Hace unas 3 semanas tuvimos la suerte de poder ir a Disneyland París con las niñas. Para ellas fue un sueño hecho realidad, mis hijas son muy de princesas y Disney así que estaban en su salsa. Nosotros disfrutamos un montón viéndolas y también nos dejamos envolver por la magia de Disney. Pero eso merece un capítulo aparte.

  Aunque ya estuvimos hace unos años en París queríamos ir al menos un día a la ciudad y que las niñas vieran un par de cosas que se quedarán en sus retinas para siempre como un bonito recuerdo. Y de paso yo quería ir a una de las mejores pastelerías del mundo: LADURÉE. La primera que vimos ni siquiera la reconocí al principio, estaba en los Campos Elíseos y ¡era una auténtica cucada! Cuando vi el rótulo es como si ella me hubiera encontrado a mí. Me moría por entrar, pero la cola era larga y mis hijas se morían por comer en un ¡McDonald’s! Así que me quedé con las ganas. Pensé otra vez será …

  Pero como soy un poco inconformista pensé y ¿si no vuelvo? Como íbamos bien de tiempo busqué en internet, embauqué a mi marido y a la golosa de mi hija mayor Lucía (la pequeña se dejó llevar aunque el dulce no sea lo suyo) y nos fuimos camino de la primera de las Ladurée Pâtisserie en la Rue Royale, creada como Boulangerie (panadería) allá por el año 1.862 por Louis Ernest Ladurée y tras un incendio transformada en pâtisserie (pastelería). Así que digamos que tiene solera. Ahora hay muchas en Francia y en el resto del mundo. Si queréis saber más de la historia de La Maison y de sus famosos Macarons pinchad aquí

  Cuando vi la tienda por fuera me enamoró, sus cuidados escaparates, ese tono verde con sabor a antiguo, el contenido hacía salivar a cualquiera.

Aquí cada pastel o tarta tiene un nombre y esta es LE DIVIN

  Los que degustamos nosotros no se quedaron atrás, detrás de esta cajita rosa estaba TARTE PASSION FRAMBOISE, con crema de fruta de la pasión y frambuesas. Parecía una herejía darle un bocado. Pero mi hija Lucía no tuvo piedad y cayó hasta la última miga.

  Y detrás de esta verde estaba ISPAHAN, macaron rosa con crema de pétalo de rosa, frambuesas y lichis. Macaron tamaño XXL. Éste nos lo comimos Jose y yo.

  Y por último pero no por ello menos exquisitos los auténticos Macarons de LADURÉE. Tengo que decir que nunca había probado ninguno así que iba en blanco y ¡me encantaron! (menos el de pistacho). De frutos rojos, chocolate, caramelo y pistacho. Estos no venían en caja sino en bolsa de papel, la caja si la querías te la cobraban aparte y como la broma de la merienda nos costó más de 20 euros en total, sin pasar por el salón de té, pues en bolsita. No sé por qué pensaba que estarían más crujientes, como merengue seco, pero mi asombro fue que están blandos al paladar y muy muy ricos (menos el de pistacho, que no me gustó nada el sabor). El salón de té y la tienda de recuerdos eran muy bonitas pero los precios ya se subían demasiado.

  Y volvimos a Disneyland París y me despedí de LADURÉE, hasta que en el aeropuerto Charles De Gaulle vimos un pequeño carrito como los antiguos de helado, de LADURÉE, ¡qué bonita visión para mis ojos! Mi despedida.

  Y con el paladar abrumado, el estómago lleno y las emociones a tope nos despedimos de París, la ciudad de la luz. Au revoir Madame, volveremos otro día a disfrutar de tus sabores.

Así que ya sabéis, si vais a París, …, LADURÉE !!!!!!!

GRACIAS POR LEER MI BLOG Y HASTA LA PRÓXIMA ENTRADA.
PATRI.