Cuánto tiempo queriendo hacer estas galletas, ya hice un intento, cuando empezaba a decorar galletas con las Galletas glaseadas París. Pero esta vez es un monográfico de la Torre Eiffel. El molde que tengo de la torre Eiffel tiene más agujeros de los que me gustaría pero bueno creo que han quedado muy bonitas. Ahora tengo un dilema ¿a quién se las regalo? Tendré que pensarlo. Mientras tanto os enseño el paso a paso. Ya sabéis que hasta el día de hoy lo de decorar galletas lo he hecho de manera autodidacta. Tal vez algún día haga un curso de decoración, sobre todo para pintar galletas con pincel. Las de Frozen las hice así pero reconozco que si hubiera tenido un guía, un sensei, no hubiera estado 3 días para decorar 5 galletas. No es tan fácil como puede parecer. Así que os voy contando cosas a medida que aprendo yo misma.
Para hacer las galletas necesitaréis la receta de galletas de mantequilla y glaseado real, utilizaremos blanco y negro. El glaseado blanco lo monto en manga pastelera con boquilla del 1 de Wilton y el glaseado negro lo pongo en un cucurucho de papel parafinado para tener más precisión y que salga muy muy fina la línea del glaseado. El blanco lo dejo en consistencia intermedia y una vez esté bien seco podemos proceder a decorar el enrejado. Yo dejo secar la glasa blanca de un día para otro. Es muy importante que el glaseado negro esté en su punto óptimo para decorar. Si está demasiado líquido se correrá y no saldrá un dibujo del enrejado preciso. En cambio si está demasiado denso no será elástico y os pasará que se os rizará y quedarán pegotes. Así que ya sabéis, primer paso cogerle el punto a la glasa. Segundo punto tener claro cómo queréis imitar los hierros de la torre Eiffel, planificar el dibujo y primero delinear la torre. Lo último son los cruzados. Primero las líneas horizontales y verticales y cuando haya secado un poco empezar las líneas diagonales en una dirección y del tirón de manera que con una línea cubráis dos cuadrículas. Cuando haya pasado un rato (seca enseguida al estar más denso) dibujar con la glasa las líneas diagonales contrarias. Así no se os correrá la cruz y quedará perfecta, o casi.
Tened a mano palillos de madera tipo mondadientes y algún alfiler, van muy bien cuando alguna línea no nos sale bien y queremos «pescar» un trozo de glaseado y repetir. Si se os queda la marca sobre la glasa blanca sólo tenéis que «rascar» un poco con la puntita de un cuchillo (yo utilizo una cuchilla de bisturí de las del hospital, más precisión imposible). Es una manera de «borrar» defectos y no desesperar en el intento de ver la galleta emborronada en blanco y negro. También viene bien el alfiler para bajar los picos que puedan quedar al terminar de tirar una línea de glaseado.
Si os fijáis en las fotos no he hecho dos galletas iguales, he experimentado con el dibujo hasta hacer el que más me gustaba.
Esta vez los modelos los tenía en casa: un imán, fotos de la torre Eiffel, dibujos, …
Ah la Torre Eiffel, los campos Elíseos, el Louvre, los jardines de Luxemburgo, Monmartre, el Museé d’Orsay, un paseo por el río Sena, Nôtre Dame, el Arco del Triunfo, … ¡Qué recuerdos! La cara de mis hijas cuando vieron la Torre Eiffel, o la cara de mi hija Lucía cuando se comió una de esas exquisiteces de Ladurée. O la experiencia de ir a Disneyland París y pensar que allí viven sus personajes favoritos como en una ciudad de cuento de hadas donde los mayores nos volvemos pequeños otra vez. Es una ciudad tan bonita que volvería todos los años. La ciudad de la luz. Y es cierto, París bien vale una misa. O lo que sea.
Tengo más de un souvenir de París de las dos veces que he estado allí.
Colecciono tazas que me gustan y esta es una de ellas.
Mi cocina parece la de Friens, una taza de cada manera. No hay dos iguales jejeje.
La verdad es que después de ver la Torre Eiffel tantas veces en películas, libros, piensas que no te va a sorprender verla, que ya está muy vista pero no es así, te quedas con la boca abierta.
Esta es sin duda la que más me ha gustado cómo ha quedado el dibujo.
Y en días como hoy abro mi caja de etiquetas, cuerdas, cintas, bolsitas, … , y escarbando encuentro unas bolsas de galletas que compré demasiado estrechas y que pensé que sólo utilizaría para guardar cake pops. Y resulta que me han venido de perlas. Y esas cintas de washi tape que pienso «qué bonitas, las compro que seguro que algún día las utilizaré». Es que yo soy la mujer del «por si acaso». Y de «el que guarda haya».
Desde que nacieron mis hijas comencé a anotar datos, fechas, fiestas, logros que poco a poco se han convertido en una serie de diarios para que el día de mañana cuando me pregunten cosas de cuando eran pequeñas no mezcle los hechos de una con los de otra o no recuerde cuándo fue esto o aquello. Después de tantos años cuando la memoria me falle y ellas sean madres, se preguntarán al ver a sus bebés cómo eran ellas de pequeñas. Supongo que me acordaré de algunas cosas y que estaré ahí para recordárselo, pero si no sólo tendrán que leer los diarios que con tanta ilusión escribía su madre. Y uno de ellos tiene una inspiración parisina. Y son como las tazas, uno diferente de otro.
Así que he embolsado mis galletas parisinas a la espera de encontrarles un nuevo dueño.
Pequeños paquetes de felicidad esperando despertar una gran sonrisa.
Pues como veis, esta tarde otoñal en Valencia, con chaparrón incluido, me ha cundido mucho. He terminado de decorar las galletas. Y por fin tengo un intrincado de glaseado simulando ese amasijo de hierros tan bonito que es la Torre Eiffel.
SI TENÉIS ALGUNA DUDA, SI OS HA GUSTADO LA RECETA, DADLE AL ME GUSTA, COMPARTID O DEJAD UN COMENTARIO. GRACIAS POR LEER MI BLOG Y HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA. PATRI.
Amo tus fotos! Cómo me gustaría saber hacer esas composiciones fotográficas…
De las galletas no sé qué decir… a mi me daría mucha pena comerlas, te han quedado taaaaan bonitas! Un besazo
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Muchas gracias no sé ni qué decir!
Me encanta preparar los sets para las fotos.
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Las galletas son preciosas Patri, una vez más me quedo anonadada con esa capacidad tuya de hacer obras de arte comestibles. Y además esta vez más que nunca, me encantan las fotos, la decoración que rodea a esas galletas es fantástica!. Me encantan los washi tape, la taza, el libro, las cajitas… Me he quedado con la boca abierta!!! Un besazo.
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Muchas gracias Noelia, guauuuu me encanta que te guste lo que hago. Sin contar a mi familia y amigos eres mi fan number one, ¡qué ilusión! Tenía bastantes cosas de París, el trapo es un delantal que me regaló mi marido cuando fuimos a París con las niñas y la taza también. Como me da pena estropearlo sólo lo saco para las fotos. La libreta que utilizo como diario es de Ale-Hop, los washi tape y las mini cajas de cartón de Muy Mucho. Son de esas cosas que voy comprando por si acaso. Es que soy muy trastera y soy capaz de enamorarme de una taza!!!!!! Cuando voy de tiendas de repostería o de decoración doy miedo. Mi marido cuando ve algo nuevo me dice «esto es nuevo, no me lo digas, estaba muy barato, de saldo ¿verdad?» Pero es que luego queda taaaan bonito. Está hecho con mucho mimo. Por cierto tengo que hacer esos bollitos dulces que publicaste este verano, ahora ya se puede empezar a encender el horno en Valencia. ¿Qué tal tu mudanza? Un besazo.
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Que paciencia!!! Pero que bonitas te han quedado!!!
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Gracias, son laboriosas pero al menos sólo son bicolor y una vez cubiertas con la glasa blanca lo entretenido es sólo con el glaseado negro. Pero vale la pena quedan muy bonitas.
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Que bonitas Patri!! 🙂
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Gracias Cecilia
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