

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  En este loco mundo en el que Internet llegó un día para revolucionar totalmente la vida de muchos habitantes de este planeta siempre es de agradecer que alguien en un lugar remoto o cercano vea uno de mis postres y no sólo le guste sino que le sirva de inspiración y hasta me llegue un mensaje de agradecimiento. Hay todo un abanico de posibilidades para compartir. Me sigue alucinando, de verdad.

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  Bueno pues después de unas semanas de vacaciones veraniegas en el blog (pero no por las redes sociales) os traigo una receta de dos de mis tartas favoritas en una: la tarta de queso y la tarta de manzana, con un toque caramelizado. Muero de amor. Eso de que caiga un chorrito por el lado de la tarta es arrebatador, y si además es caramelo mmmmmmm, sin palabras. Para hacer esta cheesecake puedes ver el paso a paso y la receta de esta tarta de queso infalible aquí. Para ver el paso a paso del topping no te pierdas el resto del post.

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  Un postre al más puro estilo Tarta de Manzana. Mis manzanas favoritas para postres, las Granny Smith. Esta tarta es simplemente deliciosa, en cualquier época del año.   Este es un postre que indudablemente gana con el tiempo. Lo ideal es hacerlo de un día para otro, hornear una tarde y dejar toda una noche en la nevera refrigerándose y dejando que los sabores se potencien y mejore la textura. Al día siguiente le ponemos la cobertura. Aguanta hasta una semana en la nevera y el sabor y la textura van ganando con los días. Es la tarta perfecta si queréis prepararla unos días antes para una merienda o comida especial. Lo ideal es hacerla en un molde desmontable. En este caso he utilizado uno de 23 cm de diámetro. Siguiendo la tónica de mis últimas cheesecakes en este caso también la he horneado al baño María y he separado las yemas de las claras batiendo estas últimas a punto de nieve.

Truco: para esta tarta de queso he utilizado mi propia receta infalible de cheesecake (esta vez obviando la ralladura de limón). Si queréis una cheesecake con la superficie lisa y perfecta yo recomiendo hacerla al baño María, así se hace más homogénea, se evitan grietas y queda menos densa. Introducir el molde en el horno a 225ºC y hornear durante 10 minutos. Sin abrir el horno bajar la temperatura a 90ºC y hornear 50 minutos más. Luego dejar que se acabe de hacer con el calor residual dentro del horno unas 2h más. No abráis el horno a mitad del proceso si no queréis que se resquebraje la superficie por el cambio de temperatura. Lo ideal es que cuando apaguemos el horno la mezcla esté cuajada pero un poco temblorosa en el centro y con el calor residual se acabe de cuajar, sin llegar a quedar seca. De ahí los cambios de temperatura y la importancia de no abrir continuamente el horno. Una vez pasado este tiempo abrir la puerta del horno y dejar que se adapte al cambio unos minutos, luego dejar enfriar fuera del horno y refrigerar al menos 4 h (lo ideal es toda una noche). Queda una superficie increíblemente lisa, sin grietas, perfecta. Para el topping he adaptado esta receta que encontré en Pinterest. Yo he obviado el clavo molido porque no quería que las especias enmascararan demasiado el sabor del caramelo y he utilizado crème frâiche en lugar de nata líquida porque sencillamente no tenía, aunque es más espesa y más ácida me ha dado muy buen resultado. Podéis utilizar este topping para coronar una tarta de manzana, unos cupcakes, un bizcocho de manzana, … Queda caramelizada con ese sabor inconfundible. Recordad, ingredientes a temperatura ambiente.

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Caramel Apple Cheesecake

INGREDIENTES (12 raciones):

Base y relleno: 

– Clica aquí.

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Como veis la superficie de la tarta queda lisa y perfecta. Sin grietas.

Topping de manzanas caramelizadas:

– 90 g de mantequilla sin sal

– 3 ó 4 manzanas Granny Smith peladas y cortadas en rodajas

– 100 g de azúcar moreno

– 1 TSP o cucharadita de canela

– 120 g de nata ácida o crème frâiche

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  Una vez tengamos nuestra cheesecake horneada y refrigerada toda una noche preparamos el topping de manzanas caramelizadas. Calentar la mantequilla en una sartén. Pelar, cortar y trocear en rodajas las manzanas y añadirlas a la mantequilla derretida.

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Mientras batir el azúcar con la nata, calentar en un cazo y verter sobre las manzanas.

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  Espolvorear la canela sobre las manzanas y cocer hasta que se ablanden, evitando que se doren. Han de quedar blandas. Llevar a ebullición y remover constantemente. Retirar las rodajas de manzana y dejar que se enfríen. Darle un hervor rápido de 2 minutos más a la salsa de caramelo, retirar del fuego y verter en un bol y cubrir. Dejaremos que se enfríe. Una vez fría la salsa vertemos sobre la cheesecake guardando un poco para verter unos chorritos al final. Colocar las rodajas de manzana al gusto y verter un poco más de salsa por encima.

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Como veis queda de lo más apetitosa.

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Yo me derrito por un pedacito ahora mismo.

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¿Os animáis a hacerla? Pues ya me contaréis.

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  Al cortarla lo ideal es que esté bien fría y el cuchillo (sin sierra) caliente. Yo la capa de manzanas la cortó primero con tijera para que no se deshaga demasiado el conjunto.

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Mmmmm esos chorritos de salsa de caramelo son para chuparse los dedos.

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Un poco tarde pero celebrando el tercer aniversario del blog

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con una deliciosa tarta de queso y manzana con salsa de caramelo.

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  Si os sobra, podéis guardar el resto de la tarta en una tartera con cúpula, así no se seca en la nevera y se mantiene intacta. Acordaros de sacarla un rato antes de la nevera para que no esté tan fría y se realcen los sabores y la salsa de caramelo se atempere.

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Rapsberry New York cheesecake

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  Si hay alguien a quién quiero agradecer tantas cosas ese es mi marido, Jose. Siempre está ahí. Llevo media vida con él. A él le quiero agradecer que me apoye día a día en mi fiebre repostera y en lo que conlleva sacar adelante un blog. No tengo la suerte de tener ningún patrocinador, yo costeo los gastos de dominio, todos los utensilios e ingredientes para realizar mis creaciones. Para mí es una gran satisfacción personal pero he de reconocer que lleva mucho tiempo, y también dinero, hacer un postre, elegir la receta e investigar, conseguir los ingredientes, preparar el set y el atrezzo para el postre, fotografiar el paso a paso de la receta, probar y comparar resultados, editar las fotos, redactar el post, publicarlo en las redes sociales. Aquellos que tenéis un blog de manera profesional o casera me entenderéis perfectamente.

  No, no es fácil, pero es mi hobby. Cuando la gente me pregunta que de dónde saco tiempo para después de atender a mis hijas, llevar la casa, mi trabajo en el hospital, … , dedicarle tiempo a la repostería y al blog. Entonces me doy cuenta de lo mucho que me ayuda mi marido cuando un sábado por la mañana me enfrasco en la cocina y él entretiene a las niñas, hace la comida y me deja mi tiempo y espacio necesarios para llevar a cabo esta locura. Cuando un fin de semana preparo un desayuno especial pero todos han de esperar a que lo haya fotografiado debidamente, con la que lío para preparar las sesiones fotográficas en casa. Cuando en ocasiones especiales le robo horas a la noche. Cuando me acompaña de compras para encontrar un plato, un vaso, un molde, algo que me sirva para seguir haciendo cosas nuevas en la cocina. Es en esos momentos en los que entiendo la paciencia que tiene conmigo.

  Gracias Jose, gracias por estar ahí siempre cariño. El post de hoy te lo dedico a ti por tu comprensión.

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  Y dicho esto, otra vuelta de tuerca a la tarta de queso. Hoy os traigo una versión diferente de la New York cheesecake. La misma receta que en el último post pero esta vez con una cobertura que me encanta, sirope casero de frambuesas. Es el mismo que utilicé para el helado de tarta de queso y frambuesas. Si además cubrís la tarta con frambuesas frescas, mmmmmmmmm. Inmejorable. Frutos rojos y antioxidantes «a tuti plen».

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  Si quieres ver el paso a paso de la tarta pincha aquí. Si quieres hacer el sirope de frambuesas casero pincha aquí. He decidido que esta receta de cheesecake queda mejor, un poco más consistente, con más cuerpo, sin el baño María. En esta ocasión no he hecho la base, la he comprado. Ya os he contado alguna vez que la mayoría de las bases de cheesecakes americanas están hechas con Graham crackers. Pues bien, he encontrado una base ya preparada en la tienda Taste of America hecha con estas galletas así que no me lo pensé, me la llevé a casa. Lista para usar. Un día es un día.

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  Me sobraba sirope del que hice para el helado así que me puse manos a la obra, esta vez me costó menos hacer la tarta, jugaba con ventaja. No suelo comprar preparados pero esta vez acerté de pleno. Una tarta vistosa, bonita y deliciosa en muy poco tiempo. ¿Quién se apunta?

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Rapsberry New York cheesecake

– Base de galleta Graham cracker

– Relleno de cheesecake (pincha aquí)

– Sirope casero de frambuesas (pincha aquí)

– 200 g de frambuesas frescas

  Tan fácil como seguir el paso a paso de los enlaces y una vez horneada y refrigerada toda una noche nuestra cheesecake cubrir con el sirope y decorar con las frambuesas. El punto ácido de las frambuesas con la cremosidad de la mezcla de queso y el dulzor de la base de galleta es simplemente delicioso. Cuando das un bocado a esta tarta se para el mundo a tu alrededor.


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Tiene un color bonito porque sí.

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Como veis la base cubre fondo y laterales, está buena y luce así de bonita.

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Sirope de frambuesa cayendo por una pared de queso mmmmm

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Dan o no ganas de hincarle el diente.

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Yo este fin de semana entre la de nueces y la de frambuesas oh my God!!!!!

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Muero de amor por estas cheesecake de frambuesa.

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Y si acompañamos la tarta de un moscatel bien frío: Blue Moscato Don Luciano.

  A mi marido le atrajo el color azul turquesa tan bonito y las burbujas que desprende. Aromas intensos y atractivos de albaricoque, melón y pétalos de rosa. Fresco, ligeramente dulce, con rico sabor a lichis. A mí me ha conquistado. Y por 2 € la botella que más se puede pedir.

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New York cheesecake con nueces, la tarta de queso definitiva

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  No lo puedo remediar, debo ser masoquista, pero estaba deseando encender el horno. Desde que tengo el blog he horneado muchas cheesecakes. Junto con la de manzana ha sido siempre una de mis favoritas. La he hecho con fresas, frambuesas, confitura de arándanos, chocolate, calabaza, Red Velvet, en soufflé, con caramelo salado, … Ya sabéis que en mi recetario hasta tienen categoría propia. Pues nunca se me había ocurrido ponerle frutos secos. Esta idea la vi aquí y pensé mmmm cheesecake con nueces caramelizadas por encima, oh my God. Pues sí, la he hecho pero a mi manera. No he seguido su receta sino que he tomado prestado su topping de nueces. La receta de esta New York style cheesecake es del libro Nueva York, las recetas de culto de Marc Grossman que a su vez es la receta de Junior´s toda una institución de las tartas de queso en la Gran Manzana. Y ha sido una idea para repetir y repetir y repetir. Siempre que hago una tarta de queso digo que es la mejor del mundo mundial. Y es cierto, cada vez que pruebo una está mejor que la anterior.

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  He cambiado un poco la receta a mi antojo poniendo y quitando y ha quedado deliciosa. Es densa pero no empalagosa, deliciosamente deliciosa. Haciendo la cantidad de la receta me ha dado para 3 cheesecakes medianas y una mini para mi hija Lucía, que tiene su propio mini molde desmontable para tartas de queso. Así que os pondré la mitad de la receta para rellenar un molde redondo desmontable de 17 cm de diámetro y 7 cm de alto. ¿Qué pasa si no tenéis moldes desmoldables? Se puede hacer sin molde desmoldable pero el trabajo para desmoldar luego la tarta se complica. Si no tenéis este tipo de moldes os recomiendo que recortéis tiras largas de papel de horno de unos 4 cm de ancho x 30 cm de largo y las paséis de lado a lado del molde dándole la forma de la base. Colocáis encima la base de galleta y dejáis que las tiras sobresalgan por fuera del molde cuando vertáis la mezcla de queso. Así una vez tengáis horneada la tarta, con sumo cuidado sujetando y tirando de las tiras la sacáis entera. Si lo hacéis con la ayuda de dos manos extra saldrá sin problema. Yo lo hacía así antes de comprarme este tipo de moldes. Como veis no tenéis excusa para hornear la cheesecake, os lo pongo fácil ¿eh?

  A mí me gusta la tarta de queso bien alta, estilo americano. Si vuestro molde es más grande que el que yo he utilizado en esta receta simplemente doblad las cantidades de ingredientes de la receta. Yo utilizo queso crema Philadelphia y Mascarpone a partes iguales. Es muy importante no sobrebatir los ingredientes para prevenir la costra en la superficie de la tarta. El baño María es opcional, ayuda a prevenir las grietas y hace que la tarta salga como más jugosa y con una superficie más lisa, yo esta vez no lo he hecho. Los que me seguís sabéis que también he probado muchas galletas para hacer la base, incluso la he hecho con bizcocho. Esta vez me he decantado por unas galletas tipo Digestive. Aunque suelo utilizar Yayitas con miel pensé que sería demasiado dulce para este topping de nueces.Veréis que el topping lleva una cucharada de miel, si puede ser que sea de esa miel espesa y densa no un sucedáneo de los del supermercado que es tan líquida que parece sirope. Este verano estuvimos en Asturias y Cantabria y me traje miel de la buena. Se nota la diferencia. Soy capaz de comerme un par de cucharadas directamente del tarro. Golosa que es una.

  Este es un postre que indudablemente gana con el tiempo. Lo ideal es hacerlo de un día para otro, hornear una tarde y dejar toda una noche en la nevera refrigerándose y dejando que los sabores se potencien. Al día siguiente le ponemos la cobertura o la tomamos tal cual, sin nada.

  Recordad, siempre ingredientes a temperatura ambiente a no ser que se indique lo contrario.

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Walnut New York cheesecake

INGREDIENTES (para 8 raciones):

Base:

– 180 g de galletas tipo Digestive

– 90 g de mantequilla derretida

Relleno de queso:

– 450 g de queso crema tipo Philadelphia (mínimo 25% de mat. grasa)

– 130 g de azúcar glas

– 1/4 de cucharadita o TSP de sal

– 35 g de harina de fuerza o media fuerza

– La ralladura fina de medio limón

– 300 g de nata fresca espesa con 30% de mat. grasa (Crème frâiche)

– 4 huevos separando claras de yemas

– 1 cucharadita o TSP de pasta de vainilla

Topping de nueces caramelizadas:

– 100 g de nueces en cuartos

– 75 g de mantequilla

– 75 g de azúcar

– 1 TBSP o cucharada sopera de miel

– 2 TSP o cucharaditas de leche

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  Lo primero que haremos es precalentar el horno a 175ºC (con ventilación). Si vuestro horno no tiene ventilador añadirle 10ºC más. Luego preparar la base de galleta y mantequilla. Derretir la mantequilla en un cazo o en el microondas (sin que llegue a hervir y hacerse caldo) y añadir las galletas picadas. Se pueden picar con picadora o bien metiéndolas en una bolsa de cierre zip y machacando con una maza o rodillo o mortero, lo que tengáis a mano. Preparar el molde de la cheesecake con aceite desmoldante o mantequilla blanda extendida con la ayuda de un pincel. Yo en la base pongo un papel redondo sulfurizado o de horno. Se mezclan los dos ingredientes y se extienden en el molde. Para que quede bien plana la base utilizo un vaso, unto con un poco de mantequilla el culo y lo paso por toda la superficie dejándola bien plana. Una vez hecho esto horneamos los moldes con la base de galleta durante 10-15 minutos dependiendo del tamaño del molde. Una vez pasado este tiempo sacar los moldes del horno y aumentar la temperatura a 225ºC.

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  Ahora vamos con la mezcla de la cheesecake. En un bol grande batir el queso crema con la ayuda de una cuchara de madera hasta que esté liso y sin grumos. Ir añadiendo por este orden: el azúcar en polvo tamizado, la sal, la harina, la corteza de limón rallada (sólo la parte amarilla, no la blanca, recordar que no amarga) y la nata fresca.

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  En este punto yo he separado las yemas de las claras. Si batimos las claras a punto de nieve la mezcla queda menos densa, menos pesada. Así que yo las separo.

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  Incorporamos las claras a punto de nieve y con la ayuda de una espátula vamos haciendo movimientos envolventes para incorporar todos los ingredientes de forma homogénea sin sobrebatir. No queremos que la mezcla coja más aire del necesario pues eso supondría que al hornear seguro nos salga la tan temida grieta. Una vez tengamos una mezcla suave, sin grumos, la vertemos en el molde y a hornear. Podéis hacerlo con o sin baño María. Yo recomiendo hacerlo con el baño así se hace más homogénea, se evitan grietas y queda menos densa. Pero si no queréis no es imprescindible. Introducir el molde en el horno a 225ºC y hornear durante 10 minutos. Sin abrir el horno bajar la temperatura a 90ºC y hornear 50 minutos más. Luego dejar que se acabe de hacer con el calor residual dentro del horno unas 2h más. No abráis el horno a mitad del proceso si no queréis que se resquebraje la superficie por el cambio de temperatura. Lo ideal es que cuando apaguemos el horno la mezcla esté cuajada pero un poco temblorosa en el centro y con el calor residual se acabe de cuajar, sin llegar a quedar seca. De ahí los cambios de temperatura y la importancia de no abrir continuamente el horno. Una vez pasado este tiempo dejar enfriar fuera del horno y refrigerar al menos 4 h.

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Ya sólo queda decorar nuestra tarta de queso

  En este caso he utilizado algo novedoso para mí que he comido muuuuuchas tartas de queso, frutos secos. Derretimos la mantequilla con el azúcar y la miel. Añadimos las nueces troceadas y llevamos a ebullición sin dejar de remover. Una vez que hierva añadimos la leche y retiramos del fuego. Dejamos enfriar unos 20 minutos.

  Llegados a este punto tenemos 3 opciones, reservar y darle un calentón antes de verter sobre la tarta ya colocada en nuestro stand, hacer el topping justo antes de servir la tarta ya refrigerada o bien colocar sobre la tarta 10 minutos antes de que acabe de hornearse (pasados 50 minutos desde que la colocamos en el horno) y dejar que se sequen las nueces y caramelicen más en el mismo horno. Yo he optado por la primera opción porque quería que estuviera la mezcla líquida y «chorrease» por mi cheesecake.

  Si preparáis la tarta, añadís el topping y refrigeráis, tened en cuenta que el topping solidifica y hay que sacar la tarta de la nevera al menos 20 minutos antes de servir. Lo ideal sería añadir el topping ya tibio y servir.

  Para cortar la tarta de queso utilizad un cuchillo sin sierra. Ha de estar bien fría. Incluso se recomienda dejarla 10 minutos en el congelador para desmoldarla y cortarla más fácilmente. Yo lo hago así y funciona, ya veis que no se me ha roto ni rajado al pasarla al stand de presentación. El truco es congelarla un rato. A la hora de servir utilizar una paleta triangular para «acompañe» la porción y que no se rompa. Y dicho esto sólo me queda disfrutar del último trocito, espero que la probéis y me deis vuestra opinión.

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Esta tarta es de pecado mortal, no podrás comer sólo un trocito

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Mmmmmm, chorros de caramelo cayendo

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Si te gustan las tartas de queso no te lo pienses, esta es TU TARTA

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Esta cheesecake en versión mini para mi hija Lucía.

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Tiene su propio molde y paleta, es una pasada.

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Mini, maxi, de cualquier forma es una delicia de tarta. En cualquiera de sus versiones.

  Próximamente os enseño la misma cheesecake pero con topping de sirope casero de frambuesas. No digo más. Muero de amor por las cheesecake sea cuál sea la presentación.

  SI TENÉIS ALGUNA DUDA, SI OS HA GUSTADO LA RECETA, DADLE AL ME GUSTA, COMPARTID O DEJAD UN COMENTARIO. GRACIAS POR LEER MI BLOG Y HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA. PATRI.

Chocolate marble cheesecake o tarta de queso marmolada

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  Hace una semana fue mi cumpleaños. Junto con la Navidad son las celebraciones que más me gustan del año, me encantan. Pero ahora que me acerco a los temidos 40 ya no sé si me gustan tanto. El caso es que me hace mucha ilusión cumplir años, todavía. Mi dilema era ¿y de qué me hago la tarta? El año pasado me hice para mi cumpleaños una tarta de Mascarpone y fresas que quitaba el sentido. Este año no lo tenía muy claro. Como tengo tantos postres pendientes de hacer pensé en hacer una_de_esas_tartas_que_tengo_pendientes_de_hacer_sí_o_sí. Así que me decidí por esta Chocolate marble cheesecake o tarta de queso marmolada. Ya hice algo parecido en versión Brownie cheesecake. Esta vez quería tarta. Todo en cheesecake. La tarta de queso junto con la de manzana son mis favoritas. Quería añadirle a la cheesecake un poco de chocolate porque toda no me atrevo a hacerla, creo que sería muy pesada. No me gusta tanto el chocolate. Y lo primero es que yo cocino cosas que sé que a mí me van a gustar. Si la base de cheesecake es normal y el chocolate sólo «se lo dejo caer estratégicamente» entonces será más de mi gusto. Pues en efecto fue todo un acierto. Como otras muchas que he horneado, para repetir con cualquier excusa. Y ya he hecho 3 en una semana, una para mi cumple, otra para el día de la madre y otra para los compañeros de trabajo de mi marido. Cada una con algo diferente.

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  Ya he horneado unas cuantas cheesecakes y he combinado ya algunos sabores diferentes. De hecho voy a tener que hacer una sección a parte para ellas. La versión americana original habla de Graham crackers pero son difíciles de conseguir aquí. He utilizado varios tipos de galletas para la base y hasta las he hecho sin base. En mis primeras tartas de queso utilizaba la típica base de galletas María y mantequilla. Luego le añadí azúcar moreno. Luego empecé a utilizar Yayitas ® con miel y mantequilla. Cuando hice mi primera Pumpkin cheesecake utilicé la base con galletas de Yayitas pero cuando horneé la versión mini probé las de jengibre y me maravilló la combinación. Esta vez he utilizado galletas Yayitas desayuno con pepitas de chocolate para que combinara con la masa y ha sido todo un acierto. Pero la cosa no queda ahí.

  Hace un tiempo descubrí el libro Junior’s Cheesecake Cookbook: 50 To-Die-For recipes of New York-Style Cheesecake.  Para los que no conozcáis esta institución neoyorquina de 1.950, Junior’s es  un local de Brooklyn donde se dice, se comenta que se puede tomar la mejor cheesecake del mundo mundial. Yo cuando estuve no la probé, fuimos al Carnegie Deli, otra «institución» en Manhattan. Pero cuando descubrí el libro, SÓLO de cheesecake, oh_my_God_I_can’t_beleive_it, pensé que tenía que probar a hacerla en casa. Lo primero que me llamó la atención es que la base que utilizan es un bizcocho, sí, un bizcocho suave y tierno. Así que por fin llegó el día en que lo estrené. Y no me ha defraudado en absoluto. El hacerla para mi cumpleaños ha sido todo un acierto. Es con diferencia la mejor tarta de queso que he comido en mi vida, y en eso soy toda una experta. Llevo años de experiencia contrastada jejejeje.

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  Porque … ¿qué es un cumpleaños sin tarta? Pues para mí no es cumpleaños. Esta costumbre viene de la antigüedad, era un rito pagano para ahuyentar los malos espíritus, proteger al homenajeado y tener un buen año, para eso se colocaban velas formando un círculo con tantas velas como años se cumplían. Se creía que los cirios escondían una magia especial para cumplir deseos. En la Antigüedad no eran exactamente tartas sino tortas hechas con miel. Pero ya existía esta celebración. Ya sabéis que soy un animal de costumbres y estas cosas me encantan.

  Ahora vamos con la receta. Es una receta sencilla pero tiene 3 pasos por lo que se os puede hacer larga pero vale la pena, os lo garantizo. No queda tan pesada como algunas tartas ni tan ligera como la Cheesecake japonesa. A mí me ha conquistado. En una semana he hecho 3. Importante: hornear la base primero y después hornear la cheesecake en un baño de agua. Al principio cuando las hacía no las horneaba al baño María pero es el mejor truco para que quede jugosa sin resultar pesada, homogénea y con una superficie lisa y sin grietas. Además no hay que sobrebatir las masas. Es muy importante que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente para que al batir no se formen grumos pues éstos no desaparecen por arte de magia. Si están antes del horneado seguirán después del mismo. Ahora que lo pienso éste y otros trucos quedarían perfectos en un especial. Prometo hacerlo en breve.

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  Para hacer el baño María hay que proteger primero el molde para que no pierda nada de contenido con papel de aluminio tanto en la base como en los bordes externos del molde. El agua ha de estar tibia o calentita, no fría, antes de introducir el molde. Desde que hice la Cheesecake japonesa siempre las hago en horno al baño María, vale la pena.

  Aunque mi cacao en polvo favorito es el de Valor ya sabéis que hago alguna excepción y utilizo el de Hershey’s para algunas recetas típicas americanas. Allí es el chocolate más consumido. Del cual también tengo un libro. La marble cheesecake de Junior’s combina su receta tradicional con brownie. Como yo ya hice la versión del Brownie cheesecake, esta vez he optado por añadir chocolate a la masa de la tarta de queso como lo hacen en el libro de Hershey´s. En lugar de hacer el brownie chocolateé la propia mezcla de la cheesecake con Hershey’s. Se aparta unos 350 ml de la masa de la cheesecake y se le añaden los ingredientes para chocolatearla (ver abajo). Increíble, debería de estar prohibido!!!!! Esto me está costando un pequeño flotador en mis caderas que ya no tiene remedio. Adiós operación biquini, otra vez.

  Éso sí para chocolatear la base de la cheesecake sí que utilicé chocolate negro 70% postres de Valor. Recordad, ingredientes a temperatura ambiente. Si queréis podéis dejar que la parte superior se dore, si la preferís más blanca colocad un trozo de papel de aluminio sobre el molde, nunca antes de los 45 minutos de horneado. Ojo, no toquéis la superficie de la tarta para que no se estropee, es muy delicada y se notan las marcas enseguida.

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  Para hacer el efecto marmolado podéis ver estos tutoriales que lo explican muy bien: efecto tela de araña o formando un bonito dibujo como este. A mí no es lo que mejor se me da pero bueno en conjunto no queda mal. He hecho 3 tartas de esta receta en una semana y cada una tiene un veteado diferente.

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Nunca habéis probado una cheesecake igual, NUNCA, se deshace en el paladar.

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Como veis me gustan bien altas.

Chocolate Marble cheesecake

INGREDIENTES (para 12 raciones):

Base

– 40 gr de harina de repostería

– 3/4 TSP de levadura química o polvo de hornear

– Una pizca de sal

– 2 huevos XL (separando claras de yemas)

– 65 gr de azúcar (yo usé Caster sugar)

– 1 TSP o cucharadita de pasta o extracto de vainilla

– 2 gotas de extracto de limón

– 30 gr de mantequilla sin sal derretida

– 1/4 de TSP de cremor tártaro

– 60 gr de chocolate postre 70% Valor en onzas

Cheesecake

– 1 kg de queso crema tipo Mascarpone o Philadelphia (no light)

– 330 gr azúcar (yo usé Caster sugar)

– 30 gr de maizena

– 1 TBSP de pasta o extracto de vainilla

– 2 huevos XL

– 180 ml nata líquida mín. 35’1% de materia grasa

Chocolate cheesecake

– 350 ml de la masa anterior

– 30 gr de cacao en polvo Hershey’s

– 50 gr azúcar (yo usé Caster sugar)

– 1 TBSP o cucharada de aceite vegetal (usé de girasol para no saborizar)

– 1/2 cucharadita o TSP de pasta o extracto de vainilla

Base  Lo primero que haremos es preparar la base. Precalentar el horno a 180ºC y enmantequillar o rociar con aceite desmoldante un molde de cheesecake, si puede ser desmoldable de unos 23 cm de diámetro. Colocar un círculo de papel de horno en la base del molde. Si se quiere puede cubrirse las paredes del molde y el culo con papel de aluminio por su parte externa. En este caso la base es un fino bizcocho de chocolate. En un bol pequeño tamizar la harina con el polvo de hornear y la sal y reservar. Derretir la mantequilla en el microondas y reservar. Hacer lo mismo con el chocolate. En otro bol batimos las yemas durante unos 3 minutos con varillas eléctricas a velocidad media-alta o manual de manera enérgica. Añadir 2 TBSP o cucharadas soperas del azúcar y batir 5 minutos más. Añadir el chocolate fundido, los extractos de limón y vainilla y mezclar. Agregar la harina reservada y mezclar con la ayuda de una espátula, lo justo para integrarla, sin sobrebatir. Verter la mantequilla derretida y mezclar. Batir las dos claras con el cremor tártaro a punto de nieve hasta que espume. Ir añadiendo poco a poco el azúcar y continuar batiendo hasta que se formen picos y las claras montadas tengan un color brillante. Agregar las claras a punto de nieve en tres veces a la mezcla chocolateada e incorporar con la ayuda de una espátula intentando que no bajen mucho.

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  Hornear a media altura durante unos 10-13 minutos hasta que quede bien hecho y aún esponjoso. Sacar del horno y colocar el molde sobre una rejilla. Mantener el horno caliente y untar de nuevo el molde de mantequilla.

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Cheesecake  Ahora vamos con la mezcla de queso. En un bol grande batimos unos 250 gr del queso, la mitad del azúcar y la maicena tamizada. Es muy importante que no esté frío para que al batir no queden grumos. Se puede hacer a mano con la ayuda de un cucharón de madera o a baja velocidad con varillas eléctricas. No queremos un exceso de aire en nuestra masa.

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  Cuando estén  integrados los ingredientes añadimos el resto del queso en 3 tandas. Luego cuando la masa esté homogénea agregar el azúcar y la vainilla.

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    Añadir los huevos de uno en uno mezclando bien después de cada uno de ellos. Finalmente agregar la nata líquida.

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Chocolate cheesecake De la mezcla obtenida separamos unos 350 ml a los que añadiremos el cacao en polvo, el azúcar, el aceite y la vainilla mezclando con una cuchara de madera hasta homogeneizar la masa que quedará de una apetitoso color a chocolate. Verter la masa «blanca» sobre el molde de la tarta y añadir círculos de chocolate dejando caer con cuidado de no manchar el resto de la masa. Con la ayuda de un palillo largo de madera tipo barbacoa crear el veteado meneándolo dentro de la masa, cruzándola, atravesándola. Podéis ver los tutoriales que he enlazado más arriba.

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  Colocar la cheesecake en un baño de agua tibia, yo utilizo una cazuela de barro. Hornear durante 1h y 15 minutos  a media altura a 180ºC con calor arriba y abajo. Es muy importante no abrir el horno en al menos 45 minutos para evitar que se forme una grieta por el  cambio brusco de temperatura. Si no queréis que se os dore la superficie, pasado ese tiempo, colocar con cuidado un papel de aluminio por encima y seguir horneando. Es preferible que cuando apaguéis el horno la parte central de la cheesecake esté aún temblorosa. Se acabará de hacer con el calor residual. Mantener en el horno con la puerta un poco abierta para que se enfríe poco a poco. Yo la dejo 20 minutos más y luego la saco y coloco aún dentro del baño de agua en la encimera 30 minutos más. Luego pasado ese tiempo la dejo en su molde sobre una rejilla (un par de horas más). Cuando esté totalmente fría cubrir con papel film y dejar en la nevera un mínimo de 4 h. Mejor aún si es toda la noche. Merece la pena esperar, los sabores serán mmmmmmmm. En fin que yo por un trozo de esta cheesecake MA-TO. Nada de pedirme una cucharadita, es mi TESORO. No respondo.

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Como veis el veteado queda de lo más bonito.

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El sabor del bizcocho de chocolate como base me ha conquistado.

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  Un truco para cortar las cheesecakes o tartas de queso es meterlas 30 minutos en el congelador y luego cortar con un cuchillo sin sierra que previamente habremos calentado bajo el chorro de agua caliente y secado con un trapo. Cada vez que cortemos un trozo limpiamos y repetimos la operación antes de cortar el siguiente.

  Mi trozo se quedó un poco tierno por el calor, es que soy muy lenta haciendo las fotos y en Valencia el calor ha llegado para quedarse. Si no veríais el trozo tan firme como la superficie. Os aseguro que cuando probéis esta receta no podréis dejar de hornearla con cualquier excusa.

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Mini cheesecake de calabaza

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  Si os gustan las cheesecakes o tartas de queso esta os encantará. Combina dos de mis sabores favoritos: la tarta de queso y la calabaza. No es la primera vez que la horneo, de hecho, en el blog ya hay una receta de tarta de queso de calabaza pero esta vez la he hecho en versión mini. Esa vez hice la base de galletas de miel Yayitas, esta vez para acentúar aún más los sabores elegí galletas de jengibre danesas de la tienda Tiger. Si a eso le añades nata montada en casa (puedo dar fe de que aguanta una semana perfecta sin desparramarse) y salsa de caramelo salada casera, mmmmmmm. Es un sabor totalmente adictivo. Y en versión mini puedes «abusar» de este placer. Si hubiera un Nobel de cocina, esta combinación perfecta se llevaría la palma, seguro. Y no lo digo sólo yo, mis amigos, catadores oficiales de mis creaciones le han dado un 10.

  Cuando vi esta receta en uno de mis blogs favoritos sólo pensaba en hornear mini pecados de calabaza. Se trata de My baking addiction, un blog de recetas infalibles, como el mío, jejejejejejejeje.

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  Ésta vez en lugar de asar la calabaza, triturarla y escurrirla bien para que suelte todo el agua he optado por comprar puré de calabaza americano ya preparado de la marca Lybby’s en Taste of America. Me ha encantado, y en una receta como esta es de agradecer un poco de ayuda porque he hecho la base de galleta, la mezcla de especias, la pumpkin cheesecake, he montado la nata, hecho la salsa de caramelo salada y cascado, pelado y partido las nueces pecanas que encontré a granel en Lidl. Pero todo el esfuerzo ha valido la pena porque están realmente deliciosas.

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  Si vais a montar la nata en casa os daré unos consejos y trucos para que os quede firme y aguante, a mí me aguanta 1 semana sin bajar ni un poquito:

  Recordar que es muy importante que la nata sea de un mínimo de 35,1% de materia grasa, os ayudará si el recipiente en el que vayáis a montar la nata y las varillas los dejáis una hora en la nevera junto con la nata para montar (bien fría) y 10 minutos en el congelador antes de empezar a montarla. A continuación montad la nata y añadid 1/2 sobre de endurecedor o estabilizante de nata (yo lo encuentro en Lidl) por cada 250 ml de nata líquida. Echad azúcar glas al gusto (1 TBSP p. ej.). Cuidado con no sobrebatir si no queréis que se os haga mantequilla. Veréis qué diferencia. En supermercados como Iceland hay natas con más cantidad de materia grasa que no necesitan endurecedor pero son más difíciles de encontrar en cualquier supermercado.

  Vamos con la receta, ingredientes a temperatura ambienta, a excepción de la mantequilla que ha de estar derretida.

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Mini Pumpking cheesecake con salsa de caramelo salada.

INGREDIENTES (e n mi caso para 12 tamaño cupcake + 12 minicupcakes, o unos 18 cupcakes):

Base de galleta:

– 170 gr de galletas de jengibre

– 40 gr de nueces pecanas

– 90 gr de mantequilla sin sal

– 1/2 cucharadita o TSP de Pumpkin spice pie mix

Pumpkin cheesecake:

– 460 gr de queso crema (yo usé Mascarpone, también valdría Philadelphia, que no sea light)

– 100 gr de azúcar

– 2 cucharadas o TBSP de light brown sugar

– 1 huevo L (separando la yema de la clara)

– 200 ó 250 gr de puré de calabaza

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla

– 2 cucharaditas o TSP de Pumpkin spice pie mix

Topping: 

– Nata montada (250 ml de nata para montar 35,1% de mat. grasa, 1 TBSP de azúcar glas, 1/2 sobre de endurecedor de nata), ver instrucciones arriba

– Nueces pecanas troceadas

Salsa de caramelo salada

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  Lo primero de todo preparar la base de galleta. Para ello podéis picar las galletas en una picadora o similar, o bien meter las galletas en una bolsa cerrada y machacar con maza, mortero o rodillo. Verter en un bol y añadir la mantequilla derretida y la mezcla de especias. Integrar bien todo y repartir sobre las cápsulas de cupcake y minicupcake. Tened en cuenta que es la base, más o menos 1/4 del volumen total del cupcake o según os guste.

  Precalentar el horno a 165ºC con calor arriba y abajo. Batir a mano o con robot de cocina el queso hasta que esté cremoso (un par de minutos) y añadir los azúcares. Seguir batiendo un minuto más que estén integrados. Añadir la yema de huevo, el puré de calabaza, la vainilla y la mezcla de especias y batir hasta que quede una masa cremosa y homogénea. Batir la clara a punto de nieve y añadir integrando en la masa con la ayuda de una espátula con movimientos envolventes, sin sobrebatir, para que no baje mucho la esponjosidad de la clara.

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  Llenad 2/3 del volumen restante de las cápsulas y hornear a media altura durante unos 25-30 minutos en el caso de cápsulas normales y unos 20 minutos en el caso de las minicupcakes o hasta que al introducir un palito en el centro este salga limpio. El tiempo es orientativo, en mi horno siempre tarda un poco más, depende el que tenga cada uno. El tiempo de horneado en el caso de la receta original es un poco escaso, yo le he dado un puntito más. Luego abrir el horno después un poco y dejar en el horno unos 5 minutos. Sacar del horno y pasados 5 minutos, con cuidado colocar en una rejilla las minitartas de queso para que se templen. Enfriar en la nevera toda una noche para que cuaje más e intensifique los sabores. No os preocupéis si baja un poco del centro, el hueco nos vendrá de perlas para rellenarlo después.

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  Al día siguiente verter un poco de salsa de caramelo sobre la cheesecake. Montad la nata y con la ayuda de una manga pastelera poner un poco, colocar unas nueces pecanas troceadas y un poco más de salsa de caramelo. Ya estoy salivando otra vez, recordando los sabores, mmmmmm, simplemente deliciosas.

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  En versión minitarta, minicupcake o en tarta tradicional os conquistará seguro. Esta receta hará las delicias en cualquier época del año pero en otoño o incluso como postre en Navidad quedaréis como un rey o reina, triunfa seguro.

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Souffle cheesecake o tarta de queso esponjosa

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  Hace ya tiempo que mi amiga Isabella me dijo que tenía que hacer esta tarta. Y por fin le he hecho un hueco, y dos y tres y los que hagan falta porque no está buena está lo siguiente. ¿Habéis probado esas tartas de queso a granel como la del Corte Inglés o esas minitartas de queso de los súper? Pues es esa textura. No lleva base ni necesita mucho adorno, si queréis podéis dejarla desnuda, sólo con la parte de arriba ligeramente tostada. Es esponjosa y nada pesada. A esta cheesecake se le llama japonesa porque la receta se puso de moda en un blog japonés.

  Va a pasar a ser una de mis favoritas. Está deliciosamente suave al paladar. ¿Queréis saber en realidad cuál es el truco para que esté así? Pues batir los huevos por separado, yemas por un lado y claras montadas a punto de nieve por otro lado. Como si hiciéramos un soufflé. Integrando luego poco a poco. La comería a todas horas!!!!!

  Llevaba tiempo sin publicar ningún post pero es que he estrenado ordenador. Me he pasado al club de la manzana, Apple, por primera vez en mi vida. Jose me ha regalado un iMac. Y después de la ilusión vino la decepción porque cuando una ha sido de Windows toda la vida no es fácil cambiar, pero como al final toqueteando aprendo, ya le he cogido el truco y ya no lo cambio!!!! Adiós Microsoft, hola Apple. Creo que nos vamos a llevar bien.

  En fin volvamos al tema, puesto que la receta original está en japonés, yo la hice a partir de otro blog también de Japón pero que está en inglés. En cualquier caso creo que probaré también mi propia New York style cheesecake batiendo yemas y claras por separado, a ver qué tal.

  Seguramente habrá cientos de versiones diferentes y sin duda cada país tendrá las suyas propias, italiana, alemana, made in USA y ahora japonesa!!!!! La tarta de queso es una de mis favoritas así que no será la última versión que horneé, en otra vida fui ratón, seguro, y eso incluye también los dulces hechos con queso.

  Como siempre ingredientes a temperatura ambiente. Esta vez son de andar por casa. Yo he utilizado queso crema Mascarpone pero el de Philadelphia también se acepta, o cualquier otro que no sea light. Si os fijáis en las fotos yo he puesto la mitad de los ingredientes, salió una tarta pequeña porque había mas cosas para merendar, pero para una tarta normal duplicad los ingredientes como he puesto yo en los ingredientes.

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Tarta de queso soufflé

INGREDIENTES (12 raciones)

Tarta de queso

– 400 g de queso crema no light

– 60 g de azúcar + 100 g para montar con las claras

– 60 g de mantequilla sin sal en dados

– 6 huevos L separando las yemas de las claras

– 200 ml de nata líquida mín. 35,1% mat. grasa

– 2 cucharadas soperas o TBSP de zumo de un limón

– 1 cucharada sopera o TBSP de ron

– 80 g de harina de todo uso

– una pizca de salDSC_2672

Salsa de frambuesas (opcional)

– 300 g de frambuesas (también la podéis hacer con confitura de frambuesas, 5 TBSP reduciendo la cantidad de azúcar)

– Ralladura de 1/2 limón

– 1/2 cucharadita o TSP de maizena

– 100 g de azúcar

– 100 ml de agua, o más

– 100 g de frambuesas para adornar

  Primero batimos el queso crema a temperatura ambiente hasta que quede cremoso. Incorporar el azúcar y seguir batiendo hasta que se integre.

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  Luego añadimos la mantequilla en pequeños dados y cuando se homogeneice la mezcla hacemos lo mismo añadiendo la nata líquida.

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  A continuación agregar las yemas y batir.

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  Verter el zumo de limón y el ron y mezclar bien.

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  Añadid la harina tamizada y la sal. Mezclar y reservar.

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  Montar las claras a punto de nieve hasta que forme picos e ir añadiendo el azúcar poco a poco.

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  Preparad un molde de al menos 5-7 cm de alto, preferiblemente desmontable, untado de mantequilla, papel sulfurizado o spray desmoldante, como más os guste. Además forrad el molde por fuera con papel de aluminio para evitar pérdidas. Precalentad el horno a 160º con calor arriba y abajo. Y con la ayuda de una espátula verter las claras montadas sobre la mezcla. No batir, sólo remover  despacio con la espátula para evitar que baje el volumen total de la mezcla, integrar poco a poco.

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  Verter la mezcla sobre el molde y golpead un poco sobre una superficie para romper burbujas. Colocad el molde sobre otro recipiente, cacerola, bandeja, lo que tengáis a mano para hacer un baño María en el horno. Colocad el molde sobre el recipiente y verter agua hirviendo, al menos 2,5 cm. Cuidado no os queméis y que no rebose e inunde el molde de la cheesecake. Esto ayudará a obtener una cheesecake más esponjosa y húmeda, y evitará que se forme una grieta en la superficie.

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  Hornead a media altura con calor arriba y abajo a 160 º durante 60 minutos, luego bajar la temperatura 10º y hornead 30 minutos más o hasta que los bordes de la cheesecake comiencen a separarse de las paredes del molde y la parte de arriba quede ligeramente dorada. Ha de salir limpio un palito al introducirlo en el centro. Una vez esto apagar el horno y abrir un poco la puerta, dejar 15 minutos más dentro del horno. Luego sacar la cheesecake del horno y dejar que se enfríe un poco. Con cuidado sacar el molde del baño María y colocar sobre una rejilla en alto. Os aconsejo que sigáis los pasos, si no la enfriáis de manera gradual corréis el riesgo de que por los cambios bruscos de temperatura os salga la temida grieta.

  El papel de horno me jugó una mala pasada o yo no lo coloqué bien y se arrugó un poco; pero por lo demás me ha encantado la textura y el sabor. Además es más fácil de hacer sin base de galleta y mantequilla. Queda menos empalagosa, más adecuada en verano con el calor. Pero también podríais ponerle base, os lo dejo a vuestra elección. Yo hice una salsa de frambuesas y luego la decoré con un buen montón de frambuesas.

  Para hacer la salsa de frambuesas coloca en un cazo el agua, el azúcar, la ralladura de limón y la maizena (mezclar todavía en frío) y llevar a ebullición. Bajad el fuego y añadir las frambuesas. También lo podéis hacer con confitura de frambuesas (4 ó 5 cucharadas o TBSP) si no las encontráis naturales.

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  El resultado es espectacular. Sencilla pero sabrosa. Podría comerme media sin inmutarme.

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  En honor al blog japonés acompañamos la tarta con uno de esos tés fríos de Arizona, estilo japonés, el Green Tea.

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  ¿A qué tiene buena pinta? Ya veis lo sencilla que es de hacer. ¿Os animáis? Repetiréis seguro. La próxima la hago en tamaño extragrande!!!!! Pero como ya os he dicho esta vez no venía sola, tenía compañía … y nada menos que un pudding de horchata y magdalenas de horchata.

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  Sola o acompañada, no importa, ni a la hora que os la comáis tampoco. Vienen bien a cualquier momento del día. Y si es en compañía de un buen puñado de amigos … mmmmmmmm.

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  Y para que veáis que no se queda aquí y que lo que publico si está bueno lo vuelvo a hornear, volví a hacer esta receta para unos amigos. Cayó entera, si la horneáis sabréis por qué.

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Esta vez utilicé la cantidad de ingredientes que dice mi receta. Espectacular independientemente del tamaño.

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Red Velvet brownie cheesecake

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  Yo no sé en que pensaba cuando se me ocurrió hacer esta receta. Adiós operación biquini. Así no puedo oiga. Esto está demasiado bueno!!!!! Pero quién lo inventaría, a ver. Ya sabéis mi pasión por la Red Velvet, si es roja natural mejor. Pues nunca había hecho brownies, no sé bien por qué, con lo que me gustan. Pero ya puestos a estrenarme, pedazo de brownie, oh my God!!!!!

  Un brownie viene a ser un bizcocho de chocolate sin levadura ni polvo de hornear. Pues bien cuando mi amiga Isabella me mandó una súper remolacha de su huerto (y digo súper porque era enorme), pensé y qué podría yo hacer con ella, ya tuve mi semana «Red Velvetera» buscando un sabor diferente, original, a ser posible sin colorantes o con una cantidad ínfima de ese rojo pasión, que recordara a la época en que los estados del sur utilizaban la remolacha para enriquecer sus pasteles en épocas de penurias. Me gustan esas historias, quizá ciertas, quizá no, pero me gustan.

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  Así que con la ayuda de Google llegué hasta esa página que tantas alegrías me da, Food Network. Y me pareció tan bonito el veteado del brownie que ya llevo 4 brownies rojo pasión. Esas vetas que me recuerdan a la malla de la madera que tanto me gusta, y qué pinta Dios. Así que me puese manos a la obra. Uno salió marrón, otro se retostó un poco por arriba, el tercero lo extendí tanto que el veteado salió rosado y por fin el último que ahora estoy saboreando mientras escribo esta receta. Afortunadamente, y apesar de todo, los cuatro comestibles.

  Últimamente estoy de estreno, esta vez estreno cámara, una Sony Ciber-shot de 20 megapíxeles que me han regalado mis tres tesoros: mi marido y mis hijas. A ver si se nota y hago fotos más bonitas.

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Bueno volviendo al brownie, como en todo hay varias versiones de cómo se inventó, tiene ya más de un siglo y la versión que más me ha gustado es que a una ama de casa se le olvidó poner a la mezcla de bizcocho polvo de hornear y et voilà, brownie que te crió. Esta versión es un poquito diferente porque siguiendo la estela de mis Red Velvet éste también lleva remolacha, de ahí su color. Y para rematar, una capa de cheesecake, una de mis tartas preferidas. Si además le hacéis ese veteado el resultado es así de espectacular. Bonito y rico, rico y jugoso. En mi caso quería un brownie rojo así que veréis que la mezcla lleva zumo de remolacha, arándanos rojos en polvo y como aún así salía amarronado le puse 1/4 de TSP de colorante rojo. Si queréis hacer esta receta en tono marrón podéis obviar estos ingredientes. Teniendo en cuenta que la receta original lleva una cucharada sopera o TBSP de colorante!!!!!!!! con los colorantes rojos naturales (arándanos y remolacha) reduzco el colorante artificial al mínimo. Ya sabéis que no es que esté en contra de los colorantes sino que prefiero utilizarlos sólo cuando es extrictamente necesario. Podría haber utilizado el puré de remolacha como en las Red Velvet anteriores pero quizá al no llevar polvo de hornear ni buttermilk esta receta hubiera quedado demasiado … no sé, denso y apelmazado. En fin no voy a seguir divagando. Así es como quedó sin colorante (sólo con zumo de remolacha y el polvo de arándanos). ¿Tampoco está nada mal eh?

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  Pero como quería un Red Velvet brownie cheesecake tenía que seguir intentándolo, aunque así también queda bien, la verdad.

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  Ahora vamos con la receta y el paso a paso.

Red Velvet brownie cheesecake

INGREDIENTES (PARA 6 RACIONES):

RED VELVET BROWNIE

– 115 gr de mantequilla sin sal

– 200 gr de azúcar

– 1 cucharadita o TSP de extracto de vainilla

– 20 gr cacao en polvo (yo usé el de Hershey’s)

– 1 pizca de sal

– 1/4 de TSP de colorante rojo en gel (el mío es de Wilton)

– 1 TSP de vinagre blanco

– 2 huevos L

– 85 gr de harina de todo uso

– 1 TBSP de arándanos secos molidos

– 3 TBSP de zumo de remolacha

– 100 gr de nueces troceadas

  Lo primero preparad el molde enmantequillado o con papel de horno. Lo ideal es cuadrado de 20 x 20 cm. Derretid la mantequilla en un cazo a fuego medio y verter sobre un bol. Por este orden ir añadiendo los ingredientes mezclando bien antes de añadir el siguiente: azúcar, vainilla, cacao (tamizado), zumo de remolacha, vinagre, huevos, harina (tamizada), polvo de arándanos y nueces. Verter la mezcla en el molde reservando medio vaso (o 1/4 de taza o cup). Reservad y preparad la capa de cheesecake.

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CHEESECAKE

– 250 gr de queso crema no light (Mascarpone suele ser mi opción)

– 50 gr de azúcar

– 1 huevo L

– 1/8 TSP de extracto de vainilla

  Precalentad el horno a 180º C. Mientras en otro bol mezclar el queso crema con una cuchara de madera, añadir el azúcar, el huevo y la vainilla e integrar todos los ingredientes. Quedará cremoso y podréis verterlo sobre el brownie sin miedo a que se hunda. Cubrid toda la superficie y luego añadid la taza de brownie que habíamos reservado. Removed ligeramente con una espátula para crear el efecto marmolado o veteado. Y una vez listo, al horno a media altura entre 30 y 35 minutos. Ha de quedar hecho el brownie y la cheesecake ligeramente húmeda, comprobadlo metiendo un palito. Dejad en el horno ligeramente abierto y apagado durante 10 minutos. Pasado ese tiempo dejar enfriar completamente y refrigerad en la nevera al menos 3 horas. En esta época está mejor tomarla en frío. Para cortar el brownie utilizad un cuchillo sin sierra y limpiad después de cada corte humedeciéndolo ligeramente. Cortad en cuadrados al gusto.

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  La combinación de la parte cremosa con tosquedad del brownie es indescriptible. Mmmmmmm.

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  No durá más de un día, y ya llevo 4 a cual más bueno.

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